Suplementos | por: Juan Palomar Diario de un espectador jpalomar@informador.com.mx Por: EL INFORMADOR 29 de enero de 2011 - 00:55 hs GUADALAJARA, JALISCO (29/ENE/2011).- Transita el año al filo de su primer mes. Las primaveras mueven alegremente sus banderas amarillas, señalando los lugares precisos donde el tiempo hace sus cuentas. Sobre el tenso hilo de los días comparecen los vuelos de los pájaros constantes, trazos irrevocables en el aire distraído. Las sombras sobre los ladrillos de la pérgola son más livianas: su escritura se va tardando en la mañana que se desenvuelve de sus fríos. Don’t think twice, it’s allright. ** De las rentas del video: Easy Virtue. Traducida como “Buenas costumbres”, esta película de Stephan Elliott adapta brillantemente la obra de Noel Coward del mismo título. Situada al final de los años veinte en una vieja mansión del campo inglés, constituye una agridulce pieza de época, sabiamente recreada. Las actuaciones de Jessica Biel, Kirstin Scott Thomas y Colin Firth son impecables, y divertidas. Destaca, con justa brevedad, lo que espectacularmente hace Furber, el mayordomo. Hay una escena de caza de la zorra que le hubiera encantado a un señor que ya no está. Hay una compleja red de encuentros y extravíos, hay una gozable esgrima verbal que se enlaza con la característica música de esos años. La casa, como personaje, es muy notable. Puede valer la pena. ** Mauriac habla del colegio de su infancia, en Burdeos: “Pero Grand-Lebrun, que lo quiera o no, permanece mi bien propio y nadie me lo quitará. Le puedo repetir la más profunda frase que un amante haya jamás pronunciado: ‘No tiene que ver contigo si te quiero’. Grand-Lebrun como todo lo que es amado, nada puede comprender del sentimiento que inspira. Cierro los ojos, resucito un día tomado al azar entre todos los días idos del tiempo en el que Grand-Lebrun contenía mi vida.” ** De un artículo mandado a este espectador por el querido jurisconsulto Juan Enrigue, es inevitable reproducir una cita de un importantísimo teólogo contemporáneo, figura que Ignacio Díaz Morales, hace muchos años, encarecía fervorosamente a sus alumnos. (Nosotros los de entonces…). Va: “Hans Urs von Balthasar, en la "Introducción" al primer volumen de su monumental Herrlichkeit (Gloria), en la que desarrolló una teología sistemática centrada en la trascendencia de lo bello, escribe: La belleza es la última palabra que el intelecto pensante puede atreverse a pronunciar, porque ésta no hace otra cosa que coronar, como aureola de esplendor inaprensible, el doble astro de la verdad y del bien y su relación indisoluble. Esta es la belleza desinteresada sin la cual el viejo mundo era incapaz de comprenderse, pero la que se ha ido de puntillas del moderno mundo de los intereses, para abandonarlo a su codicia y a su tristeza. Esta es la belleza que ya no es amada ni custodiada ni siquiera por la religión, sino que, como máscara arrancada de su rostro, pone al descubierto rasgos que amenazan resultar incomprensibles a los hombres. Esta es la belleza en la que ya no nos atrevemos a creer y de la que hemos hecho una apariencia para podernos liberar de ella sin remordimientos. Esta es la belleza, en fin, que exige (como hoy está demostrado), por lo menos otro tanto de valor y de fuerza de decisión por la verdad y la bondad, y que no se deja reducir al ostracismo y separar de estas dos hermanas suyas sin arrastrarlas consigo en una misteriosa venganza.’” Continua, Mario Gagliardi, autor del artículo: “Son palabras de clara condena, por parte de un teólogo bien "moderno", de ese espíritu funcionalista típico de la modernidad, que ya no es capaz de apreciar el valor de las cosas bellas que no tengan un reflejo inmediato en el campo de lo útil. ¿Cómo comprender hoy el valor de los detalles minuciosos que los pintores trazaron sobre las bóvedas de innumerables iglesias y que son inútiles, porque no son perceptibles para quien mira la bóveda desde la nave? ¿Cómo justificar la fatiga de los maestros del mosaico que pasaban días componiendo teselas en lugares no visibles de las catedrales medievales?” Resuena el recuerdo de Pablo Santillán, maestro de carpinteros, enfatizando la buena hechura de “lo que no se va a ver…” ¿Pero, Quién lo vería? ** Se murió Silvestre Macías. Uno de los últimos libreros de casta que han ejercido su oficio en esta ciudad. Durante años supo mantener su interesante librería “El jardín de senderos” en el centro tapatío, la mayor parte del tiempo en el Pasaje Variedades, entre Galeana y Ocampo. El evidente homenaje a Borges denotado por el nombre de su establecimiento iba mucho más lejos: procurar los buenos libros y hacer que llegaran a quienes supieran apreciarlos. Este trabajo callado y discreto fue el que distinguió a Silvestre a lo largo de su amable y pertinaz trayectoria entre nosotros. A principios de los noventa, organizó por ejemplo, con entusiasmo, la presentación de un número de El Paseante, la célebre revista española dirigida por Jacobo Siruela, dedicado íntegramente a México. Sillas acomodadas en el pasaje de marras, ecos de lo entonces dicho y leído, caras que ahora se reconocen, otras que ya no están. Entre ellas, la de Silvestre queda aquí recordada. Que descanse en paz. ** Lacónica recomendación de Ernesto Ramírez en el sitio web YouTube: Shostakovich Prelude & Fugue No. 14 in E flat minor Op 87. Se trata de la invitación a la audición del Preludio y fuga número 14 de Shostakovich. De todas las solicitaciones que ahora existen para atender a tantas posibilidades de la música, precisamente esta. El piano guía la marcha, desvelado, insistente, a través de un mundo que estas notas hacen comparecer. En el que ahora habitan ciertas banderas amarillas, una canción de Dylan, una casa en el campo de Inglaterra, unas palabras de Mauriac, la belleza no vista, un librero desaparecido. Y de vuelta, un piano. Temas Tapatío Diario de un espectador Lee También Vetan al Estadio de Chivas tras violencia en el Clásico Tapatío Las Chivas revelan plan para buscar refuerzos de cara al 2025 Sólo un título en el semestre Así quedaría el salario mínimo en 2025 según el estado en el que vives Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones