¿Cuál es la mejor religión?

He de iniciar este artículo, estimado lector, despidiéndome, pues por razones personales es la última colaboración que escribo para esta maravillosa página. Finalicemos pues, con este asunto de cuál es la mejor religión. El Dalai Lama expresó, además de lo analizado en el artículo anterior, que la mejor religión es la que te hace “más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético”. Con respecto a lo primero, no cabe duda de que el cristianismo es la religión del amor, pues como leemos en el Evangelio según San Juan (13-34-35): “Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos”. Esa es la condición del cristiano, amar al prójimo como a sí mismo (Mc 12, 28-34) con todo lo que ello acarrea. Creo que las palabras de N.S. Jesucristo son lo suficientemente elocuentes.

En cuanto a ser más humanitario, habría que entender primero qué quiere decir eso. De acuerdo con un conocido diccionario, la palabra “humanitario” se aplica a la “persona que siente afecto, comprensión o compasión hacia los demás, lo que le lleva a actuar con bondad y solidaridad hacia ellos”. Parece que el Dalai Lama ha sido redundante en su respuesta, aunque tenemos un elemento nuevo: actuar con bondad. Ésta se entiende simplemente como una inclinación a hacer el bien, y de acuerdo con las enseñanzas bíblicas, el hecho de ser bondadoso trae consigo grandes beneficios personales (Cfr. Prov 11, 17). Por otra parte, San Pablo nos hace ver que los seguidores de Cristo han de ser bondadosos y compasivos unos con otros como otro rasgo distintivo (Efe 4, 32). Además, en los Hechos de los Apóstoles (10, 38) se narra cómo Pedro refirió que Jesús “pasó haciendo el bien” por lo que podemos tomarlo como un modelo de bondad por excelencia. Pero también hemos de recordar que un joven se dirige a Jesús llamándolo “Maestro bueno”, a lo que Él le contestó que “Nadie es bueno sino sólo Dios” (Cfr. Mc 10, 18; Lc 18, 18-19). Con ello Jesús nos enseña que sóloDios puede responder a la pregunta sobre el bien, porque él es el Bien. Esto es, interrogarse sobre el bien significa, en último término, dirigirse a Dios, que es plenitud de bondad. Jesús muestra que la pregunta del joven es, en realidad, una pregunta religiosa y que la bondad, que atrae y al mismo tiempo vincula al hombre, tiene su fuente en Dios, más aún, es Dios mismo: el Único digno de ser amado “con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente” (Cfr. Mt 22, 37).

Sobre la responsabilidad encontramos que ésta es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral. De acuerdo con esto, una persona responsable es aquella que actúa conscientemente con la certeza de ser la causa directa o indirecta de un hecho ocurrido, por lo que estará obligado a responder por alguna cosa o alguna persona. También es quien cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. Nuevamente San Pablo es quien nos orienta hacia la responsabilidad con la metáfora de que si sembramos mal, recogeremos una cosecha de muerte, mientras que si sembramos el bien recogeremos una cosecha de vida (Cfr Gal 6, 7-10).

Finalmente, está la ética. Este tema lo he tratado con anterioridad, por lo que sólo recordaré que la ética tiene que ver con los actos realizados por las personas. En un sentido, es una ciencia de la conducta humana que, basada en la razón natural, ordena los pensamientos y actos hacia el bien tanto personal como de la sociedad. Es una ciencia normativa porque determina los principios del bien y del mal en el comportamiento humano. Creo que los Mandamientos (Ex 20, 2-17; Dt 5, 6-21) serían el mejor ejemplo de una normativa de esta naturaleza. Con esto vemos que las palabras del Dalai Lama encierran una verdad incontrovertible, pues de acuerdo con ellas la mejor religión es, por supuesto, la Católica. Que el Señor nos bendiga y nos guarde.

Antonio Lara Barragán Gómez OFS
Escuela de Ingeniería Industrial
Universidad Panamericana
Campus Guadalajara
alara@up.edu.mx