Cobá, hogar del tesoro maya

GUADALAJARA, JALISCO (24/MAY/2015).- Dentro de lo que se conoce como Mundo Maya, complejo de vestigios de antiguas ciudades que hoy día funcionan asimismo como atractivo turístico de orden internacional, apenas a noventa kilómetros al este de Chichén Itzá y unos cuarenta al noroeste de Tulum, se encuentra la zona arqueológica de Cobá, una antigua ciudad maya —menos conocida que las antes mencionadas— que tuvo su esplendor en el ‘periodo clásico’ (esto es, entre el siglo III y el X de nuestra era) y que, aunque cubierta en buena medida por la selva en la península yucateca, alberga la pirámide más alta en esta parte del país.

La construcción —lo que de ella queda— se halla en un área muy arbolada, rodeada por los lagos Cobá y Macanxoc, y cuenta con más de 40 metros de altura; su nombre es “Nohuch Mul” —que en lengua maya significa “montículo grande”— y es la estructura más visible en Cobá (que se traduce al español como “agua agitada por el viento”) que, en su momento de mayor desarrollo alcanzó a tener cerca de 50 mil habitantes.

En este sentido, los historiadores estiman que una de las razones principales para tal cantidad de personas fue, primero, que en las cercanías existen dos pequeños lagos que abastecieron de agua a la población; además, se contó con una importante red de caminos, conocidos en la región como “Sacbeob” o caminos sagrados (en singular, “sacbé”), muchos de los cuales persisten y uno de ellos conecta con Yaxuná (muy cerca de Chichén Itzá), a unos 100 kilómetros de Cobá.

La zona y sus caminos

Cuando se ingresa a la zona arqueológica —que se promociona como sitio turístico desde Cancún, Playa del Carmen y la Riviera Maya— se hallan dos “sacbeob”, uno de los cuales se dirige al Grupo de Las Estelas, monumentos de piedra esculpida en los que se registran los acontecimientos relacionados, se cree, con la antigua clase gobernante; el otro, conecta con el Grupo Nohoch Mul, que preside la célebre pirámide construida sobre una elevación natural de terreno y que funciona como mirador, aunque subir demanda mucho cuidado.

Existen en las cercanías otros grupos arquitectónicos de menor escala, localizados dentro del cuadro de la zona (que abarca cerca de 80 kilómetros cuadrados); ahora, si bien Cobá resguarda numerosas edificaciones, por desgracia muchas de ellas están muy afectadas por los árboles, la humedad y el paso del tiempo, y a la vista quedan sólo montículos de piedras y selva sobre lo que fueron vistosas construcciones en su época de gloria.

Especulación e incógnitas

Parte del atractivo de Cobá se sustenta en su historia, si fue muy habitada es porque el comercio en la antigüedad tenía como punto de conexión esta comunidad, lo prueba la red de caminos referida que ahí tiene sus intersecciones; más allá de su uso lógico, se cree que estas vías tenían importancia ritual, pero sigue siendo una incógnita por qué los mayas los construyeron, ya que no conocieron la rueda con fines motrices.

“Descubierta” por John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood a mediados del siglo XIX, Cobá regresó a los libros de historia; con todo, mucho sigue siendo especulación porque el estilo de los vestigios encontrados sugiere que tuvieron relaciones con Tikal (al igual que con Dzibanché, en el Sur de Campeche, y Calakmul) y que dominó el Norte de lo que hoy es Quintana Roo y parte del Oriente de Yucatán; este poder, se cree, se basó en su potencial agrícola y como ruta de intercambio interregional, que posiblemente incluyó puertos como Xel-Há o Tulum; además, la presencia de arquitectura de tipo teotihuacano sugiere la posible existencia de vínculos con la zona del altiplano mexicano.

Los cenotes

En derredor de la zona arqueológica hay otros atractivos; a 10 minutos de ahí se encuentra el acceso al cenote “Choo-Ha” (que en español significa “agua que gotea”), en cuyo interior se encuentran estalactitas que constantemente filtran agua del subsuelo; asimismo, al avanzar unos 200 metros hacia la izquierda, se llega al cenote “Tankach-Ha” (que se traduce como “aguas profundas”), que tiene profundidades que van de los 4 a los 35 metros.

Hay un tercer cenote llamado “Multum-Ha” (o “cerro de piedras en el agua”), que recibe este nombre debido a que se puede ver debajo de la plataforma un conjunto de piedras que aparenta ser una construcción humana; este depósito de agua se descubrió hace 15 años, pero se abrió al público hace apenas tres.

Otras actividades

Por otra parte, en Punta Laguna se tiene la oportunidad de realizar recorridos a través de la selva en compañía de un guía experto; se trata de un sitio administrado por los habitantes de las comunidades aledañas que, además, tienen a la venta productos elaborados por sus artesanos como bordados, pulseras tejidas, tallas en madera o miel.

Pero recorrer Cobá no sólo implica disfrutar de un sitio arqueológico, al caminar por la selva se descubre que puede ser por igual un excelente observatorio de aves exóticas y mamíferos de clima tropical (como los monos aulladores); de igual forma, para recorrer el área se puede rentar una bicicleta pero, para quienes no gustan en exceso de la actividad física, también se puede rentar uno de los numerosos triciclos que han convertidos en “bicitaxis” los pobladores.

TOMA NOTA

¿Cómo llegar?

La clave está en llegar a la Ciudad de Cancún, Quintana Roo, lo que se hace comúnmente por aire; ya en el lugar, se puede acceder al sitio por la carretera federal 307 Cancún-Chetumal y, cuando se alcanza el poblado de Tulum (a 128 kilómetros al Sur de Cancún), se toma una desviación de 47 kilómetros que conduce hasta la zona arqueológica de Cobá.

SABER MÁS

Acceso a Cobá

Zona Arqueológica:
Horario: de lunes a domingo/ de 8:00 a 20:00 horas (de 7:00 a 18:00 horas en invierno)
Acceso general: de 50 a 60 pesos
Entrada libre: domingos (sólo para mexicanos)
Servicios: estacionamiento y guías locales (en la entrada del sitio)