Sábado, 30 de Noviembre 2024
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Australia, Tasmania y sus Ornitorrincos

Las criaturas parecen estar hechas con las partes sobrantes de otros animales

Por: EL INFORMADOR

Nada con agilidad usando sus poderosas aletas con fuertes garras. EL INFORMADOR / P. Fernández

Nada con agilidad usando sus poderosas aletas con fuertes garras. EL INFORMADOR / P. Fernández

GUADALAJARA, JALISCO (26/FEB/2017).- Puede ser que todo esto resulte un extraño trabalenguas, exótico, enredoso e incomprensible. Lo acepto y lo admito. Pero no estaría tan complicado si me dan un minutito para explicarlo.

Allá muy ‘abajo’, en el hemisferio Sur (austral) de nuestro planeta existen, además de muchísimas otras, dos islas que son muy notorias por su tamaño: Una es la súper conocida Australia, que es tan enorme que se le considera como continente; y Tasmania, que está ahí pegadita al Sur, y que no siendo tan grande como Australia, fue llamada así en honor a un señor Tasmann, viajero y explorador que fue quien la dio a conocer al mundo.

En esas dos islas, y en otras muy chiquitas llamadas King y Kangarooo, son los únicos lugares donde existen nadando entre sus pequeños ríos y corrientes de agua, los singulares ornitorrincos que parecen estar hechos con las partes sobrantes de otros animales porque tienen cuerpo de ardilla, cola de castor, pico de pato, aletas de nadador, garras de excavador, veneno de víbora, pone huevos como gallina, viven bajo el agua, su casa es como como la de los topos, tiene pelambre de oso y bolsa marsupial como un canguro. ¿Insólito? Ni duda cabe.    

En esos extraños, y para nosotros muy lejanos lugares, habitan también otros singulares seres llamados canguros (Macropodius sp.) que son, por decir algo, una gigantesca mezcla de rata y de conejo quienes, dando saltos sobre sus poderosas patas traseras y su fortísima cola, viajan ‘a grandes pasos’, contando además para su defensa con las eficaces garras de sus pequeños brazos anteriores. Esas tierras, también son el hogar de los singulares y agresivos animalitos, igualmente marsupiales, llamados ‘Demonios de Tasmania’ (Sarcóphilus harrisii) quienes, pese a tener el tamaño de un perro pequeño, su agresividad les ha hecho acreedores a ese apodo. Otro singular animal, también marsupial, que quizás aún habite (¿?) por esos lares, es el extrañísimo ‘Tigre de Tasmania’ (Tylacinus cynocephalus) quien teniendo la figura parecida a un perro grande, luce extrañas rayas de tigre en sus cuartos traseros.   

Sin embargo, aunque el nombre de nuestro querido ornitorrinco viene de ‘órnitos’ pájaro, y ‘rinkos’ pico, tiene un par de nombres científicos muy elegantes: ‘Ornithorhynchus anatinus paradoxus’, o ‘Platypus anatinus fuscus’, y pertenece al orden de los ‘monotremas’, que son ¡mamíferos que ponen huevos y tienen un solo orificio para hacer del uno, del dos, y poner huevos! Es decir, que son todo un estuche de monerías que no acaba aquí; les contaré.

A su rechoncho cuerpo de unos 45 centímetros, cubierto por un denso pelo hirsuto y lacio, su cola parecida a la de un castor le agrega unos 10 ó 15 cm. más.

Los ‘mallangong’ (así le dicen los nativos) son anfibios que nadan ágilmente en las corrientes de agua dulce con sus manos-aletas, y sin embargo son francamente torpes caminando por la tierra.

Sus madrigueras, que pueden medir hasta 10 a 15 metros de profundidad, y cuya entrada, a manera de protección la conservan bajo el agua, la cavan con facilidad usando las grandes uñas de sus patas-aletas. Los machos tienen un filoso espolón en las patas traseras con el que pueden inyectar un ponzoña tan venenosa como la de una serpiente. En tiempos de celo, las hembras suelen poner unos tres huevecillos del tamaño de una almendra, de donde eclosionan, en un par de semanas, las pequeñas crías desprovistas de pelo, para alimentarse en el marsupio de la madre con la leche que ella exuda entre su pelamen, ya que no tiene mamas propiamente dichas.

Su pico-hocico muy plano y ensanchado, de unos seis centímetros de piel húmeda y rugosa altamente sensitiva, que pareciera haberle sido agregado en el último momento, lo usa con habilidad para hurgar los fondos cenagosos en busca de pequeños moluscos y crustáceos, mismos que ayudado con un poco de arena, los tritura con las placas corneas que tiene en los lados de su pico que carece de dientes.

Su hábitat está sumamente amenazado por la peor plaga que ha existido: El hombre. Hagámonos concientes de esto y… como los animales pensantes que presumimos ser, protejamos a éstas joyas vivientes que su existencia depende de nosotros.
 
pfs@telmexmail.com

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