Domingo, 19 de Enero 2025
Suplementos | Un destino irresistible en Jalisco

Atemajac de Brizuela, una joya jalisciense

La calidez del pueblo, sus tradicionales fiestas y la gastronomía típica, lo vuelven un destino irresistible en Jalisco

Por: EL INFORMADOR

La población cuenta con diversos santuarios y parroquias a su alrededor, lo que delata la religiosidad profunda de sus habitantes.  /

La población cuenta con diversos santuarios y parroquias a su alrededor, lo que delata la religiosidad profunda de sus habitantes. /

GUADALAJARA, JALISCO (24/AGO/2014).- Al Sur de Jalisco, por el camino rumbo a Sayula, se halla Atemajac de Brizuela, un pequeño pueblo a unos dos mil 250 metros sobre el nivel del mar. Su altura hace que el clima sea templado, un tanto frío, con lluvias desde junio hasta octubre y con temperaturas que abarcan de los 5° a los 22° grados. Estas condiciones climáticas y con menos de siete mil habitantes hacen de Atemajac un destino turístico muy tranquilo a menos de dos horas de camino desde Guadalajara. Parte de la antigua Provincia de Ávalos, Atemajac de Brizuela posee todavía el ambiente de pueblo, se ve engalanado por la arquitectura religiosa. Entre los inmuebles de la iglesia destaca sin duda la Parroquia de San Bartolomé, que data del siglo XVI: su fachada está construida en piedra. Al interior tiene el estilo romano.

La tradición del poblado cuenta con sus fiestas en honor al santo de la parroquia, que se llevan a cabo el 23 y 24 de agosto: la antesala de estas fiestas incluye una peregrinación con el traslado de San Bartolomé desde la Capilla del Señor del Ocotito hasta su parroquia. En el desfile hay carros alegóricos, fuegos artificiales como cohetes y castillos y, por supuesto, música en vivo: estas bandas tradicionales amenizan la danza que acompaña el transcurso (como la de la conquista y la danza de los sonajeros), y culminan con música popular, a manera de serenatas. La organización de estas fiestas va por cuenta de los mayordomos, cuatro ciudadanos elegidos por el pueblo cada año. Estos mayordomos, al igual que los de la otra gran celebración (la Entrada de la Virgen de la Defensa), son en muchos casos hijos ausentes del pueblo, que viven ya sea en la capital del Estado o en Estados Unidos, pero conservan el vínculo emocional con el terruño que los vio nacer.

Siguiendo con la arquitectura sacra, otra capilla sobresaliente es la de San Santiaguito, conocida por su cristo negro de mezquita. Por su parte, la ya mencionada Capilla del Señor del Ocotito es peculiar por el tamaño de su atrio, además de los jardines que lo rodean. Otra fiesta religiosa tradicional que posee Atemajac de Brizuela es la Entrada de la Virgen de la Defensa, que se celebra del seis al ocho de septiembre: consta de una procesión, igualmente con carros alegóricos y juegos pirotécnicos. La imagen de esta virgen se queda en el pueblo hasta comienzos de diciembre, el día en que los habitantes de Atemajac la regresan hasta su santuario, en el vecino Juanacatlán.

De la gastronomía en Atemajac de Brizuela destaca el mole dulce, borrego al pastor, además de su amplia gama de derivados lácteos: jocoque, panela, queso y requesón. Estos productos son representativos del pueblo, lo que los ha llevado más allá de sus fronteras por su calidad y variedad (una muestra en la perla tapatía es la cremería Atemajac de Brizuela), a unas cuadras del Centro de la capital.

Varias de las artesanías que ofrece la tradición de Atemajac de Brizuela son a base de la madera de su bosque cercano, donde predomina el pino. De hecho, parte de la economía de la región se sustenta en estos productos de madera, con numerosas carpinterías y aserraderos que también producen los derivados de la madera, como lo es aguarrás, brea, colofonia, etcétera. Por supuesto, los muebles también son una carta de presentación, y en particular los producidos en la región son de tipo colonial.

También cuenta con recursos minerales, como los yacimientos de varita. Incluso a las afueras de la población existen varios puntos turísticos, como el mirador El Frijolito, que por su altura ofrece una vista en la que se aprecia el verde que domina el horizonte. Otros atractivos son la Piedra Redonda, Las Presitas, La Ladrillera y la Hacienda de la Yerbabuena. Actualmente su presidenta municipal es Belén Córdova Dávila, que por su edad (llegó con 22 años al cargo público) ha sido apodada por los locales como la “niña presidenta”.

La toponimia del pueblo es una mezcla del mundo prehispánico y la conquista: Atemajac es una palabra atemaxaque, de origen prehispánico que significa “piedra que bifurca el agua”. El nombre para la región existe desde el año 567 de nuestra era, cuando fue habitada por chimalhuacanos. Por su parte, el apellido del municipio es en honor al coronel Miguel de Brizuela, quien combatió contra los invasores franceses en el siglo XIX.

TOMA NOTA

Como llegar


* Vía la Barranca: Guadalajara-La Pala (62 kilómetros); La Pala-Atemajac (30 kilómetros); Guadalajara-Atemajac, vía la Barranca de Santa Clara (92 kilómetros).

* O bien, vía Tapalpa: Guadalajara-Crucero de Sayula (100 kilómetros); Crucero de Sayula-La Frontera (20 kilómetros pavimentados); La Frontera-Atemajac (23 kilómetros de terracería); Guadalajara-Atemajac vía Tapalpa (143 kilómetros).

SABER MÁS

¿Dónde dormir?


Por su cercanía con Guadalajara, es viable hacer el viaje a Atemajac de Brizuela por la mañana y volver por la noche: sin embargo, si se desea pernoctar en el pueblo ya sea para continuar la ruta al día siguiente o pasar varios días ahí, hay varias opciones para hacerlo, como el Hotel y Restaurant La Milpa ($250 pesos la noche), ubicado en Juárez 29, en el pleno Centro (T: 326 425 01 74).

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