Martes, 26 de Noviembre 2024
Suplementos | Por: José Luis Cuéllar de Dios

Aprender de ellos

Los milagros existen

Por: EL INFORMADOR

David González Ladrón de Guevara es un ejemplo a seguir para muchos.ESPECIAL  /

David González Ladrón de Guevara es un ejemplo a seguir para muchos.ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (25/MAR/2011).-  Diagnosticado al nacer con el Síndrome de Miller, trastorno que produce alteraciones físicas tales como paladar hendido, impedimento de cerrar los párpados, distrofias musculares en manos y brazos, y otros pesados etcéteras, a David González Ladrón de Guevara le pronosticaban, después de nacido, un par de meses de existencia. Ahora cuenta con 15 años y un currículo de vida que se ha convertido en evangelio canónico.

A los cuatro años aprendió a tocar piano, a los nueve batería y ha ganado, entre otros muchos premios en el ámbito de la música, el “Junior Gold Prize” en Vancouver y recibido un reconocimiento del ex primer ministro de Japón por su participación en el “Festival Internacional para Pianistas con Discapacidades” llevado a cabo en Tokio. Ambos logros alcanzados en el año 2009.

David ha ratificado la vieja y comprobada tradición de que los grandes poetas comienzan tempranamente su aprendizaje, él lo ha hecho en el campo de la música usando como vehículo los transportes del espíritu. Qué oportuno resulta aludir en este preciso momento a Vicente Huidobro, poeta chileno, para reconfirmar que un poeta –en este ocasión un músico– es un pequeño Dios; aún más celebrado en el caso de este maravilloso ser humano. Los retos superados, los alcances logrados, las metas rebasadas dejan constancia de una fe inquebrantable y de una férrea perseverancia cuyos frutos se han convertido en obras de milagreria.

¿De qué están hechos estos admirable y prodigiosos seres? Difícil respuesta que sólo atina a contestar que son misterios creadores y que su quehacer cotidiano se convierte en un permanente “reporte de milagros”.
La sociedad debe conocer para reconocer a todos estos inigualables seres que transitan su vida por la empinada cuesta de la adversidad; si seguimos permaneciendo sordos ante la solidaridad con estos “pequeños dioses” el silencio agigantará los agravios que hasta hoy les hemos otorgado con nuestra indiferencia. Aquilatar los empeños, el valor y la nobleza de David González y de todos aquellos que como él luchan desde los oscuros sótanos del abandono, es una tarea social pendiente que de no enfrentarse, seguiremos transitando con una visión sesgada del mundo.

Quizá muchos de estos artículos insistan hasta la saciedad sobre el mismo tema: solidaridad y siempre solidaridad; me doy cuenta de ello, pero también recuerdo la afirmación de Kierkegard en el sentido de que la desesperación forma parte de la condición humana. Creo que como sociedad debemos hacer vivir a David en una atmósfera permanente de reconocimiento y a todos aquellos que presentan alguna discapacidad apoyarlos y no reducirlos a la orfandad más absoluta.

David es un chico que puede servir orgullosamente como emblema de un logro. Estoy cierto que todo aquel que conozca a David y a su familia quedará asombrado hasta el éxtasis. Juntos e inspirados en David cada logro es una perfecta creación del espíritu. Amén de los amenes.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones