Suplementos | Por: José Luis Cuéllar de Dios Aprender de ellos Una muerte colmada de gloria Por: EL INFORMADOR 18 de marzo de 2011 - 01:57 hs GUADALAJARA, JALISCO (18/MAR/2011).- Para Rocío y Ricardo. En días pasados murió, a los 27 años de edad Ricardo Almada Rojas, “Chicharito”, un ser humano de serenidad inagotable cuya naturaleza espiritual, propia e intransferible, ratifico cada momento de su corta existencia la parte noble del ser humano. “Chicharito” nació con distrofia muscular, un terrible mal progresivo y mortal que termina por consumir todos y cada uno de los músculos del cuerpo humano. Desde los 10 años de edad, Ricardo vivió sometido a una silla de ruedas; a pesar de tamaño reto gozó cada minuto de su existencia dotado de una sed insaciable por la alegría de vivir y con insatisfecha necesidad por compartir. Cinco días antes de su muerte pidió estar cerca del automóvil de F1 que se exhibió por calles céntricas de Guadalajara, incluso, en un diario de la ciudad apareció su fotografía al lado de los jóvenes hermanos Pérez, Toño y Sergio corredores de automóviles. Camino de regreso a casa, le comentó a su mama Rocío que ya podía morir tranquilo pues una de sus ilusiones se había cumplido. En alguna ocasión Rocío, su madre, le pregunto si no temía a la muerte; la contestación que “Chicharito” dio contiene una dimensión espiritual y humana poca veces escuchada: No mamá no temo morir, quizá mi miedo sea que tenga que sufrir ¡Había vivido 17 años habitando una silla de ruedas y temía sufrir!, que valerosa y admirable forma de enfrentar la adversidad, vaya epifanía esclarecedora de la sublimidad de aceptar la realidad. Esta actitud heroica de seres que son parientes cercanos de Dios y de todos los santos, nos debe conducir a cambiar nuestra atávica indiferencia hacia los seres desposeídos y discapacitados por apoyo y franca admiración. “Chicharito” nos deja una enorme herencia de cariño y valentía, su muerte debería ser motivo de homenajes que eviten el olvido de personas de tal dimensión espiritual y humana, homenajes, por otra parte, que evite mostrar nuestras miserias humanas. Seres que subliman nuestra tortuosa realidad. No conocer, tratar, convivir y amar a personas como Ricardo Almada Rojas cuya presencia en este mundo ha sido emblemática y mística, es hacernos partidarios de la terrible y universal ley de la ingratitud. “Chicharito” logro cambiar la realidad que le imponía su destino, su firme esperanza se convirtió en una especie de heroica forma de la utopía; vivió 27 años enfrentando la vida con valor, lucidez y derechura; su destino lo inició y lo finalizó en sí mismo. Día con día sumaba razones para vivir sin tomar en cuenta la incertidumbre del futuro, condición que lo convirtió en un hombre espiritualmente superior. Seguramente con su partida nos deja una tarea: atender y proteger a todas aquellas personas con distrofia muscular evitando dejarlos en la cobarde crueldad del abandono. Alegría, convicción, esperanza, fortaleza, ilusión, tolerancia y finalmente muerte que se convierte en la séptima nota musical que completa el ciclo de la vida de “Chicharito”. No puedo dejar de nombrar al joven Juan, su monitor, amigo y confidente que lo acompañó tantos años y que seguramente será un portavoz de solidaridad y generosidad para todos nosotros. A sus padres, Ricardo y Rocío, con mi abrazo fraterno y recordando a “Chicharito” los invito a meditar un trozo de un poema de Baudaliere: Soy la herida y el cuchillo/ la mejilla y la bofetada/ soy los miembros y la rueda/ soy el verdugo y la víctima. Amén de los amenes. Temas Calor de hogar Aprender de ellos Lee También Tips para dejar de manchar la ropa con residuos de jabón al lavarla ¡Adiós, chinches! Elimina las plagas fácilmente con este remedio casero De este color debe ir tu árbol de Navidad para mejorar la salud mental El Buen Fin llega a Shein; estos son 3 productos de menos de $20 pesos para decorar esta Navidad Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones