Martes, 26 de Noviembre 2024
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Aprender de ellos

Una limosnita por el amor de Dios a los animales

Por: EL INFORMADOR

En Fundación Santa Marta las personas discapacitadas reciben apoyo. ESPECIAL  /

En Fundación Santa Marta las personas discapacitadas reciben apoyo. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (18/FEB/2011).-  Fundación Santa Marta, ubicada en una de las zonas urbanas de graves carencias socioeconómicas, apoya la educación de niños y jóvenes con algún tipo de discapacidad intelectual, lo hace desde hace 14 años y de manera prácticamente gratuita. En la actualidad cuenta con aproximadamente 100 alumnos y tiene una lista de espera de más de 200 solicitantes, solicitantes cuyos padres viven en un estado permanente de ansiedad e inquietud al ver que sus hijos no logran acceder a los servicios que la fundación presta. La convivencia con Martita, mi hija que nació con discapacidad intelectual, convivencia de sus 31 años de vida, me ha generado -perdón por hablar en primera persona, lo hago con orgullosa modestia- una vocación filantrópica, vocación que confieso suele desarrollar obsesiones. Como todos sabemos, en el estricto significado de obsesión, se trata del apoderamiento del espíritu del hombre por otro espíritu -el de Martita- que obra sobre el como agente externo (enciclopedia universal ilustrada), clara definición que me libera de cualquier pretensión de aparecer como buena persona.

Preocupado por la situación de estos 200 chicos se me ha ocurrido pedir -nadie me lo dijo, sé meter la pata solo- a través de este medio, una limosnita por el amor de Dios, entendida ésta como aquella de altísimo valor moral y social que permita alcanzar de inmediato dos objetivos: apoyar a estos chicos en lista de espera y generar, quizá, cultura de una verdadera conciencia social. Estoy seguro que en Guadalajara existen 200 personas para las que 500 pesos mensuales no significan nada, cantidad con la que se atiende a cada uno de los alumnos de Fundación Santa Marta. De lo que no estoy seguro es que estas colaboraciones semanales cuenten con 200 lectores. Asumo el riesgo de que sea un esfuerzo inválido y sin fuerza, pero en estas lides filantrópicas se debe actuar como los malos cazadores que le tiran a todo lo que se mueve.

Fundación Santa Marta cuenta con un departamento de procuración de fondos, sin embargo, se viven tiempos de vacas flacas y los recursos escasean. Abandonar a estos chicos es de alguna manera robarles su cualidad de personas. Llama la atención la paciencia, esperanza y serenidad con que esperan que un día se les comunique que han sido aceptados en la escuela, eso significa rescatarlos del fango para instalarlos en el paraíso. Con lectores que sean conmovidos por un sentimiento benévolo bastará para iniciar una cadena de comunicación hasta que hayamos convencido a 200 tapatíos que tengan fe en que la solidaridad sea una vía de redención social, en momentos que vaya que se necesita un movimiento de redención social.

Espero que quien lea este artículo no lo considere como una impertinencia, piensen tan solo en la condición de exclusión en la que viven estos chicos. Por otra parte, les aseguro que el uso del dinero será el adecuado, el único colectivo en el que el hombre no es el lobo del hombre es el de la discapacidad intelectual. Los invito a que valoren la importancia de ser solidarios. Sus aportaciones recibirán un recibo deducible y… ultimadamente, aporten lo que ustedes gusten llamando al teléfono 38-26- 83 62, o comunicándose al siguiente correo: rosygonzalezc@hotmail.com. Preguntando por la señora Rosy. Extraña forma de pedir una limosnita por el amor de Dios, no cree usted; espero no sea el recurso de una utopía. Ya les comentaré. Amén de los amenes.

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