Aprender de ellos

GUADALAJARA, JALISCO (04/FEB/2011).-  El pasado 24 de enero falleció el obispo de San Cristóbal de las Casas, don Samuel Ruiz García el “Tatic” (el padre), un hombre cuya vida habitó las cumbres del verdadero espíritu de solidaridad. De lenguaje claro y transparente, trabajó con inusitado ahínco y fe inquebrantable a favor de la defensa de los más pobres de entre los pobres: los indígenas chiapanecos. Su quehacer pastoral digno de imitar por tantos y tantos sacerdotes que apenas cumplen con su apostolado, se ha convertido, al fin de sus días, en un legado de portentosa labor filantrópica. Con su admirable y congruente vocación de entrega mitigó la pena de los desvalidos, organizó sus vidas y hasta le dio forma a sus almas.

Don Samuel luchó por causas nobles sin olvidar, porque así lo comprobó, que la discriminación y la injusticia son el preámbulo de la violencia, de ahí la titánica labor humanitaria que realizó. Para “Tatic”, los pobres han sido su gloria y su cruz, los coros de maledicencia que alzaron la voz para en su momento condenarlo han terminado en la basura. A pesar de los embates en su contra emprendidos en diversas instancias y desde diferentes ámbitos don Samuel Ruiz continuamente dio pruebas renovadas de su auténtico amor por los pobres luchando incansablemente por sus derechos humanos. Aspiraba, como todo soñador, a la utópica meta de que las minorías se declaren, algún día oficialmente desterradas, de ahí su activa y comprometida vida de trabajo.

Dejo claro que para alcanzar justicia se requiere convertirse en mensajeros de guerra y caridad, de una guerra cuyas armas deben ser la caridad cristiana y la entereza de convicciones vindicando la primacía del amor al prójimo, mensaje que el Obispo envió con toda claridad y congruencia y que al fin y al postre es el mensaje medular de la doctrina de Jesucristo.

No todo ha sido fácil y terso para don Samuel, todo lo contrario, la lealtad a los pobres y a sus justas causas le acarrearon un sin fin de conflictos nacidos desde los centros de poder: eclesiásticos y políticos. El Obispo, convencido de lo justo de su lucha y convencido de quienes detentan el poder se suponen inmunes a la crítica de la razón, enfrento odios, rivalidades y conflictos a los que opuso, amor, amistad y armonía. Para mayor congruencia, externa e interna, vivió rodeado de esas minorías que la soberbia humana y la ceguera institucional han considerado como escoria de la tierra.

Aquellos que hayan experimentado la rabia y el desasosiego que provocan las injusticias, la discriminación, la indiferencia, quienes han tenido la oportunidad, una y otra vez de comprobar que las simples palabras han sido inútiles y hasta dolorosas para solucionar injusticias, entenderán y admiraran la vida del Obispo de San Cristóbal de las Casas al comprender que ha sido una reivindicación del individuo y la dignidad humana.

Don Samuel Ruiz García, Obispo de San Cristóbal de las Casas, “Tatic” tu vida ha sido un ejemplo de intenso contenido humanitario. Tu radiante manifestación de caridad sin duda se ha convertido en una interminable bendición para todos aquellos que sufren la injusticia y para los que luchan porque nadie sea visto como inferior. Y el lector se preguntara: ¿Qué tiene que ver don Samuel con la discapacidad? mucho, cuántos “Tatic” comprometidos con la causa de la discapacidad nos hacen falta. Amén de los amenes.