Suplementos | Por: José Luis Cuellar de Dios Aprender de ellos Convulsiones… en el alma Por: EL INFORMADOR 25 de junio de 2010 - 03:40 hs GUADALAJARA, JALISCO (25/JUN/2010).- Muchas de las personas con algún tipo de discapacidad intelectual padecen convulsiones, algunas de ellas con suma frecuencia, otras de manera aislada. Se trata de uno de los eventos más angustiantes y dolorosos que arrolla -inmisericorde- mente, alma y cuerpo, no solo para quien la sufre, sino además, en forma insoportablemente dolorosa para los padres. Mi cercanía con la discapacidad me había colocado hasta ahora, como testigo en muchas de estas caóticas situaciones. Confieso que en los casos que me ha tocado presenciar, mi estado de ánimo quedaba pasmado al ver aquel silencio conventual, posterior a la convulsión, que se convertía en lágrimas con sabor a duelo mortuorio. Ahora lo he vivido en propia carne, que digo carne propia, carne desalmadamente desgarrada cuando hace unos días, Martita, mi hija con discapacidad intelectual, sufrió una demoledora convulsión estando yo presente. Nunca antes en sus 31 años de edad le había ocurrido. Convivir con la discapacidad se convierte en una caminata siempre cuesta arriba; hay que convertir la carga en estimulo para evitar construir la vida con resentimientos, agravios y amarguras. Se trata de una lucha por vivir constantemente la experiencia de la superación. La convulsión en si, es una especie de sinestesia que se origina en el sentido de la vista -escenas patéticas- para terminar sacudiendo el alma. En otras palabras, trastornos neurológicos que provocan convulsiones en el alma. Los pocos minutos de eterna duración que Martita convulsionó ha sido un viaje por los infinitos caminos del dolor, acompañado de un miedo que se tocaba y se respiraba, ha sido una visita, dolorosa estadía en el frío de la oscuridad. Es tal la sacudida anímica que por momentos pensé que la desventura absoluta si existe. Conforme transcurría la crisis y mi hijita se recuperaba, lenta y pesarosamente, apareció el artero asalto del cruel pensamiento de evasión, incitó a nuestra condición humana: considerar la muerte como un hecho simplificador, como hostil salvación. La experiencia siendo primera persona y no tercera como testigo, adquiere por momentos dimensiones monstruosas. Anímicamente estamos hablando de una experiencia violenta, destructiva y altamente agresiva. Hija y padre habían quedado en un insoportable estado de indefensión; convulsión de cuerpo, en ella; de alma en el padre; convulsión que desploma conduciendo a cimas de negra oscuridad, como si el mismo cosmos se estremeciera. Momentos climáticos de terror: la impotencia. Ahí estuvo, también, puntual e infaltable, la eterna interrogante de su presencia en este mundo. Luego, con pasos cortos y silenciosos se recobra la calma, poco a poco apareció la mirada paciente y noble de Martita.., pausa que dio pauta para comprender que estas terribles pruebas nos ponen en manos de Dios. Certeza, una vez más, que la discapacidad estará siempre ligada a sentimientos profundamente encontrados: tranquilidad y desesperación, desánimo y fuerza, alegría y desasosiego, rabia y perdón; en pocas palabras, los designios de Dios: misterio irresoluble. Ese Dios al que se dirigió el poeta diciendo así: “Hay golpes en la vida, tan fuertes (yo no sé) Golpes como del odio de Dios; (como si ante ellos) La resaca de todo lo sufrido Se empozará en el alma ...yo no sé. Amén de los amenes. Temas Calor de hogar Aprender de ellos Lee También Tips para dejar de manchar la ropa con residuos de jabón al lavarla ¡Adiós, chinches! Elimina las plagas fácilmente con este remedio casero De este color debe ir tu árbol de Navidad para mejorar la salud mental El Buen Fin llega a Shein; estos son 3 productos de menos de $20 pesos para decorar esta Navidad Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones