Miércoles, 27 de Noviembre 2024
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Apapacho reparador

Comúnmente, los hombres reniegan de someterse a sesiones de relajamiento, usar productos para el cuidado de la piel o destensar los músculos

Por: EL INFORMADOR

Partiendo de un simple masajeador manual, hay muchas cosas que ayudarán a Papá a dejar fuera el estrés. ESPECIAL /

Partiendo de un simple masajeador manual, hay muchas cosas que ayudarán a Papá a dejar fuera el estrés. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUN/2013).- ¿Cuándo fue la última vez que el hombre de la casa se tomó unos minutos para olvidarse de todo y relajarse  como se merece? Si la pregunta es difícil de contestar, en definitiva necesita un momento para hacerlo. Comúnmente, los hombres reniegan de someterse a sesiones de relajamiento, usar productos para el cuidado de la piel o destensar los músculos que, al final del día, les sirven para soltar el estrés que con el arduo trabajo acarrean.

Por eso, el papel de las mujeres es enumerarles las ventajas de consentirse de vez en cuando para reiniciar la mente y dejar el cuerpo listo para la siguiente batalla diaria. Si definitivamente convencerlo para que vaya a un spa es tarea titánica o imposible, por qué no regalarle en su día algunos artículos que le servirán para llevar la relajación al nivel que él quiera, en el momento que él desee.

Empezamos por el sueño. Diversos estudios indican que alrededor del 15% de los mexicanos sufren insomnio, lo cual les impide alcanzar un sueño reparador, esto es dormir de corrido siete u ocho horas diarias. Entre las principales causas se encuentran problemas laborales, familiares, económicos, pero para que a papá no le pase esto ni se una a la estadística hay varias opciones.

Una almohada ortopédica le será de mucha ayuda para iniciar bien la noche. Ésta le dará soporte al cuello y cabeza en la justa medida, pues el material termosensible del que se compone se adecúa a su postura y responde a los cambios de temperatura corporal, por lo que estará fresco y cómodo durante la noche, y no tendrá que lidiar con una almohada que se aplana a los 10 minutos de acostarse sobre ella y que no le ofrece soporte.

Este tipo de productos oscila en los 300 pesos en las tiendas departamentales, tienen la ventaja de que no pierden su forma ni el soporte que ofrecen incluso durante años.

Ahora, destensar los músculos. Existe una amplia gama de masajeadores, aquí nos centraremos en dos: los manuales de madera y los eléctricos. Los primeros son muy sencillos, pero tienen la ventaja de que se manejan a ritmo y gusto de quien recibe el masaje, además de que no consumen energía eléctrica.

Para hacer un masaje con un artículo de madera se necesita que la persona se relaje primero con respiraciones profundas, y que de preferencia tome un baño caliente previo. Una vez que esté lista, manos en acción. Se recorre el masajeador manual por el cuello con movimientos lentos, tan suaves o fuertes como lo deseen. Así la idea es recorrer la espalda, los brazos, piernas, manos y pies, será de gran ayuda para la circulación de la sangre, recomendable para quien pasa mucho tiempo sentado en la oficina.

En el caso de los aparatos eléctricos para dar masaje no es tan distinto. Aquí la diferencia es que éstos ofrecen una serie de texturas, velocidad y temperatura que se pueden controlar con un interruptor conforme avance el masaje. La recomendación cuando se use este tipo de artículos es simplemente tener cuidado con las coyunturas y huesos del cuerpo, pues un masajeador eléctrico que dé golpecitos puede no ser agradable en la cabeza o en los codos, por ejemplo, pero sí puede serlo en la espalda o muslos.

Otra ventaja de éstos es que si no hay quien pueda darle una sesión de relajación, los masajeadores están diseñados para que uno mismo pueda darse sus sesiones sin ayuda, incluso tienen mangos que permiten alcanzar la propia espalda sin problemas.

Si a esto se le agregan algunas fragancias de aromaterapia, que se pueden conseguir fácilmente en tiendas de artículos de relajación incluso ya con su aplicador, la sensación de descanso y confort alcanzará niveles superiores.

El precio de los masajeadores, desde los manuales a los eléctricos, puede ir de los 100 a los mil pesos, según el modelo y la marca.

Otro detalle que puede hacer la diferencia cuando papá se vaya de vacaciones este verano es un buen kit de baño. Esto es bata, pantuflas y antifaz. La sensación de frescura y comodidad que experimentará cuando deambule en su cuarto de hotel en bata de baño y sandalias, y duerma sin que lo moleste un rayo de luz, no la conseguirá de otra forma.

Un kit de productos como estos cuesta arriba de los mil pesos en tiendas departamentales.

Si este año la intención es consentirlo sin escatimar, el mejor regalo es sin duda un sofá individual con un mecanismo incluido de masaje para la espalda. Con este, papá puede prescindir de un spa, de un masajeador y aromaterapia, pues bastará con sentarse, reclinarse, y controlar la sesión relajante que está por experimentar mientras lee, ve la televisión o sencillamente cierra sus ojos. Una inversión superior a los siete mil pesos es suficiente para regalarle un descanso listo cuando quiera disfrutar de él.


EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ

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