Hay mancuernas que están destinadas a la grandeza sin importar lugar y circunstancia. Y si a esto se le agregan ingredientes como la inspiración y la redención, no hay fuerza que marque un alto en el camino hacia la gloria.Ayer, Tom Brady y Rob Gronkowski recrearon sus mejores años juntos en Nueva Inglaterra, pero vistiendo un uniforme distinto; una defensiva que no dio tregua al mejor jugador de la Liga y la determinación de algunos hombres por los que ya no se les apostaba en otros lados llevaron a buen puerto el barco de Tampa Bay Buccaneers para levantar su segundo trofeo Vince Lombardi en su historia.La cifra final en el Raymond James Stadium: 31-9 Tampa Bay Buccaneers sobre Kansas City Chiefs en el Super Bowl LV.Brady y Gronkowski se conectaron en un par de ocasiones en la zona de anotación en la primera mitad para convertirse en la dupla mariscal de campo-receptor más anotadora en la historia del Super Bowl y de la Postemporada, recreando sus buenos tiempos que les llevó a ganar tres anillos con New England Patriots.Pero la historia de la noche en Tampa se la llevó la defensiva de Tampa Bay Buccaneers, que aprovechó las ausencias en la línea ofensiva de Kansas City Chiefs e incomodó durante todo el encuentro a un Patrick Mahomes que se sintió fuera de su elemento y no pudo crear jugadas explosivas.Fiel reflejo de ello fue que el ataque de Kansas City Chiefs fue limitado a sólo tres goles de campo en 60 minutos de acción, con elementos como Shaquil Barrett, Jason Pierre-Paul y Ndamukong Suh respirando en la cara de Mahomes, obligándolo a ser interceptado en dos ocasiones y capturado en tres oportunidades.La cereza en el pastel la pusieron Antonio Brown y Leonard Fournette. El primero al lograr la anotación con la que Tampa se fue con 15 puntos de ventaja al descanso y el segundo al poner el último clavo en el ataúd de los Chiefs al escaparse 27 yardas hacia la zona de anotación y colocar el marcador en un inalcanzable 28-9.Al final, la apuesta por viejas glorias y rechazados en otros frentes llevó a Tampa Bay a terminar con su sequía de 18 años y proclamarse como el nuevo rey en la NFL.Los Buccaneers se mostraron como uno de los campeones de Super Bowl más dominantes de la historia al neutralizar por completo a un equipo de Kansas City que llegó al juego como favorito.No hay espacio para las dudas: desde hace tiempo, Tom Brady es el más grande de todos los tiempos.Así quedó de manifiesto desde antes de llegar a los Buccaneers de Tampa Bay, pero anoche, jugando con eficiencia y el más que tangente liderazgo que se le conoce, concretó la llegada de su séptimo anillo de Super Bowl y su quinto galardón como Jugador Más Valioso en este tipo de partidos.Brady completó 21 de 29 pases para 201 yardas y tres anotaciones; números nada fuera de este mundo, pero suficientes para igualar a Otto Graham, de los Browns de los años cincuenta, como los únicos quarterbacks con siete títulos de NFL.Se jugaban los últimos instantes del segundo cuarto cuando los oficiales decidieron marcar como interferencia un apenas perceptible contacto de Tyrann Mathieu sobre Mike Evans en la zona de anotación, que trajo consigo un primero y gol a falta de 10 segundos por jugarse. En la siguiente jugada, Tom Brady conectó con Antonio Brown para poner las cosas aún más cuesta arriba para los Chiefs luego de que el marcador quedara 21-6 al medio tiempo.Tampa Bay no soltó el acelerador al inicio de la segunda mitad, pues luego de que Kansas City descontara con un gol de campo, en la siguiente serie ofensiva los Bucs ampliaron la ventaja con un acarreo de 27 yardas de Leonard Fournette.Patrick Mahomes tuvo quizá una de las peores actuaciones de su carrera, pero esto se debió a que la línea defensiva de los Buccaneers lo presionó constantemente, especialmente en jugadas de tercera oportunidad, donde los Chiefs fueron inefectivos.Fueras de lugar, rudezas innecesarias, actitudes antideportivas, interferencias y sujeciones… muchas sujeciones.Kansas City Chiefs dieron una muestra de cómo detener a los propios Chiefs. Hacerse daño a sí mismos.Al medio tiempo acumularon más faltas (ocho) que puntos (seis) y más frustración que esperanza. Fue una nada característica pérdida de la compostura que allanó el camino para la derrota por 31-9 ante Tampa Bay Buccaneers.Sus 95 yardas por faltas en la primera mitad fue la mayor cantidad para un equipo en toda la temporada y en los Playoffs este año. Fue una yarda más que todas las que la franquicia acumuló en cualquier encuentro a lo largo de todo el año. Kansas City Chiefs cometieron tres faltas en la segunda mitad para terminar con un total de 11 para 120 yardas.Quizá las infracciones más dolorosas fueron las dos interferencias de pase al cierre del segundo cuarto que los puso abajo 21-6 al medio tiempo.JL