A pesar de la alerta mundial, en México hay solamente 23 casos confirmados de la variante ómicron y están distribuidos en la Ciudad de México (16), Estado de México (6) y Tamaulipas (1).La Secretaría de Salud lanza una advertencia para el perfil de las personas que se están infectando de esta variante: la mayoría tiene 45 años de edad y, lo más lamentable, no se vacunaron contra esta enfermedad.La propagación de ómicron obligó a varios países a tomar nuevamente duras medidas de restricción. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió más esfuerzos a los Gobiernos y recomendó a la población que evite las fiestas decembrinas.Hugo López-Gatell, subsecretario de Promoción de la Salud, reaccionó y aseguró que la petición para posponer las celebraciones navideñas es en referencia al repunte de contagios de la nueva variante ómicron en Europa. Lamentó que se sacó de contexto la declaración del director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.Recordó que México afrontó una tercera ola de contagios por la variante delta, que alcanzó su pico entre julio y agosto pasados. Sin embargo, desde entonces hay una constante tendencia a la baja que se ha mantenido en estas semanas: “Lo que vemos hasta este momento es una tendencia de reducción, que ha sido sostenida por varios meses”.El Gobierno de López Obrador lo atribuye a la campaña nacional de vacunación.En el país suman 23 casos confirmados de la variante del nuevo coronavirus ómicron, todos con síntomas leves, informó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. “Hasta el momento tenemos 23 muestras”.Los casos confirmados están distribuidos en la Ciudad de México (16), Estado de México (6) y Tamaulipas (1).El promedio de edad de los pacientes es de 45 años. Y tres son casos importados, detalla un informe de la Secretaría de Salud.Otros tres casos en la capital del país y uno en el Estado de Sinaloa son analizados para determinar si se trata de la nueva variante.Detalló que todas las personas confirmadas con ómicron han presentado “síntomas leves y ninguna ha sido hospitalizada por razón de salud. El único fue el caso inicial que anunciamos hace un par de semanas, que se hospitalizó de manera voluntaria para prevenir contagios”.El primer caso de ómicron en México es un ciudadano sudafricano de 51 años, que arribó al país el 21 de noviembre y fue confirmado el pasado 3 de diciembre.López-Gatell resaltó que 70% de las 23 personas identificadas con la variante no habían sido vacunadas.Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard informó que participará en una reunión por teleconferencia con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, para abordar el avance de esta variante.Washington anunció que distribuirá millones de pruebas gratuitas del COVID-19 ante el avance de la nueva variante, descubierta a finales de noviembre en Sudáfrica, pero que ya es dominante en Estados Unidos.La rápida propagación de ómicron llevó a varios países a tomar nuevamente duras medidas de restricción, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió más esfuerzos para garantizar el fin de la pandemia el año próximo.En México, la pandemia se ha estabilizado desde hace unos tres meses. Con 27 de los 32 Estados en el nivel más bajo de la alerta sanitaria, el país normalizó casi completamente su actividad, aunque autoridades insisten en recomendar el uso de mascarillas y procurar las medidas de higiene.El país registra 3.9 millones de contagios confirmados y 298 mil 161 muertos, según cifras oficiales.AvanceHasta ahora se han aplicado 146.8 millones de dosis a 81.9 millones de personas, lo que significa que el 88% de la población adulta ya recibió al menos una dosis contra el nuevo coronavirus, según la Secretaría de Salud Federal.Desde inicios de diciembre se aplica una dosis de refuerzo para mayores de 60 años.La revista The Lancet publicó que una dosis de refuerzo de la vacuna de AstraZeneca sería necesaria para aumentar la protección y evitar casos graves de COVID-19.Según el estudio, la protección comienza a disminuir tres meses después de la segunda dosis. Se detalla que los investigadores analizaron datos de dos millones de personas en Escocia y 42 millones en Brasil, y evaluaron el riesgo de casos graves, incluidas las hospitalizaciones y las muertes, pero tres meses después de la segunda dosis.Sin embargo, no analizaron la vacuna contra la variante ómicron de rápida propagación, que no circulaba en ese momento.“Encontramos una protección cada vez menor de la vacuna contra las admisiones hospitalarias y las muertes por el COVID-19 tanto en Escocia como en Brasil”, mencionaron los especialistas.Las evidencias sugieren que se necesitarán tres dosis de las vacunas más empleadas en el mundo para generar suficientes anticuerpos contra la variante ómicron. Penny Ward, profesora de medicina farmacéutica en el King’s College de Londres, dijo que si bien el documento da una “impresión bastante alarmante a primera vista”, muestra que existe “una efectividad sostenida de la vacuna para prevenir la hospitalización y la muerte por el COVID-19 en al menos 50% durante el lapso del estudio”.GUÍALos ensayos clínicos pueden mostrar que las vacunas tienen un porcentaje elevado de eficacia. Pero eso no necesariamente corresponde con la vida real: el nuevo coronavirus está variando y también la efectividad de las inmunizaciones.Comprender cuánta protección ofrece una vacuna no es tan simple como parece.La pandemia ha traído muchos términos e ideas engañosas a la vida de todos. Dos conceptos particularmente complicados son la eficacia y la efectividad de las vacunas. No son lo mismo. Y, a medida que pasa el tiempo, surgen nuevas variantes.Melissa Hawkins, epidemióloga e investigadora de salud pública en la American University en Washington, explica la forma en la que los investigadores calculan cuánto previenen las vacunas esta enfermedad, qué influye en las tasas de efectividad y eficacia, y cómo ómicron está cambiando las cosas.—¿Qué hacen las vacunas?—La vacuna activa el sistema inmunológico para producir anticuerpos que permanecen para luchar contra la exposición a un virus en el futuro. Las tres vacunas aprobadas actualmente para su uso en Estados Unidos (Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson) mostraron éxito en los ensayos clínicos.Los ensayos se utilizan para calcular la eficacia de una vacuna, pero no necesariamente representan condiciones del mundo real.—¿Cuál es la diferencia entre la eficacia y la efectividad de una vacuna?—Todas las vacunas nuevas deben someterse a ensayos clínicos en los que los investigadores prueban las vacunas en miles de personas para examinar si funcionan y son seguras. La eficacia es la medida de qué tan bien funciona una vacuna en los ensayos clínicos.Los investigadores diseñan los ensayos para incluir dos grupos de personas: las que reciben la vacuna y las que reciben un placebo. Calculan la eficacia de la vacuna comparando cuántos casos de la enfermedad ocurren en cada grupo, vacunados versus placebo. La efectividad, por otro lado, describe qué tan bien se desempeña una vacuna en el mundo real. Se calcula de la misma manera, comparando las enfermedades entre personas vacunadas y no vacunadas.La eficacia y la efectividad suelen estar próximas entre sí, pero no son necesariamente iguales. El funcionamiento de las vacunas variará un poco de los resultados del ensayo una vez que millones de personas se vacunen.Muchos factores influyen en el rendimiento de una vacuna en el mundo real. Nuevas variantes como delta y ómicron pueden cambiar las cosas. Incluso, el número y la edad de las personas inscritas en los ensayos son importantes. Y la salud de las personas que reciben la vacuna también. La proporción de la población que se inocula puede influir en su eficacia. Las vacunas con eficacia moderada, incluso baja, pueden funcionar muy bien a nivel de población.Del mismo modo, las vacunas con alta eficacia en los ensayos clínicos, como las vacunas contra el nuevo coronavirus, pueden tener menor efectividad y un pequeño impacto si no hay una alta aceptación de la vacuna entre la población.La distinción entre la eficacia y la efectividad es importante: una describe la reducción del riesgo lograda por las vacunas en los ensayos clínicos y la otra describe cómo esto puede variar en poblaciones con diferente exposición y niveles de transmisión.Los investigadores pueden calcular ambos, pero no pueden diseñar un estudio que los mida simultáneamente.—¿Cómo se calcula la eficacia y la efectividad?—Tanto Pfizer como Moderna informaron que sus vacunas demostraron una eficacia superior al 90% para prevenir la infección sintomática por COVID-19. Dicho de otra manera, entre los individuos que recibieron la vacuna en los ensayos clínicos, el riesgo de contraer el virus se redujo en 90%, en comparación con aquellos que no recibieron la vacuna. Imagínense cómo se realiza un ensayo de la vacuna: se seleccionan al azar a mil personas para que reciban la dosis en un grupo. Y otras mil personas para recibir un placebo en otro grupo. El 2.5% de las personas en el grupo de los vacunados contrajo el COVID-19 en comparación con el 50% en el grupo de los no vacunados. Esto significa que la vacuna tiene una eficacia del 95%. Por lo tanto, ese 95% hace referencia a cuánto se reduce la incidencia de la enfermedad entre los vacunados.Sin embargo, que una vacuna tenga una eficacia del 95% no significa que el 5% de las personas vacunadas contraerá COVID-19. Es una noticia mejor: su riesgo de enfermarse se reduce en un 95%. La eficacia de la vacuna se calcula exactamente de la misma manera, pero se determina mediante estudios observacionales. Al principio, las vacunas tenían una eficacia superior al 90% para prevenir enfermedades graves en el mundo real. Pero, por su propia naturaleza, los virus cambian y esto puede alterar la efectividad.—¿Qué pasa con la variante ómicron?—Los datos preliminares están llegando rápidamente y revelan una menor efectividad de la vacuna. Las mejores estimaciones sugieren que las vacunas tienen una eficacia de entre 30% y 40% en la prevención de infecciones, y un 70% de eficacia en la prevención de enfermedades graves.Un estudio en Alemania, que no ha sido revisado formalmente por pares, encontró que los anticuerpos en la sangre recolectados de personas vacunadas con Moderna y Pfizer mostraron una eficacia reducida para neutralizar la variante ómicron. Otros estudios en Sudáfrica e Inglaterra mostraron una disminución significativa en la eficacia de los anticuerpos. Se esperan más infecciones disruptivas, con una menor capacidad del sistema inmunológico para reconocer ómicron.RECOMENDACIONESLas personas vacunadas contra el COVID-19 y las que se contagiaron pueden infectarse de la variante ómicron, confirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS). El director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que la información que se analiza indica que esta variante circula de forma más rápida que las anteriores. “Es probable que los vacunados y los que se han curado del COVID-19 se infecten o reinfecten”.Por eso lanzó un llamado para tomar conciencia frente a esta situación de la variante ante las festividades de la época.“Es mejor cancelar los festejos ahora y celebrar la vida mañana... que celebrar hoy y estar de luto mañana”, reflexionó.“Esto es muy serio y estamos muy preocupados (por ómicron)”, recalcó Tedros. Agregó que los reportes que indicarían que esta variante causa una enfermedad más moderada que delta podrían no ser representativos.Pidió a los Gobiernos ejercer máxima precaución en las próximas semanas y evitar eventos con presencia de mucha gente y que se podrían convertir en propagadores del virus.Ómicron ha sorprendido a los científicos porque no se pensaba que podía aparecer una variante más transmisible que delta y porque no proviene de una mutación de esta última, sino de otro linaje. El virus es impredecible.El coronavirus ha provocado hasta ahora 5.5 millones de muertes y 272 millones de casos alrededor del mundo.En términos de infecciones y decesos, el segundo año de la pandemia fue peor que el primero, puesto que en los últimos 12 meses las muertes se elevaron a 3.3 millones, lo que supera las muertes acumuladas por malaria, tuberculosis y Sida a nivel mundial.Tedros sostuvo que si el mundo quiere acabar con la fase aguda de la pandemia en 2022, debe resolverse el problema de la desigualdad entre los países en cuanto al acceso a las herramientas que existen para frenar el COVID-19, incluidas las vacunas, test de diagnóstico y tratamientos.El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está “considerando” dar marcha atrás a las restricciones de viaje desde Sudáfrica y otros países africanos impuesta por su Gobierno en noviembre pasado, tras la aparición de la variante ómicron. “Tendré una respuesta para eso pronto”.Justificó que la decisión se adoptó para determinar cuánto tiempo tenían antes de que se detectara un caso de ómicron en el país y determinar lo que necesitaban para enfrentarla. La prohibición de Washington, que entró en vigor el pasado 29 de noviembre, afecta a los viajeros de Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia. Lesotho, Eswatini, Mozambique y Malawi.La medida ha sido criticada duramente, incluso desde la Organización Mundial de la Salud, por “penalizar” a esos países.Ómicron es la variante que más contagia en Estados Unidos: está presente en el 73.2% de los nuevos casos.¿Desde hace cuántas semanas no se contagian en su familia del nuevo coronavirus?Participa en Twitter en el debate del día @informador