El área de frutas fue la más afectada tras el incendio registrado la madrugada de ayer en el mercado Libertad, conocido como San Juan de Dios. David Ramírez vendía ropa, pero su familia se dedicaba a la fruta y verdura. De los 15 locales que tienen, ocho se incendiaron.Sus abuelos comenzaron con la venta de frutas en la calzada Independencia. Una vez que se abrió el mercado, en 1958, pudieron hacerse de un patrimonio, que en unas horas se convirtió en cenizas.El Ayuntamiento tapatío confirmó que 426 locales ardieron, de un total de dos mil 994.“Se nos está acabando nuestro patrimonio. Queda echarle ganas”, dijo David, quien tenía una inversión de 100 mil pesos.Los veladores del mercado reportaron el incendio a las 02:10 horas. Seis minutos después, personal de Protección Civil y Bomberos ya estaba en el lugar, pero se sumaron elementos de otros Ayuntamientos para contener el incendio. Participaron más de 430 agentes.Por la mañana y durante un recorrido, el alcalde Pablo Lemus señaló que un “diablito”, que hizo cortocircuito, fue el causante: “Preliminarmente, se debe a la sobrecarga eléctrica de unos puestos en el área de frutas y verduras: son ‘diablitos’, de los cuales se colgaron ocasionando una sobrecarga eléctrica, que pudo ocasionar el cortocircuito que derivó en el incendio”.Por la tarde, autoridades tapatías confirmaron que la causa fue accidental. No se registran hasta ahora daños estructurales.Jesús Félix Gastelum, coordinador de Servicios Públicos, señaló que 130 elementos de distintas cuadrillas también realizan tareas de limpieza.Mientras tanto, las labores de saneamiento se entregarán en los próximos dos días y la rehabilitación continuará para el mantenimiento y restitución de los locales y sistemas afectados. Por eso no hay fecha precisa para la reapertura del mercado, aunque se prevé que sea la siguiente semana.Lemus informó que, para locatarios que lo soliciten, habrá entrega de apoyos económicos y en especie. Los cierres viales en las inmediaciones se mantendrán hasta hoy. El mercado se vigilará las 24 horas para evitar robos. El lugar se llenó de charcos de agua. Del techo colgaban algunos alambres y lámparas a medio caer. El fuego dejó un rastro caliente y con olor a humo de plástico, tela y frutas, y todo aquello que un día tenía colores se volvió negro.A las 02:16 horas de la madrugada, elementos de Protección Civil y Bomberos llegaron al mercado Libertad. Tardaron más de cinco horas en controlar las llamas que salían del ala sur del inmueble y que afectaron a 426 locales de los tres niveles. En el segundo nivel, en uno de los pasillos que salen al área de comida, a Rosaura y a su hermano se les quemaron miles de pares de tenis que vendían al mayoreo. Tenían cuatro bodegas; todas ardieron. Sentada en un banco, sobre el charco de agua verde, con libretas de clientes en las manos y los ojos rojos e hinchados, miraba su patrimonio destruido.“Mira. Todo. Todo se nos quemó”, titubeaba entre las lágrimas y el moqueo como el resultado de la nostalgia e impotencia. “Tenemos crédito, debemos la mayor parte de la mercancía. Perdí millones, tan sólo cada par lo dábamos en mil 300 pesos y son muchísimos aquí. Más de 10 mil pares y no nos van a dar apoyo, no les importa, quieren su pago y no les interesa otra cosa”, lamentó.Su familia adquirió los locales hace unos 25 años. A la fecha, ella y su hermano surten a otros locatarios del mismo mercado y hasta a clientes foráneos, por eso tenían tanta mercancía. “¿Y las deudas? ¿Cómo las vamos a pagar? ¿Y para seguir trabajando? Se necesita mercancía y no creo que se alcance a rescatar algo”, reflexionó con voz entrecortada. La mujer contó que arribó al inmueble en la madrugada luego de que un cliente le llamara para avisarle del percance; tardó 20 minutos en llegar pero las llamas ya lo habían consumido todo y a ella no la dejaron pasar. Tenía la esperanza de que no les hubiera tocado, pero no fue así. Los tenis que “resistieron” al fuego se pegaron unos con otros. “Vea, vea nomás”, dijo mientras levantaba lo que quedaba y aluzaba las bodegas que quedaron en la oscuridad. Las lágrimas volvieron a rodar en el recuento de los daños. “Siento nostalgia, mucho sentimiento, porque está nuestra vida aquí, todo nuestro esfuerzo y trabajo”, expresó.Las llamas alcanzaron su local. Mencionó que “rápido se consumió” y los tenis se volvieron cenizas.TESTIMONIOEntre el agua que se usó para apagar el incendio, el olor a humo y las fugas de gas que permanececían, locatarios afectados por el siniestro en el mercado San Juan de Dios sentían tristeza e incertidumbre por la pérdida de su patrimonio.El incendio no sólo alcanzó la ropa, calzado y comida, sino también a los seres vivos que ahí se comercializaban.Agapornis, periquitos australianos, palomas y ninfas fueron algunas de las aves que fallecieron por culpa del humo. Otros animales, pertenecientes a la misma familia de comerciantes, se lograron salvar pues se encontraban metros adelante del lugar del incendio. Guillermo Nieto es uno de los cuidadores de animales.“Nos hablaron en la madrugada, nos asustamos por los animalitos y venimos lo más pronto que se pudo. Tenemos de diferentes especies, hasta patitos, conejos y cuyos. Con el incidente que hubo corrían el riesgo de ahogarse”, compartió.Por ahora, dijo, llevarán a los animales a sus casas para atenderlos y esperarán el lugar para reinstalarse. Con un mismo local, cuatro o cinco familias se mantenían desde hace más de 40 años.“Da tristeza y pesar, por la situación en general, a mí a lo mejor no me afectó tanto, pero a otros sí. Es desconcertante y preocupante lo que va a suceder en un futuro”, añadió.TESTIMONIODesde 1970 el local de las “Súper Tortas Lokas y Kalientes” se encontraba en el mercado Libertad. Hoy se consumió entre las llamas. Su dueño, Salvador Saenz entró buscando algo que rescatar, pero nada quedó.“Pensamos que en un momento dado vamos a tener que empezar de nuevo. Por esta situación, para nosotros y para mucha gente que está en las mismas condiciones, va a ser muy difícil volver empezar de cero”, lamentó.También le avisaron pasadas las 02:00 horas de la madrugada. Llegó unos minutos después y desde entonces se quedó a esperar la respuesta de las autoridades. Además de la comida, la plancha, los refrigeradores y la televisión se dañaron con el fuego. “Son pérdidas. Ya nos ofrecieron agilidad para recuperar el local, un lugar dónde vender mientras tanto, y apoyo económico”, destacó.Pese a todo, consideró que fue un accidente: “Ahí está y vamos a seguir adelante”.Luis Armando Ramírez también resultó afectado. Su puesto de frutas era de sus padres, quienes adquirieron el local cuando abrió el mercado.“No sabemos qué pasó, nos dieron la noticia en la noche del incendio, pero no pensamos que fuera tan grande. Nosotros llegamos a las tres de la mañana y ya estaban las llamas. Perdí unos 130 mil pesos. Todo mi negocio, mi patrimonio, se fue para abajo. Tres familias nos manteníamos de aquí y vivíamos al día. Da nostalgia, impotencia e incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar y cuánto tiempo”, dijo.PARA SABEREl decreto que declara al mercado como monumento artístico explica que en la obra, perteneciente a la arquitectura contemporánea de Guadalajara, destaca la incorporación del diseño creativo y la tecnología del momento, los paraboloides hiperbólicos y la utilización del concreto aparente, así como el uso de materiales de la región como el tabique de barro vidriado.“Que presenta un alto grado de innovación, considerando la época en que fue construida, en la que el autor utilizó un lenguaje arquitectónico único en el aprovechamiento de los espacios interiores y exteriores, combinados con el manejo del diseño estructural, así como las circulares y modulaciones de los locales comerciales, destacando la idea del tianguis mexicano con un lenguaje contemporáneo”.También se resalta que los materiales y técnicas utilizados en esta obra, incluyendo acabados, uso del color, diseño de interiores y exteriores, “evidencian sensibilidad ante las condiciones climáticas, economía en el costo, uso y adaptación de recursos y materiales mexicanos”.HISTORIAAunque la historia comercial del mercado Libertad se remonta hasta antes de 1888, año que fue establecido el primer mercado, que sobrevivió hasta el año de 1925, su forma actual llegó cuando el alcalde municipal José María Cuéllar ordenó la construcción del edificio de dos plantas de estilo colonial, hecho con mampostería de piedra, ladrillos y adobe, que tiene una superficie de 12 mil metros cuadrados.El 30 de diciembre de 1958 fue inaugurado el mercado que conocemos en la actualidad, proyecto a cargo del reconocido arquitecto Alejandro Zohn, durante el mandato del gobernador Agustín Yáñez. Con una inversión de 13 millones 800 mil pesos, la edificación de tipo modernista, fue construida con varilla y concreto; albergó por primera vez una escuela primaria y una guardería.Sombreros, artículos de piel, artesanías, dulces típicos, muñecas de cartón y carritos de madera, pero también tenis, electrónicos, joyería, videojuegos, mercancía importada y réplicas, puestos de comida, hierbas medicinales y más productos se pueden encontrar en el Mercado Libertad, mejor conocido como San Juan de Dios, debido al barrio donde se encuentra, a un costado del templo que lleva el mismo nombre.Fue declarado como Patrimonio Artístico de la Nación por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en el 2004 y es uno de los mercados techados más grandes de Latinoamérica.¿Qué opina de las medidas de seguridad en los mercados municipales?Participa en Twitter en el debate del día @informador