Las coaliciones conformadas tanto a nivel federal como local podrían generar dudas entre los electores al emitir su voto el próximo 1 de julio. A su vez, los errores podrían incrementar los votos nulos y afectar el resultado del candidato a quien pretendían dirigirlos.Esto ya se observó en anteriores procesos electorales, principalmente en el de 2012, cuando los partidos coaligados aparecieron también de forma separada en las boletas electorales y no en conjunto, como ocurrió en 2006.La mayor problemática obedeció a que en 15 entidades hubo elección coincidente, en las que se registraron coaliciones constituidas de forma distinta a las federales (incluido el Estado de Jalisco). Eso provocó que en 154 distritos electorales se diera información cruzada, y en 68 información adicional debido a las alianzas locales.En 2012, el 56.9% de los votos nulos se consideraron error; en tanto que 40.5% fueron intencionales. El mayor grado de error se detectó en zonas no urbanas (63%) y en las urbanas fue de la mitad.Algo similar podría ocurrir en 2018, porque a nivel nacional los nueve partidos políticos formaron tres coaliciones: Por México al Frente (PAN-PRD-MC), Todos por México (PRI-PVEM-Nueva Alianza) y Juntos Haremos Historia (PT-Morena-PES); en tanto que en Jalisco las coaliciones Por México al Frente y Todos por México no se replicarán en todos los municipios y distritos. Aquí, cada partido tiene su candidato a gobernador y las coaliciones aplicarán en el resto de los cargos, ya sea para alcalde o diputados.Eso provocará que se mantenga la tendencia de anular el voto por error en las elecciones legislativas que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), son mayores respecto a las presidenciales. Mientras en estas últimas han oscilado entre 2% y 3%, en las de senadores y diputados es de entre 2% y 5.5 por ciento.El estudio muestral del INE destaca que, en la pasada elección de gobernadores, 61% de los votos anulados fueron equivocaciones de los electores, quienes trataron de votar por dos o tres partidos no coaligados.El integrante del Observatorio Electoral de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Antonio Elvira de la Torre, destaca que esto podría complicar el tema, aunque considera que el problema podría ser más alto a la hora de contabilizar los votos. Aclara que no es un punto para preocuparse en exceso, pero sí para poner atención. Y tanto el INE como el instituto local, dice, deberán verificar que la capacitación sea la apropiada.Se sumarán la reelección e independientesEl académico del ITESO, Jorge Rocha, coincide en que habrá mucha confusión porque las coaliciones no son generales, pero serán los partidos políticos quienes deberán observar a detalle el conteo de los votos para evitar que les sean anulados.“Ellos son los que dicen: ‘a ver, espérame, ese voto es para mí, ese voto es para acá’. Ahí los representantes de casilla de los partidos políticos son los que van a terminar ayudando o tratando de decir: ‘ese voto es mío’”.A esto, dice, se suma que habrá reelección en munícipes y diputados, y habrá más candidatos independientes. “Todos los jaliscienses tendrán la posibilidad de votar por un independiente en esta elección y son novedades que a lo mejor sí es posible que paguemos un cierto costo, digamos de aprendizaje, pero la verdad es que no tenemos ningún referente para decir qué tanto o no la gente se puede equivocar con esto”.En México, el voto nulo continúa sin efectos. A diferencia de otros países, donde incluso se puede forzar a una segunda vuelta a través del voto en blanco, en el país sólo pueden aspirar a que se dé un nuevo escrutinio y cómputo en algunas casillas cuando el porcentaje resulte superior a la diferencia obtenida entre el primero y segundo lugar.En las últimas tres elecciones presidenciales, éste ha representado un promedio del 2% de la votación total, y en la de senadores y diputados ha rebasado incluso el 5%, una situación que se asemeja a la de Jalisco en las elecciones de gobernador.En 2006, por ejemplo, a nivel nacional se emitieron más de 900 mil votos nulos (2.17% de la votación emitida), que superaron los más de 243 mil votos que resultaron como diferencia en las votaciones obtenidas entre los dos candidatos punteros: Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador (14.9 y 14.6 millones de votos, respectivamente). Proceso que se convirtió en el más cerrado del país.Los votos nulos incluso han superado los de algunos partidos pequeños. En el 2006 estuvieron por arriba de los del Partido Nueva Alianza, y en 2012 fue superior a la obtenida por Movimiento Ciudadano y el Partido Verde (sin coaliciones).Para que el voto en blanco sea vinculante, algunas fracciones han presentado iniciativas para que sean un factor de invalidez de una elección, o permitan reducir el financiamiento a partidos políticos. Sin embargo, por falta de apoyo han quedado en intentos.El académico del ITESO, Jorge Rocha, duda que en esta elección surja algún movimiento fuerte en pro de la anulación del voto. “Lo que sí podría darse, de acuerdo a como se vaya configurado las tendencias, es lo que llaman una invitación al voto útil (…) Y se daría hacia finales de mayo y principios de junio”.Incluso, considera que en este proceso pudiera presentarse una efervescencia del voto. “Tampoco es que la gente salga a votar en masa (…) pero sí creo que nuestros niveles de abstención van a bajar un poco”.En los procesos de 2006 y 2012, el porcentaje de abstencionismo ha sido superior a los votos obtenidos por los candidatos con mayor número de votos. Hace 12 años, fue del 41%, mientras que el primer lugar (Felipe Calderón) obtuvo el 35.8% de la votación. En 2012, fue de 36.9%, por encima del 36.3% obtenido por el ganador (Enrique Peña Nieto).Algunos de los países donde el voto nulo o en blanco puede provocar una segunda vuelta son Colombia, Ecuador, El Salvador y Perú.En las últimas tres elecciones a la gubernatura, el voto nulo ha venido a la alza en Jalisco. Aunque los promedios se mantienen similares a los de nivel federal, estos se incrementaron en más de 40 mil.En el año 2000, en el Estado se registraron 34 mil 736 votos nulos: el 1.61% del total de la votación. En el 2006 se incrementó a 54 mil 214: un 1.89% del total de sufragios emitidos, y para 2012 superó el dos por ciento.En esta última se obtuvieron 81 mil 329 votos nulos (2.39%), votación superior a la obtenida por Nueva Alianza y el Partido Verde (este último sin contabilizar los que obtuvo en coalición con el PRI).Hace seis años, los votos nulos en la elección de alcaldes alcanzaron el 3.19% (108 mil 148 votos), mientras que la de diputados por mayoría relativa representaron un 5.39% (189 mil 058).La abstención redujo en poco más de 3% entre los procesos de 2006 y 2012; la participación ciudadana pasó de 60.9% a 64.2 puntos.Elvira de la Torre destaca que el abstencionismo favorece a partidos con organizaciones de tipo clientelar corporativo; es decir, gremios, asociaciones y grupos de interés. “El que tenga más capacidad de llevar a votar a estos grupos es el que tendrá más posibilidades de ganar. Realmente, los partidos políticos tienen una capacidad limitada de convencer a las personas de que se agrupen en esas organizaciones y, entonces, terminan ganando y teniendo opciones más favorables para ganar la elección”.Subraya que por ello es importante que se realice una evaluación sobre el perfil de los candidatos, para que elijan la opción política que mejor los represente.A pesar de que en los últimos años han surgido propuestas para que en México se cuente con la segunda vuelta electoral como sucede en otros países, no han tenido el respaldo suficiente para avanzar.Una de estas es la iniciativa presentada el año pasado por senadores del PRD, PT y el independiente Armando Ríos Piter, quienes proponían que cuando los votos nulos superen a los de los candidatos, la elección sea anulada.Además, se busca que los votos nulos tengan un valor en los cómputos electorales y se descarten a la hora de realizar las fórmulas para distribuir presupuesto para partidos.En el documento de la iniciativa, que se quedó en comisiones previo al actual proceso electoral, se destaca que el objetivo es darle reconocimiento al voto nulo, lo que posiblemente permitiría una disminución del abstencionismo y obligaría a los partidos políticos a replantear su políticas de acción y trato con los ciudadanos.En las elecciones federales de 2006, los votos nulos representaron el 2.17% de la votación total emitida; mientras que en las de 2012, fue de 2.47%, y en las elecciones de 2015 aumentaron al 4.76%.“Tanto la anulación del voto como el abstencionismo son una forma de expresión ciudadana en contra del sistema o de los propios candidatos. No obstante que tanto las cifras de abstencionismo, como la anulación de los votos van hacia arriba, no existe legalmente una forma en que válidamente el ciudadano pueda expresar el descontento con el sistema de partidos”.La iniciativa busca dar claridad a la validez del voto nulo, con los alcances y consecuencias jurídicas que pudiera tener. Sin embargo, la propuesta se quedó en la congeladora. Este año, el senador panista, Jesús Santa García, presentó también una iniciativa para darle validez al voto nulo. Propone que si éstos superan a los de algún partido, se le descuente la mitad del financiamiento.LA VOZ DE LOS EXPERTOSAntonio Elvira de la Torre, (académico de la Universidad de Guadalajara e integrante del Observatorio Electoral)El integrante del Observatorio Electoral comenta que el voto de protesta en realidad tiene efectos contrarios a su propósito original, pues al no votar, la elección entra en el concepto de votación total.“Es decir, que la votación válida se genera en la resta que haces de votos nulos. De alguna manera puede ser contraproducente que una persona no quiera sufragar; con eso reducirá el número de votos requeridos para que un partido mantenga su registro”.“Hay que estar atentos y esperamos que los ciudadanos prefiera elegir una opción”. Concluye que anular el voto no contribuye a reducir el financiamiento a los partidos políticos.Javier Soto Morales, (profesor Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana)Para el académico, sería benéfico que el país contara con una segunda vuelta electoral, aunque aclara que las reformas deberán realizarse con mucho cuidado y sin dejar cabos sueltos.“No nada más reformas de tipo legal, sino todo el esquema de estructura del organismo electoral, los costos y el derroche que mencionaba del tema de las campañas, que es grosero”.Dice que se debe plantear el terreno para que haya una segunda vuelta, a fin de “que la democracia nos dé más certeza respecto a esa voluntad en un segundo escenario y haya gobernabilidad”.Aclara que no sería necesario copiar mecanismos de otros países, sino que México cuente con un modelo que responda a la demanda de los ciudadanos, pues actualmente los porcentajes entre el primero y segundo lugar son muy estrechos, lo que genera dudas. La segunda vuelta lo evitaría.EL ANÁLISISPor Jaime Barrera¿Alguien recuerda a Fidel, el candidato de la perrada?Aquel perro de raza Pitbull que era promovido como candidato por un movimiento que invitaba al voto en blanco o voto nulo como muestra de inconformidad hacia la clase política y gubernamental de Jalisco, y que después se supo, fue en realidad un invento del cuarto de guerra de uno de los candidatos como estrategia para dispersar el voto.Muchos creyeron en aquel momento en ese símbolo de protesta que completaban con sus frases de campaña y que lo mostraban como el candidato más perrón, que rechazaba la mordida y que no iba tras ningún hueso.Esta mascota visibilizó el trabajo de organizaciones que estaban plenamente convencidas en la utilidad de anular el voto como muestra de repudio a los excesos del poder y el alejamiento de los partidos políticos y sus candidatos de la ciudadanía. Fue una primer muestra del hartazgo ciudadano y de la desconfianza hacia las instituciones.Sin duda, una de las causas del surgimiento de estas manifestaciones antivoto fue el conflicto post-electoral de julio de 2006 que puso en entredicho el papel del entonces Instituto Federal Electoral y muchos órganos electorales estatales. Otro factor fue el hastío que provocó el bajo nivel del debate de las campañas en las que se empezó a privilegiar la utilización de la guerra sucia y los discursos superficiales propios de los miles de spots que se difunden en cada campaña. Aquel movimiento por la anulación del voto preocupó a las autoridades electorales, que buscaron acercamientos con sus líderes y respodieron con una contracampaña para alentar la participación ciudadana en la elección.Aunque la crispación social por la crisis económica, la inseguridad, la corrupción y la impunidad que motivó el surgimiento de los anulistas en el 2009, lejos de resolverse se fue agravando en todo el País, esta corriente política no creció ni dio seguimiento a sus estrategias que tradujeron incluso en iniciativas de Ley.De ellos se supo ya muy poco en los siguientes procesos electorales del 2012 y el 2015 como queda ampliamente documentado en el tema del día de hoy en EL INFORMADOR, en donde la conclusión es que los votos nulos hoy en Jalisco y en México se deben más a los errores de los electores que al avance y la presencia de los movimientos anulistas que invitan a utilizar el sufragio como una protesta al sistema político mexicano.CLAVESColombia. No sólo se le reconoce validez sino la posibilidad de que, bajo ciertas condiciones, un determinado volumen de votos en blanco obligue a repetir una elección. También lo es por la serie de prerrogativas que se da a los partidos y organizaciones sociales que participan como promotores del voto en blanco en las campañas.Ecuador. El porcentaje de votos nulos puede dar lugar a que se declare la nulidad de una elección cuando estos superen “a los votos de la totalidad de candidatos, o de las respectivas listas, en una circunscripción determinada, para cada dignidad”.El Salvador. Según el artículo 325 del Código, una elección será declarada nula por el Tribunal, entre otros casos, cuando los votos nulos y abstenciones “superen a la totalidad de los votos válidos en la elección de que se trate”.Perú. La autoridad electoral (Jurado Nacional de Elecciones) puede declarar la nulidad de las elecciones cuando los votos en blanco, sumados o separadamente, superen los dos tercios del número de votos válidos.España. El voto en blanco es válido y además se toma en cuenta en el reparto de escaños. En España se utiliza la ley D’Hondt, por la que los escaños se distribuyen entre los partidos en función del total de votos emitidos, por lo que el voto en blanco se suma al número total de votos del escrutinio, a partir del cual se calculan los porcentajes de representación. De allí se desprende que el voto en blanco eleva el umbral de votos para que los partidos sean representados.Sigue: #DebateInformador¿Ha decidido anular su voto en alguna elección?Participa en Twitter en el debate del día @informador