La capacidad de la planta de tratamiento de El Ahogado es insuficiente y el último año recibió el doble del agua que puede limpiar. Esto se traduce en una degradación del líquido en el punto más crítico: la cascada de El Salto, revela el estudio “Generación de Insumos y Herramientas para la Toma de Decisiones en la Estrategia Integral para la Recuperación del Río Santiago”, elaborado a petición de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet).La planta trata 2.25 metros cúbicos por segundo, pero “en los aforos realizados en el cauce de El Ahogado fueron superiores a los 4.3”.En mayo pasado, la Federación informó que 78% de los decesos causados por el COVID-19 se concentraba en zonas con mayor impacto ambiental, dentro de un polígono que abarca del río Santiago hasta el río Coatzacoalcos (Veracruz).Se solicitó entrevista a la Semadet, pero no se concretó.Una de las principales recomendaciones para mejorar la calidad del río Santiago a la altura de El Salto y Juanacatlán es un plan maestro de saneamiento del arroyo de El Ahogado, que incluya trabajos de campo de identificación, caracterización y aforo detallado de cada una de las descargas que actualmente se vierten sin tratamiento hacia este cuerpo de agua, revela el estudio “Generación de Insumos y Herramientas para la Toma de Decisiones en la Estrategia Integral para la Recuperación del Río Santiago”, realizado por AyMA Ingeniería y Consultoría, que analizó información brindada sobre la calidad del agua entre 2003 y 2019.La Planta de Tratamiento de Agua Residual (PTAR) de El Ahogado inició operaciones en 2012, por lo que antes de ese año observaron concentraciones de demanda bioquímica de oxígeno superiores a los 100 miligramos por litro, pero ese alto grado de contaminación “se fue revirtiendo un poco entre los años 2012 a 2017, aunque posteriormente muestra una tendencia clara al incremento (de la polución) en los últimos dos años (2018 y 2019)”.Este afluente conduce las aguas residuales generadas en la zona Sur-Oriente de la metrópoli; sin embargo, la aportación de Tlajomulco y El Salto no son conducidas a la planta de El Ahogado; por lo tanto, no son tratadas. El estudio sugiere un análisis de la cuenca y la aportación a cada una de estas descargas, las fuentes de abastecimiento, la población y la dotación; también el catastro de la infraestructura de la conducción de las aguas residuales y la identificación de los faltantes. Se suman la elaboración de los proyectos ejecutivos de cada línea y de los colectores, así como realizar los proyectos ejecutivos de las plantas de tratamiento requeridas, posiblemente mediante la ampliación de la existente planta de El Ahogado.“También sería necesario emprender la construcción del Túnel interceptor para conectar las aguas residuales que se generan en la zona Oriente-Norte del área metropolitana; incorporar las aguas residuales de los colectores que se encuentran aguas debajo del colector interceptor actual y hacer un plan de saneamiento para las descargas de los fraccionamientos establecidos entre Ixtlahuacán de los Membrillos y Tonalá, para conducir las aguas residuales al número adecuado de sistemas de tratamiento y evitar que se sigan vertiendo crudas a los cuerpos de agua”.El tramo del río Santiago que corresponde al estudio tiene una longitud de 107 kilómetros, desde su nacimiento en el lago de Chapala hasta poco antes de su confluencia con el río Verde, lo que ocurre al noroeste de la ciudad.Según el documento, la parte inicial del río Santiago se ubica en una planicie agrícola, con una longitud de 66 kilómetros, seguido de un trayecto de 41 kilómetros en el que el cauce se interna en una barranca, la que se hace más profunda a partir de Puente Grande.Según el análisis, el punto crítico de la calidad del agua a lo largo de los ríos está en El Salto y Juanacatlán, por tres motivos principales:MetodologíaPara el estudio establecieron 19 puntos de muestreo y aforo. Y se determinaron 153 parámetros de calidad del agua en cada evento.El estudio en referencia indica que es fundamental reforzar el programa de monitoreo de la calidad del agua, principalmente en ampliar el número de estaciones para cubrir el río Zula, incluir el aforo en cada evento de muestreo y aumentar el número de parámetros de compuestos tóxicos a evaluar, incluyendo al menos los identificados en este diagnóstico.También es necesario incrementar las capacidades del laboratorio de la Comisión Estatal del Agua (CEA). Incluso, la página web del organismo tiene más de un año que está en actualización.Otro punto sugerido es usar la base de datos de calidad de agua elaborada para realizar un análisis estadístico orientado para establecer patrones de tiempo y espacio de los principales parámetros, así como tratar de relacionarlo con eventos del manejo de la cantidad y la calidad de agua en el río, así como las temporadas de estiaje y las lluvias.Para perfeccionar el modelo hidrológico y la calidad del agua se pide el monitoreo, ya sea de rutina o los estudios externos, que incluyan el aforo de la corriente y completen el inventario de las fuentes de contaminación con un análisis de las unidades económicas principales, con información adecuada de las aportaciones industriales, de las granjas pecuarias (número y tipo de cabezas, manejo de desechos y tratamiento de efluentes) y el inventario o el censo de las actividades agrícolas (hectáreas, tipo de cultivo y riego, prácticas de fertilización y fumigación).“Es de suma relevancia continuar con la complementación del modelo SWAT (o similar), incorporando el eje de la calidad del agua para conocer el comportamiento de los contaminantes de mayor relevancia en los caudales principales, tanto del río Santiago como del río Zula”, se subraya.GUÍACLAVESUbicación. El río Santiago se encuentra en la cuenca hidrológica denominada Río Santiago-Guadalajara, la cual está integrada por 10 subcuencas. El Gobierno de Jalisco, en conjunto con los municipios, delimitó un Área de Intervención Prioritaria (AIP) para la Estrategia integral para la recuperación del río Santiago, sobre la cual se desarrolla el presente estudio.Área. El polígono tiene cuatro mil 931 kilómetros cuadrados y comprende 18 municipios: Arandas, San Ignacio Cerro Gordo, Atotonilco el Alto, Tepatitlán, Tototlán, Ocotlán, Poncitlán, Zapotlán del Rey, Zapotlanejo, Chapala, Ixtlahuacán de los Membrillos, Tlajomulco de Zúñiga, Juanacatlán, El Salto, Tonalá, Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque.Población. El polígono tiene una población estimada de cuatro millones 053 mil 816 habitantes, quienes de manera directa reciben los efectos adversos de la contaminación que se presenta actualmente en los ríos Zula y Santiago. Son quienes eventualmente serán beneficiados directamente con las políticas y acciones de control de la contaminación que se deriven del presente estudio.LA VOZ DEL EXPERTOAlan Carmona (miembro de la Asociación Un Salto de Vida).Alan Carmona considera que las recomendaciones del estudio “se quedan cortas” ante el nivel de contaminación que se tiene en el río Santiago. “No podemos perder de vista que la empresa que lo realizó ha sido consentida desde hace varios sexenios. La mayoría de los estudios los realizó la misma consultora y en el tema del sistema de monitoreo del agua vienen a justificar un modelo que ya venían planeando para incrementar a 19 puntos de muestreo”.Resalta que en las conclusiones no hay una visión de cuidar todo el ecosistema. “Ellos van señalando que la peor calidad es en la entrada del canal de El Ahogado. Señalan la baja pendiente y la baja velocidad del agua… eso es para nosotros”.Explica que esto ocurre por las represas, derivaciones y que las industrias están extrayendo agua del subsuelo. “Si le quitan esa cantidad de agua, le quitan al río la capacidad de limpiarse a sí mismo. Tienen que hablar del tema del saneamiento con las plantas de tratamiento, pero que al río lo dejen ser río... no podemos hablar de una recuperación integral si no ocurre esto”. Agrega que aún esperan el estudio del tamizaje de los niños de la zona, del cual no han remitido nueva información.TELÓN DE FONDOEn noviembre de 2019, este medio publicó que la Delegación de Jalisco del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene el mayor número de personas en tratamiento sustitutivo de la función renal en el país; es decir, que requieren diálisis o hemodiálisis para mantener la función del riñón, en las etapas 3 y 4 de la enfermedad (de un total de cinco).Vía Transparencia, el IMSS detalló que atiende a seis mil 925 pacientes en Jalisco: tres mil 257 reciben diálisis; el resto, hemodiálisis.Por eso las organizaciones civiles piden la elaboración de un registro para conocer cuántas personas tienen daño renal, ya que no todos los enfermos cuentan con seguridad social, por lo que no forman parte de la estadística anterior.Además, en el Estado fallecieron cuatro mil 744 personas por insuficiencia renal entre 2013 y 2017, de las cuales 50 fueron bebés, con menos de un año de edad, mientras 419 personas tenían entre uno y 24 años. El resto contaba con más de 25 años, según la Secretaría de Salud Federal. La estadística coloca a la Entidad en tercer lugar en defunciones, después del Estado de México (siete mil 534) y Veracruz (cinco mil 711).Felipe Lozano, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), refirió que la contaminación del agua es uno de los factores principales que provocan las enfermedades renales, además de la exposición a los plaguicidas.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de las obras para reducir la contaminación de los cuerpos de agua en Jalisco?Participa en Twitter en el debate del día @informador