En el presente ciclo escolar se han cambiado 16 mil 681 niños y niñas del sistema privado al público, confirma el director de Planeación de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), Alfonso Oliva Mojica. Esto representa una cifra récord, ya que el promedio era de 12 mil menores que se cambiaron en otros años.El funcionario enfatiza que en Educación Básica tienen 12 mil centros educativos, por lo que esa cifra no impacta de forma significativa al sistema público. Y en caso de que los cambios aumenten ante la crisis en el sector privado, están garantizados los espacios. “El sistema educativo jalisciense está preparado para recibir a niños y familias que consideren pertinente trasladarse y tomar este derecho (de cambiarse a los planteles públicos)”.La principal deserción en los colegios ocurrió entre alumnos de nivel primaria, con 10 mil 247 cambios a las escuelas públicas. Sobre los motivos por los cuales los padres deciden mover a sus hijos, contestó que son cuestiones multifactoriales. “La movilidad del empleo o la transición de madres, padres y tutores. Y el tema de la contingencia sanitaria, que llevó a los padres de familia a apoyarse de familiares o gente de confianza para que tomen las clases a distancia. Esto generó que algunas familias decidieran trasladarlos al sector público”.En general, de los alumnos que abandonaron el ciclo escolar debido a la pandemia o cualquier otro motivo, acentúa que es algo que se podrá medir hasta finalizar el ciclo escolar, ya que los mecanismos planeados para acompañar pedagógicamente a los menores de edad permiten que los estudiantes que estén atrasados puedan recuperar el año con trabajos y evidencias. “De tres evaluaciones quedan dos. Hay una gran posibilidad de que los niños y niñas que no han mostrado una comunicación efectiva lo puedan hacer”.Ante los dos fenómenos: alumnos que abandonan colegios y preinscripciones en el sector público, subraya que “todos tienen un lugar… ni uno solo se quedará fuera. Estamos preparados. La única situación es que, a veces, tendrán que ir a una segunda o tercera opción. Tardamos una semana, en promedio, para resolver cada caso, sobre todo por la revisión de la estructura de la escuela o de las estructuras grupales”.GUÍACorreo para cambios de escuela:inscripciones.educacion@jalisco.gob.mxPreinscripcionesSe habilitará el centro de atención telefónica 33-3030-7550, el cual estará operando del 2 al 26 de febrero.Buscar apoyo emocionalTeléfonos para buscar ayuda emocional en el Gobierno federal, además de documentos de apoyo: https://coronavirus.gob.mx/salud-mental/.Actividades para niños: https://coronavirus.gob.mx/ninas-y-ninos/TELÓN DE FONDOLuego que se diera a conocer que algunos grupos escolares podrían regresar a las escuelas para recibir acompañamiento académico, el secretario de Educación, Juan Carlos Flores, aclaró que no es una autorización para el regreso a clases presenciales, sino para crear “grupos de seguimiento académico” que hagan diagnósticos, retroalimentación y complementos de la modalidad en línea.Un día después, volvieron a insistir en que solamente son actividades de retroalimentación, así como aprovechar los espacios de deporte, laboratorios y talleres.Lo anterior, con la finalidad de apoyar a los estudiantes, principalmente de escuelas privadas, que han tenido más dificultades durante este tiempo a distancia.La estrategia, avalada por la Mesa de Salud, será opcional y con actividades controladas de nueve alumnos, máximo cuatro días a la semana (una semana sí y otra no). En el caso de los laboratorios, no se podrá superar el 30% de la capacidad.La emoción por la novedad de tomar clases en línea duró ocho meses. Después, Dante, quien cursa tercero de primaria en una escuela privada, empezó a mostrar problemas de aprendizaje, sobre todo en matemáticas.Además, la falta de convivencia con sus amigos y familiares provocó hartazgo y aburrimiento en el menor, quien ya no quiere hacer actividades ni tareas.“Es un cambio muy fuerte y está afectando también el vínculo con nosotros. Hemos optado por no exigirle tareas, ya llevamos dos días en que lo dejamos sin hacer nada. Incluso, aunque le restrinjo los videojuegos, ya lo dejé jugar más”, explicó Natalia Matallana, madre del niño.La mujer detalló que el tema de la educación se vuelve cada vez más complicado porque le piden que, como mamá, esté acompañando a su hijo cuando cursa las clases virtuales. “Nosotros no lo hacemos así porque el día de mañana regresan a las clases y no van a tener a la mamá al lado; además, yo no puedo por mi trabajo. A mi otro hijo de dos años sí lo tuve que meter a una guardería, en la que sólo cuidan a seis niños”.Aunque su trabajo lo puede hacer desde casa, debe cumplir con objetivos semanales, por lo que tiene que dedicarle las mismas horas que si acudiera a una oficina. Debido a los problemas de aprendizaje de Dante, llegaron a contemplar la idea de sacarlo de la escuela y contratarle un profesor particular, pero no les conviene por los costos. Además, subrayó que también está el factor de seguridad, porque sería dejar entrar a una persona a su casa. “Hemos investigado sobre maestros de matemáticas particulares, pero calculamos y nos sale exactamente lo mismo en dinero. Por otro lado, Dante quiere seguir con sus amigos, aunque sea verlos en línea… no se quiere salir de la escuela. Las mamás nos agotamos, vemos que está mal en el comportamiento, pero luego también en lo académico. Es todo un caos”.Agregó que se combina el aprendizaje con la salud mental, ya que Dante comenzó a presentar eventos preocupantes que no había tenido antes. “Mi hijo ha tenido tres ataques de ansiedad. Mi esposo es psicólogo y los identificamos, desde septiembre que empezó con terrores nocturnos”.Sobre la idea de que los niños regresen a las aulas, ve que es complicado por el aumento de los contagios. “Aunque estamos cansados y ellos necesitan socializar, tenemos miedo”.Dante, de ocho años, estaba muy emocionado cuando comenzaron las clases virtuales debido a la pandemia en marzo de 2020. Luego que los contagios aumentaron, sus padres dejaron de ver a familiares y amigos, lo que detonó un cambio de actitud en el menor, quien tiene dificultades de aprendizaje desde noviembre pasado.“Al principio estaba muy motivado y ahora no se quiere conectar ni hacer tareas. Vimos un cambio completo porque no convive con sus amigos… y no compartimos con mucha familia porque nos cuidamos. Hemos notado un retroceso. Y pelea con el hermano todo el día porque está aburrido”, explicó Natalia Matallana, su mamá.Acentúa que la situación repercute en las actividades familiares, ya que ella hace trabajo en casa y necesita que el menor tome sus clases por internet de forma independiente. “En sus clases presenciales le iba muy bien. Era muy atento, nunca me pusieron una queja, pero ahora no avanza en matemáticas”. Debido a que los menores de edad muestran dificultades de aprendizaje, padres de familia están buscando profesores particulares para que los niños no se atrasen. Por ejemplo, Lizbeth contó que sacó a su hijo del colegio para contratarle a una maestra particular. También busca inscribirlo a una escuela pública para que no pierda el año.Alfonso Oliva Mojica, director de Planeación de la Secretaría de Educación en Jalisco, respondió que tienen identificado que muchas familias están optando por inscribir a sus hijos en las escuelas públicas, pero no es algo generalizado. Y garantiza espacios para todos los que necesiten cambiar a los menores.Autoridades estatales anunciaron que, a partir del 1 de marzo, grupos de hasta nueve niños podrán presentarse en las escuelas de educación básica en Jalisco para recibir “acompañamiento” académico de los profesores, pero destacan que no será un regreso a clases presenciales y habrá sanciones en caso de detectar esa práctica.VOZ DEL EXPERTOJoshué Covarrubias Esquer, pediatraSobre cómo saber si los hijos necesitan maestros particulares para reforzar su aprendizaje escolar, Joshué Covarrubias Esquer indicó que, aunque para muchos funciona, lo importante es conocer cuál es la forma en la que ellos aprenden. Y con base en eso tomar las decisiones.“Para niños que son más visuales, estar en línea ante una pantalla funciona, pero no para todos. Para el aprendizaje en línea tuvimos que haber previsto que los niños tienen diferentes formas de aprender. Muchas escuelas hacen test para saber de qué tipo son”.Mencionó que, por ejemplo, los niños en preescolar o en primaria, que son etapas de mucho movimiento, suelen aprender de forma kinestésica; es decir, que la información se procesa al asociarla con sensaciones y movimientos.“Y los expertos en pedagogía dicen que en esa etapa hay que hacer que se muevan. La socialización de los niños es un aprendizaje en espejo, es cuando un niño viendo a otro niño aprende”.Subrayó que en los pre-adolescentes o adolescentes, la madurez es distinta y son más abiertos en la manera de aprender mediante las clases en línea. “Ellos sí, pero porque están en una etapa diferente de su desarrollo. Tal vez, al contrario, en ellos lo que vamos a ver es una afectación de salud mental importante”.Debido al aislamiento provocado por la pandemia, añadió, cada vez es más frecuente detectar trastornos de salud mental en los menores, como depresión, insomnio o miedos.Con el aislamiento, la vida independiente de cada miembro de la familia, de un día para otro, desapareció o disminuyó, lo que ocasionó que los lazos familiares se modificaran y las relaciones se tensaran provocando, en muchos casos, desesperación, hartazgo, agresiones y estrés, documenta el análisis “Las niñas, los niños y los adolescentes y el COVID-19”, publicado por el Instituto Belisario Domínguez.Se destaca que en las grandes ciudades, por lo general, los integrantes de las familias tienen actividades como ir a la escuela, al trabajo o realizan actos recreativos como visitar familiares o reunirse con amigos. Y al disminuir esto, la familia se ve obligada a convivir más tiempo de lo habitual.“La convivencia con otras personas fuera del ámbito familiar, las posibilidades de recreación y esparcimiento, tienen efectos sobre la vida de la familia. Muchas de ellas son elementos que contribuyen a formar y estabilizar las relaciones entre los integrantes de la familia y facilitan la convivencia”.Al no existir interacciones con otras personas ni actividades externas, las familias pueden experimentar un cambio en su organización, porque se suspende la llegada de información que proviene de las actividades cotidianas, de las relaciones con otras personas. “Esto empobreció a los sistemas familiares, los cuales cayeron en un proceso que es muy frecuente en los sistemas cerrados, el de entropía: Este estado es el caos, la desorganización, la eliminación de las diferencias que lo hacen identificable”, mencionan.HOSPITAL CIVILEl Antiguo Hospital Civil comenzó desde febrero pasado con “Covid Kids”, que consiste en el apoyo al cuidado de la salud mental infantil. Rafael Santana, director del Antiguo Hospital Civil, explica que el programa es una herramienta que tiene la misión de ofrecer el servicio a la comunidad, en apoyo a las familias afectadas por el encierro, por lo que pueden acceder a los beneficios en la página http://www.hcg.udg.mx/covidKids19.php.Expertos consideran que el confinamiento puede detonar emociones de distintas maneras. Ante la crisis, si un adulto está irritable, es natural que los niños también estén sintiendo sentimientos similares, que los expresan con enfados, rabietas o mal comportamiento.Santana Ortiz recuerda que la plataforma digital “Covid Kids” inició cuando detectaron problemas de conducta relacionados con el confinamiento.Sigue #DebateInformador¿Qué opina del regreso parcial a las aulas a partir del 1 de marzo?Participa en Twitter en el debate del día @informador