Para este año se prevé inyectar un monto mayor a un billón 991 mil millones de pesos (MDP) a pensiones y jubilaciones, lo que representa 22 de cada 100 pesos del gasto del Gobierno federal. También significa un aumento del 11.8% en la inversión en este rubro comparado con lo destinado en 2023.En dicha cifra se toman en cuenta las pensiones que entregan el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la Secretaría del Bienestar, entre otras instancias. Ante esto, expertos alertan debido a la afectación que habrá en las finanzas públicas. Por ejemplo, Israel Macías López, académico de la Universidad Panamericana (UP), considera que este tema es una “bomba de tiempo”, ya que los ingresos no crecen al mismo ritmo que lo que se requiere para pagar las pensiones, por lo que opina que la solución de fondo será recortar al gasto público, una reforma fiscal o aumentar la edad de retiro, lo que no le gustaría a la población.“El Gobierno se está quedando sin dinero, el gasto en pensiones crece a un ritmo muy acelerado y se está comiendo el presupuesto público”, subraya Macías López.Por su parte, Antonio Ruiz Porras, coordinador del Doctorado en Estudios Económicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), coincide en que el tema es preocupante y se deben buscar alternativas. “El riesgo principal es que han aumentado de una manera excesiva en los dos últimos años. Actualmente el monto de estos gastos supera al pago de la burocracia… posiblemente es el gasto que mayor ha crecido en la última década”.Las críticas se dan de cara a la presentación de una iniciativa del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que busca reformar la Ley de Pensiones, de manera que al retirarse los trabajadores reciban un monto que sea similar a su último salario. Para especialistas en Economía, esto es inviable, pues no existen los recursos para cristalizar la propuesta y lograrlo implicaría establecer nuevas estrategias de financiamiento imposibles de consolidar.El académico de la Universidad Panamericana (UP), Israel Macías López, opinó que la mejor opción para pensionarse es con el régimen anterior a la reforma de 1997, además de que es mejor esperarse a cumplir los 65 años para recibir una cantidad mayor.“Lo que conviene es elegir el régimen anterior, porque el Gobierno es el que estaba obligado a compensar el faltante del ahorro. Si una persona ganaba 100 pesos, su pensión es de 90 pesos, y es casi como si siguiera trabajando. No hay mucha diferencia”, explicó Macías López.El académico señaló que hay dos tipos de pensiones, una en la que la persona aporta recursos al estar en un trabajo formal, conocida como contributiva, y en la otra es la no contributiva, que es en la cual la persona no dio ningún recurso, como el caso de la pensión para el Bienestar para las personas adultas mayores.“Las contributivas no tendrían que ser un problema. Las de 1997 en adelante se van apensionar con lo que tengan ahorrado en su Afore; eso no es un problema para las finanzas públicas. Los de la pensión anterior, la Ley de 1973, esas personas contribuyeron, pero es muy poquito, y el Gobierno está obligado a agregar para completar la pensión”, explicó.Por otro lado, Macías López resaltó que se puede obtener una pensión de cesantía en edad avanzada o vejez a partir de los 60 años, pero es mejor esperar para pedirla después de los 65 años.“La edad de jubilación son los 65 años, y aunque la ley también permite pensionarse antes, el costo que va a pagar (el pensionado) es que le van a dar un porcentaje menor. La idea es que trabaje hasta los 65 años porque dan el 100% de lo que corresponde. De esa manera recibirías la totalidad de tu pensión, no solamente un porcentaje”, explicó el académico.Por otro lado, Antonio Ruiz Porras, coordinador del doctorado en Estudios Económicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), concordó en que dentro de las pensiones contributivas hay dos tipos: las que se asocian al sistema de Afores -que comienza a ser válido a partir de 1997- y las que tienen el sistema anterior, que es la de la Ley de 1973.“Desde el punto de vista económico, para las personas es mejor el sistema de la antigua ley que la del sistema de Afores. Porque da mayores beneficios y se tiene que trabajar menos tiempo en semanas y régimen de cotización”, indicó Ruiz Porras.También puntualizó que está el esquema mixto, de los que empezaron a trabajar de 1992 a 1997. “En el caso de estas personas, ellos pueden elegir qué sistema tienen. Definitivamente les conviene la de 1973”.SE COMPROMETEN A INCREMENTAR EL AHORROEl Gobierno federal resaltó en el Quinto Informe de actividades que tras la reforma a la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, la actual administración se comprometió a incrementar el ahorro para el retiro de las personas trabajadoras y, al mismo tiempo, disminuir las comisiones que cobran las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).“Al cierre de octubre de 2022, la junta de Gobierno de la Consar (Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro) determinó el nivel máximo de comisión que podían cobrar las Afores para 2023, que se situó en 0.57% sobre el saldo de los activos administrados. Lo anterior como resultado del promedio aritmético de los cobros de comisiones y los sistemas de pensiones de contribución de los Estados Unidos de América (0.63%), Colombia (0.50%) y Chile (0.60%)”, señaló el Gobierno federal.Detalló que también revisó y aprobó las comisiones puestas a consideración por las Afores, con lo que estableció una comisión promedio de 0.566% para el año 2023, por lo que se mantenía el mismo nivel de comisión promedio de 2022, lo que representó estabilidad para el Sistema de Ahorro para el Retiro.“Con ello, se mantienen los beneficios para las personas trabajadoras, al lograr ahorros en sus cuentas individuales por más de 24 mil 400 millones de pesos y, al mismo tiempo incrementar el saldo para su retiro”, indicó.LA VOZ DEL EXPERTOAntonio Ruiz Porras, coordinador del Doctorado en Estudios Económicos de la Universidad de GuadalajaraEl académico de la Universidad de Guadalajara subrayó que la decisión sobre la resolución al problema del aumento en el monto de pensiones es decisión del partido que llegue al poder.“La solución es política, pero es impopular, porque de entrada el incremento fue generado por razones populistas, no fue generado por motivos de otra naturaleza. Realmente si se quisiera paliar el problema, no solucionarlo, lo primero que tendríamos que tener sería un incremento en los impuestos, y se necesitaría una reforma para posponer la edad de la jubilación. Estamos hablando en términos prácticos de los 80 años para arriba, lo cual evidentemente es algo poco viable desde una perspectiva electoral”, indicó el académico.De acuerdo con el especialista, las pensiones deben ser financiadas por los propios trabajadores, ya que las no contributivas son de ciudadanos que no contribuyeron ahorrando para su pensión, que no cotizaron ni en el IMSS, ni en el ISSSTE, ni en ningún sistema de seguridad social: “Estos gastos que se mencionan como pensiones realmente son un regalo, un subsidio que hace el Gobierno y técnicamente no está justificado ni por razones económicas, pero sí políticas. Explica por qué se incrementa 25% el monto de estas pensiones, lo que compromete las finanzas futuras y contribuirá a reducir los gastos de salud, educación e incrementará los impuestos de la población que sí está contribuyendo para su propia pensión”, explicó el académico de la Universidad de Guadalajara.Israel Macías López, académico de la Universidad Panamericana (UP)El especialista enfatizó que hay preocupación sobre la deuda del país presentada en Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024.“Es el endeudamiento más grande y el déficit fiscal más alto de los últimos 30 años. Es insostenible y es un tema claramente electoral. No se puede regalar el dinero así. Los gastos crecen aceleradamente, vamos a tener que hacer recortes”, explicó el académico de la Universidad Panamericana.De acuerdo con Macías López, una solución de fondo sería recaudar más impuestos y hacer una reducción del gasto público: “Es de una magnitud muy grave. Ya se acabaron los ahorros, los fideicomisos, fondos de estabilización”.Sobre el aumento de gasto en pensiones destacó que es un problema importante, aunque México no es el único país que enfrenta esta dificultad. “Lo que se ha hecho es que las personas se retiren a una edad más alta y eso a nadie le va a gustar. El dinero no se crea por arte de magia, sale de algún lado. Nadie se pregunta de dónde salen los recursos”, refirió Macías López.Concluyó: “En Francia acaba de pasar que querían tumbar al presidente por aumentar la edad de pensión de 63 a 65 años”.CLAVESDemografía: Debido a la reducción en la tasa de mortalidad de las personas, derivado en gran medida de los avances médicos que han incrementado la esperanza de vida, el número de personas en edad de retiro es cada vez mayor. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía estima que más de la mitad de los pensionados (55.4%) son por jubilación, poco más de la tercera parte (33.6%) por retiro o vejez y una menor proporción (5.7%) por accidente o enfermedad de trabajo.Afores: Son instituciones que se dedican exclusivamente a administrar e invertir los recursos en la cuenta individual, donde se acumulan las cuotas y aportaciones que realiza el patrón, el Gobierno y el propio trabajador.