Lunes, 20 de Enero 2025

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Vamos por más deuda

Por: EL INFORMADOR

Para resolver el déficit presupuestal para 2010, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, definió tres opciones: aumento a los ingresos del erario, reducción del gasto corriente gubernamental o más deuda del sector público.
Ante esta disyuntiva, ya se han pronunciado los partidos políticos y los dirigentes empresariales.

Para organismos como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el Consejo de Cámaras Industriales (Concamin) y la Confederación Nacional de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servitur), la solución es elevar los impuestos al consumo, a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA) aplicado en alimentos y medicinas, dejando fuera sólo cuatro decenas de productos de consumo popular, porque eso provocará, explican, que las personas que no contribuyen suficientemente con erario lo hagan, pero rechazan que se graven más las actividades productivas.

En sentido contrario, los partidos políticos, incluido el gobernante Acción Nacional, repudian más gravámenes al consumo. Aunque no lo dicen, panistas, priistas y perredistas muestran temor al encono de la población que, castigada por la crisis, mostraría enojo hacia la fuerza o fuerzas políticas que lo aprobaran, y cobrarían la factura en las elecciones de 2012.

El margen de acción de Hacienda para formular el Paquete Económico 2010 se ha reducido sustancialmente. Es previsible que el Gobierno federal elimine subsidios, sobre todo en gasolinas y electricidad, y haga algunas reducciones al gasto corriente, pero en montos insuficientes para cubrir la mayor parte del déficit.

Todo esto sólo lleva hacia una salida, ante la caída de la producción y el precio del petróleo, del que ha dependido un tercio del gasto público: adquirir más deuda, pues esta medida enoja menos a la población, que no entiende que algún día lo tendremos que pagar, evita más cargas a los contribuyentes cautivos y elimina el desprestigio social de los partidos.

Mala decisión. Los mexicanos retrasaremos sanear nuestras finanzas, endeudándonos con 1.8% a 2.0% del Producto Interno Bruto (PIB) —lo que equivale a poco más de 200 mil millones de pesos— heredando más carga para el futuro de nuestro país. Eso no es lo que queremos.

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