Una gran lección

En un periodo económico tan difícil como el que vive ahora el planeta, la confirmación en México de una inversión por mil millones de dólares, luego de que se anticipó desde principios de 2008, es una magnifica noticia, sobre todo porque en estos meses se van a recibir cifras dolorosas en materia de empleo, ventas, producción industrial, turismo, vivienda y producto interno bruto, pues por lo visto el segundo trimestre de 2009 será el periodo más difícil de sobrellevar, tanto en nuestro país como en el resto del mundo.

La enorme inversión de Volkswagen —casi 5% de lo que el país recibe del exterior en un año sin crisis— implica la creación de dos mil empleos directos y hasta seis mil indirectos, que son pocos para el millón 200 mil puestos laborales que anualmente requiere México, pero son muy buenos porque darán trabajo a mano de obra calificada, desde obreros a universitarios, con salarios mayores a los que suelen recibir sus colegas. Esto se logra gracias a que lo que aportan a la economía nacional tiene mucho valor añadido.

Con mil millones de dólares se podrían abrir muchísimos estanquillos o miles de talleres de productos sencillos. Pero si con ese dinero se mejora lo que hace esta armadora, incluido uno que, según se presumió ayer, fue diseñado por ingenieros mexicanos para satisfacer la demanda de autos de calidad en el país, y también para ganar ventas en mercados internacionales, se está alcanzando un enorme logro que sirve de ejemplo para nuestra fuerza productiva, muchas veces atada injustificadamente a procesos tradicionales o de escaso valor agregado. Como el petróleo, que por un mal comprendido nacionalismo se vende al exterior como crudo, y luego se compra como gasolinas y petroquímicos.
Tiene razón el Presidente Felipe Calderón cuando apunta que México puede salir fortalecido de la crisis y con un rumbo más claro. Hace mucha falta una renovación de procesos, tanto en economía como en otras áreas sociales.

Por lo pronto, ayer se recibió una gran lección: si se propician alianzas, incluso con empresas foráneas, que permitan producir mayor riqueza y empleo mejor remunerado, se alcanzará más bienestar social en México.