Tres años

El calendario electoral en nuestro país, con comicios cada tres años, influye de manera determinante en la definición de las políticas públicas en todos los órdenes y niveles de gobierno y, en este contexto, los actores de los poderes Ejecutivo y Legislativo se desempeñan en función de ello.

Elección tras elección, resultado tras resultado, con alternancia o sin ella, la cuenta regresiva con miras al siguiente proceso electoral empieza a partir del día posterior a la jornada, aun cuando desde hace varios años decenas de resultados esperan la resolución final de los tribunales.

En las elecciones del pasado 5 de julio, como nunca antes, se generó una movilización ciudadana que ahora tiene como propósito vigilar, supervisar, presionar e impulsar leyes, acuerdos y políticas públicas que efectivamente respondan a las necesidades de los mexicanos para evitar que sean consecuencia de cálculos partidistas.

Y, más allá de eso, la forma en la que votó el electorado mexicano es un mensaje que debería pesar en los dirigentes de los partidos políticos, de manera que volvieran a su esencia y enfocaran todos sus empeños en la sociedad y no en el siguiente proceso electoral. Es una idea generalizada que el triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue más un castigo para el Partido Acción Nacional (PAN) que una auténtica victoria para el tricolor.

Sin embargo, y dada la cultura política mexicana, si los dirigentes de los partidos políticos mantienen su modus operandi, es de esperar que el PRI, siendo mayoría en la próxima legislatura en la Cámara de Diputados, se preocupe y ocupe de ganar a costa del Presidente de la República.

Es decir, como señala el profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, Mario Ramos González: “Lo que le conviene al PRI es que las cosas no le salgan bien al Presidente”. Y como el mismo académico agrega: “Desafortunadamente, eso va en detrimento de los mexicanos”.

Si las cúpulas partidistas entendieron el mensaje de la ciudadanía del pasado 5 de julio, la oportunidad para demostrarlo será el ejercicio de discusión y aprobación del paquete de ingresos y egresos de la Federación para 2010. La sociedad, por lo pronto, está atenta.