Transparencia

Ayer los diputados locales tomaron una decisión que debe llevar a reflexionar sobre lo que le depara el futuro a Jalisco en materia de transparencia en el manejo del acceso a la información pública, en la que por cierto nuestro Estado fue pionero al legislar sobre la materia.

La votación mayoritaria que determinó no ratificar a Augusto Valencia López como presidente del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Itei) no constituye un hecho relevante por el personaje mismo, sino porque mete al debate la pregunta de qué es lo que los legisladores esperan del desempeño de un órgano autónomo que, por definición, debe ser un instrumento serio y riguroso que garantice a todo ciudadano el acceso a la información pública y, a la vez, que tenga las condiciones y la entereza suficientes como para hacer que los sujetos obligados cumplan con las obligaciones que les marca la ley.

El todavía presidente del Itei, quien permanecerá en el cargo hasta el primero de julio, ha sido un servidor público incómodo, desagradable en su estilo de decir las cosas, hasta impertinente para algunos funcionarios que no gustan de que se ventilen de manera tan abierta los incumplimientos a la ley, o los señalamientos de los ciudadanos cuando no son atendidos sus requerimientos de información.

Pero dejar el debate sobre el papel de la transparencia en el acceso a la información pública en una confrontación casi personal, es distorsionar la dimensión y la relevancia del tema. Lo que los ciudadanos deben saber es si el Itei está cumpliendo con su trabajo, si está respondiendo a las expectativas que tiene la sociedad en materia de información, desde luego con apego a la ley, que es su marco de acción; si el instituto hace bien su trabajo con los integrantes que ahora tiene y con el presidente que los conduce, ¿por qué negarle la ratificación?

Hay que esperar. Los ciudadanos jaliscienses han sido tan pacientes con la clase política que los ha gobernado durante largo tiempo, que suelen brindar casi siempre el beneficio de la duda; pero los diputados deberán demostrar, por la vía de los hechos, que tienen una mejor propuesta para dirigir al Itei, porque de otro modo esto será, una vez más, una simulación de democracia parlamentaria.