Subsidio o proselitismo

La sola idea de que podría subir la tarifa del transporte urbano en Guadalajara debe poner los pelos de punta a muchos. Por supuesto, los primeros afectados serían los millones de usuarios cotidianos de un servicio que no se distingue por su calidad, aunque tampoco es de los más caros, al compararlo con el de otras ciudades del país.

También debe preocupar a las autoridades, sabedoras de que un alza en el pasaje impactaría fuertemente en los bolsillos de la población, de por sí castigada por la creciente amenaza de una crisis económica que puede ser incluso más perjudicial que la de hace 14 años, combinada con una pérdida de puestos laborales y un alza a los salarios mínimos de 4.5% en la Zona Conurbada de Guadalajara, que se queda corta para la inflación en 2008, que cerrará cerca de 6.5 por ciento.

En estas circunstancias, resulta significativa la manera como se manifiesta la demanda actual de los transportistas, que desde hace semanas han solicitado una elevación de la tarifa ante el encarecimiento de sus insumos.

A diferencia de otras ocasiones, los camioneros han sido considerados, pues han evitado los reclamos airados de otras épocas. Para recuperar sus costos reales, dicen, el precio del pasaje debería pasar de 5.00 a 7.00 pesos (40%), pero expresan que puede quedar en 6.50 pesos y, como se publica hoy, su petición se reduce comedidamente a 6.00 pesos.
El gesto es respondido con la misma amabilidad por el gobernador, que reconoce que los transportistas sufren la carestía —como si no fuera una afectación generalizada— y se dice dispuesto a estudiar un alza que no sea a costa de los bolsillos de la gente.

Para ser así, sólo queda la opción de que el Gobierno del Estado otorgue un subsidio del erario al transporte público. Todos quedarían conformes así, transportistas y usuarios.

Emilio González Márquez tiene razón al reconocer que las condiciones económicas de las familias tapatías no están para soportar aumentos, pero un subsidio con recursos públicos en esta época, además de proteger a las familias, también podría influir en las elecciones de julio.