Responsabilidad legislativa

Fundamentales para la tarea que realiza el Congreso de la Unión, las comisiones legislativas resultan indispensables, pues sin ellas ningún parlamento podría funcionar. Constituyen la respuesta más elemental a la organización del trabajo, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República. Las hay ordinarias, especiales, de investigación y bicamarales, y cada una de ellas tiene la encomienda constitucional de revisar en lo legislativo y en lo político las áreas que componen el Gobierno federal.

El Senado cuenta con 57 comisiones ordinarias y siete de carácter especial. La Cámara de Diputados ha fraccionado su actividad en 44 comisiones ordinarias, 21 especiales y tres de investigación. Y las dos cámaras participan conjuntamente en cinco, identificadas como bicamarales.

De acuerdo con la Ley Orgánica del Congreso, las ordinarias están para atender las mismas áreas en que está dividida la organización de la administración pública federal; las especiales, para dar seguimiento a asuntos que son de especial interés para la República, de acuerdo con criterios políticos puestos en la balanza de los acuerdos de las fuerzas que integran al Congreso. Las de Investigación deben atender asuntos también de carácter especial, que tienen sin embargo el sino de la sospecha; es decir, la presunción de que existen hechos jurídicos con el involucramiento de por medio de autoridades. La única Cámara que las tiene, por cierto, es la de Diputados.

Sin embargo, una cosa es lo que dice la Ley Orgánica y otra muy distinta es lo que terminan haciendo las comisiones, que en el camino históricamente han ido dejando grandes retazos de sus facultades (poderes) y funciones (responsabilidades constitucionales).

Como tienen las comisiones en realidad muchas hendiduras por donde se les suele escapar la presión, es común presenciar en ellas un gran ausentismo de la mayoría de los diputados y senadores. Sucede a nivel federal, se sabe que también en los congresos estatales. Es ésta una falla que debe subsanarse, porque los legisladores están cometiendo una grave falta de responsabilidad. Es éste un punto que deberán tomar en cuenta quienes recién han registrado sus candidaturas para ocupar una curul, y comprometerse a cumplir a cabalidad la encomienda para la cual serán electos.