Repoblar Guadalajara

Los datos son contundentes: si en los próximos 25 años no se modifica la tendencia en la reducción del número de habitantes de la ciudad de Guadalajara, la capital de Jalisco perderá alrededor de 400 mil residentes.

La baja regular y consistente de la población tapatía es un fenómeno complejo del que se tiene noticia desde principios de la década de los años noventa de manera ya preocupante. Entonces, el Arquitecto Jorge Camberos Garibi hacía la advertencia oportuna de la necesidad de repoblar el Centro Histórico de Guadalajara porque, a semejanza de otras grandes ciudades, estaba quedando abandonado, vacío.

Con la visión de la evolución demográfica de los años entonces por venir, es decir, la reducción de la tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida, así como el desarrollo de la población joven demandante no sólo de vivienda sino de empleo, educación, espacios públicos y otros servicios, Camberos habló así desde hace casi cuatro lustros y siempre que tuvo oportunidad insistió en ello: la planificación y la definición de estrategias para repoblar y redensificar la ciudad de Guadalajara, que desde aquellos años ya acusaba la escasez de reservas territoriales para la construcción de vivienda popular.

Ahora, en pleno año 2010, estamos ante el escenario delineado a tiempo, sin que hasta el momento se hayan tomado medidas suficientes para resolver un problema que puede repercutir en la solvencia del Ayuntamiento tapatío. Perder habitantes significa perder capital humano, contribuyentes.

A lo largo de los años se han propuesto planes y proyectos para que la Perla Tapatía no sólo no pierda más habitantes sino que incremente su población, pero hasta ahora los resultados han sido prácticamente nulos.

Se construirán las viviendas que se puedan edificar en las escasas 119 hectáreas de reserva que aún tiene la metrópoli, sin embargo, ya es urgente que se logre la conjunción de esfuerzos y que con determinación, creatividad y voluntad las autoridades municipales se decidan a emprender por fin la redensificación (corazones de manzana, lotes baldíos, inmuebles abandonados, edificios de mayor altura) empezando por el primer cuadro de la ciudad.