Jueves, 26 de Diciembre 2024

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Recuerdos de ayer

Por: EL INFORMADOR

¿No es verdad que cuando va acabando un año y empezando otro nos volvemos muy pensativos? El año que se va arrastra con algo de nosotros y casi instintivamente hacemos como un balance de los meses pasados para saber cómo va nuestro  negocio de vida.

Hubo días de todas las clases, buenos, malos, regulares. El mundo da vueltas locas y en ellas nos lleva y nos trae, pero contar en esta especial contabilidad sólo los días malos es como arruinar nuestro negocio. Si hubo buenos días. Despertémoslos de nuestra memoria, revivámoslos.

¿No hicimos un viaje a un pueblecillo verde, el cual parecía que aún no había llegado la rápida aplanadora de la civilización actual? Fue algo estupendo verse rodeado de árboles y diversas plantas, muchas de ellas con flores, algunas con frutos, mientras escuchábamos las caricias del viento sobre las ramas y el canto dulce de un riachuelo.

¿No nació un miembro más en nuestra familia? Pequeño, llorón, indefenso pero precioso. Siempre que veo en su cuna a un recién nacido me pregunto: ¿qué será de él? y me gustaría sentir a su alrededor ese coro de hadas buenas de los cuentos de ayer, prometiéndole éxitos y bondades. Éxitos y bondades, eso es lo que necesitamos para salir adelante y borrar para siempre tantas graves equivocaciones como han herido al mundo.

También fuimos a una boda. Es una etapa de la vida humana que encierra muchas incógnitas. El novio y la novia se han jurado amor hasta el fin de sus vidas. ¿Es verdad esto hoy? A veces eso dura muy poco. Y es que el noviazgo ya sea largo o corto no es real. Se finge por lo general un carácter que no existe y una vez, llegados a la verdad, él y ella sacan a relucir sorpresas que paralizan. Por ejemplo va usted a una reunión de amigos y descubre que gran parte de los que le acompañan han fracasado en su vida matrimonial. Antes los matrimonios duraban porque ella soportaba todo -o él- hoy ninguno aguanta nada. Hace falta una educación que enseñe a sobrellevar ambos las sorpresas que van apareciendo.

Si hemos tenido salud en el año que se va fijemos este importante dato en nuestro libro de contabilidad ¡ESTOY SANO! es una exclamación de felicidad.

¡Tengo trabajo! otra nota extraordinaria… ¡Me aman! es para cantar... Mi hijo se ha graduado y ya tiene empleo…

Del mundo ¿qué decir? mejor es no llorarlo. Se reúnen señorones para volverlo limpio y bueno. ¿Lo hacen si las medidas a tomar afectan su negocio?

Dejemos el tema y sintámonos bien con el recién nacido, la salud, el amor y el trabajo y diremos: el año que se va ha sido bueno… o casi.
 
Toluca, enero 2011.

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