¿Qué pasa con el combate a la pobreza...?

Uno de los principales signos de estos tiempos, especialmente los llamados posmodernos, es la acentuación de las diferencias socieconómicas, marcadas por un proceso de depauperación galopante, de tal modo que conceptos al parecer olvidados y postergados de manera definitiva, han vuelto a sonar especialmente en los cabezales de la prensa nacional y mundial, como lo es, pobre, pobreza, extrema pobreza; y todo esto suena inverosímil cuando de manera general y explícita se supone, “ceteris paribus”, que las condiciones sociales en términos generales han mejorado ostensiblemente, y que las políticas públicas que se desprenden del modelo económico central, en este caso, el de libre mercado, han influido correctamente en eso que llaman los expertos la mejor distribución de la riqueza, que en postrera instancia equivale a afirmar que se está cumpliendo con los principios fundamentales de la justicia social.

Pero el caso es que con la aplicación de ese rumbo económico, que según se ha dicho una y otra vez, es el correcto, sus resultados han sido contraproducentes, y como consecuencias de ese modelo y de las demás políticas aplicadas al efecto, la miseria, la pobreza se han posesionado del ámbito socioeconómico de muchos países, especialmente los atrasados, México, en un lugar prioritario.

Como consecuencias de esos resultados, a todas luces negativos, se dio en manejar un nuevo “slogan”, eso de “combate a la pobreza”, y así este combate se convirtió más bien en un juego de palabras y buenas intenciones, porque la pobreza ha seguido adelante sin visos de ceder espacios.

Así las cosas, por algún tiempo continuamos leyendo en las primeras planas de los periódicos de circulación mundial, algo relativo al combate a la pobreza, pero poco a poco el interés fue bajando de tono, porque su lugar lo fue ocupando el combate al crimen organizado, al narcotráfico y demás aspectos que forman parte de la ya poderosa economía informal, espacio infinito para los desplazados del sistema, en donde han encontrado abrigo para sobrevivir, pese a sus características tan controvertidas.

Pero, a todo esto, en un de repente, surge un nuevo motivo de conmoción mundial, la salud amenazada por virus extraños, nuevos y poderosos que ponen en entredicho la misma sobreviviencia humana, y desplazando todos los anteriores problemas, retos y pendientes, que o quedan en el olvido o ya carecen de interés para el propio sistema.

Sin embargo, hay que insistir, la cuestión de la marginación social, el desempleo, la falta de crédito a la producción, son ingredientes que estimulan los brotes de violencia y de reclamo popular, porque simple y sencillamente, el caso de la pobreza sigue presente, sólo que ahora corregido y aumentado, sólo que ha dejado de ser bandera política y tema de los mítines políticos que ahora también están siendo acotados.

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA / Periodista.
Correo electrónico: loppra@economia.unam.mx