Pueblos Mágicos

Hace ocho años nació el Programa Pueblos Mágicos, desarrollado por la Secretaría de Turismo, en el que participan otras instancias gubernamentales, así como gobiernos estatales y municipales, y al que se han sumado esfuerzos de personas y agrupaciones que han visto en la propuesta una excelente oportunidad de contribuir a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que se significan por poseer ese intangible que se llama magia.

Durante mucho tiempo han existido a lo largo del territorio nacional pueblos que tienen una historia singular, que cuentan con monumentos representativos de una época, que han configurado una fisonomía apartada de lo común y que guardan secretos en los más recónditos espacios de su demarcación; iglesias y plazas, callejuelas y fuentes, atractivos naturales y arquitectura pintoresca, son algunos de los elementos que se integran en el catálogo de atributos que los han convertido en Pueblos Mágicos.

En estos días se celebra en Tapalpa, uno de los tres Pueblos Mágicos con que cuenta Jalisco, la Tercera Reunión Nacional de estos pueblos, y a ella asisten, además de los titulares de las secretarías de Turismo federal y estatal, el gobernador de Jalisco y alcaldes de las 36 poblaciones que a lo largo de estos ocho años se han incorporado al programa.

Las autoridades turísticas han establecido que, más que un rescate, lo que busca el Programa Pueblos Mágicos es otorgar un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos la riqueza cultural e histórica que encierran. Porque los recursos públicos que ahora se destinan a impulsar acciones de remozamiento, de mejoramiento arquitectónico, de limpieza y decoración de estas singulares poblaciones, es apenas una parte de lo que durante décadas han acumulado por acción de sus autoridades locales y sus moradores y visitantes.

El programa, sin embargo, no se limita a asignar dinero para tener pueblos bonitos, sino que busca conjuntar esfuerzos para convertirlos en detonadores de la economía local y regional. El turismo y el flujo de visitantes, son como el motor que a fin de cuentas redunda en la multiplicación de acciones para que las comunidades de los Pueblos Mágicos mejoren su calidad de vida. Es una excelente ruta, como para seguir por ella.