Prueba de fuego

La política en México vive sus propios tiempos y éstos están muy adelantados. No hay político que no esté mirando las elecciones presidenciales en 2012, pero será en este año 2010 cuando la prueba de fuego se desarrolle y los partidos políticos midan sus fuerzas y definan la estrategia definitiva para llegar al triunfo.

Un 40.13% de la lista nominal de electores está llamado a las urnas —31 millones 188 mil 396 mexicanos— para renovar las gubernaturas en 12 estados, además de 15 legislaturas locales y mil 533 ayuntamientos en el país.

La batalla ha comenzado ya con posicionamientos ideológicos como los que ha hecho públicos el PRI, a través de su bancada en la Cámara de Diputados, criticando la política de seguridad del Presidente Felipe Calderón, considerando que la lucha contra el crimen no puede enfocarse única y exclusivamente en la respuesta policiaca.

Es el comienzo de una serie de declaraciones que vendrán cada vez con más fuerza desde distintos frentes de la oposición y que buscan atraer votantes no sólo para los comicios de este año, sino para la decisión final en 2012.

México está polarizado, y este fenómeno se refleja en la parálisis que existe en el Poder Legislativo, que tiene centenares de reformas pendientes —son mil 631 iniciativas “congeladas” en San Lázaro— y es una verdadera urgencia darles solución.
Los “pendientes” legislativos son el resultado del cúmulo de trabajo de cuatro legislaturas en 12 años transcurridos, y que por razones diversas, principalmente políticas, siguen en ese refrigerador.

La voluntad política y patriota debe imperar en estos meses que vienen. En el próximo periodo ordinario, los legisladores deberán tratar las reformas hacendaria y la política, entre otras, y demostrar que no puede haber mayor interés que el avance de la Nación en momentos en que México requiere de decisiones contundentes que nos haga un país competitivo y generador de empleo.

Las elecciones en 2010 no deben significar un distractor y un motivo de enfrentamientos que atrasen más el trabajo que deben realizar y por el que fueron elegidos, a través de nuestro voto.