Privilegiar los acuerdos

En un claro movimiento de consolidación de su equipo cercano de trabajo, el Presidente Felipe Calderón anunció el relevo de Eduardo Sojo como secretario de Economía, por Gerardo Ruiz Mateos, quien además de ser su colaborador “importante y cercano”,  era jefe de la Oficina de la Presidencia de la República y anteriormente coordinador general de Gabinetes y Proyectos Especiales del Presidente.

Las encomiendas que públicamente le hizo en su nombramiento el titular del Ejecutivo federal al de la Secretaría de Economía fueron claras: apoyar la economía de las familias mexicanas frente al alza de precios internacionales, con estrategias y acuerdos que permitan la competitividad de los productores; promover la inversión para dinamizar el crecimiento económico impulsando la agenda de competitividad y desregulación en el país; fortalecer los programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas; profundizar en los trabajos y acuerdos que México viene llevando a cabo en materia de comercio internacional, y lograr sinergias con otras dependencias del Gobierno federal.

El reto de desregular la economía y liberar las fuerzas productivas del país para detonar el crecimiento se dice fácil, pero lograrlo implica una enorme lista de pasos y acuerdos que no sólo dependen de la gestión de un secretario, por bien preparado que esté en la materia, sino de una serie igualmente larga de acuerdos entre intereses diversos que sepan dar de sí y negociar en función de objetivos comunes.

Al parecer, lo logrado en esta materia por el anterior secretario de Economía, Eduardo Sojo, quien fue propuesto como presidente del Consejo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, no fue suficiente, pues además de que México ha seguido cayendo en la escala internacional de competitividad, de acuerdo al Centro Coordinador Empresarial, de 112 puntos que componen la agenda de competitividad, durante su gestión sólo se lograron avances en 14.

Otra línea de trabajo en la Secretaría de Economía, a decir de la Confederación de Cámaras Industriales, debe ser la coordinación entre funcionarios de las subsecretarías, ya que por los resultados pendientes no parece haber orden al interior de la dependencia.

Algunos analistas se extrañaron del nombramiento de Ruiz Mateos, dada su escasa trayectoria en el ámbito público y su poca formación en materia económica, que contrasta con la de quienes durante los últimos lustros han encabezado las dependencias que han hecho posible la estabilidad que aún en estos tiempos de presiones inflacionarias internacionales vive el país.

Evidentemente, el Presidente Felipe Calderón ha privilegiado su confianza y cercanía con los funcionarios en los últimos nombramientos que ha anunciado, ojalá eso sea una razón suficiente para generar buenos resultados y ante la posible falta de conocimientos y experiencia en la materia, se tenga la madurez y humildad de recurrir a quienes resulte necesario.

Todo parece indicar que la urgencia actual no es entender la teoría, sino privilegiar los acuerdos.