Poner orden

Guadalajara posee uno de los centros históricos más hermosos del país, que pese a sufrir de la ya conocida saturación vehicular, todavía está a tiempo de ser rescatado para llevarlo de nuevo a su antaño esplendor.

El taller de Movilidad Urbana Sustentable que se desarrollará los días 9 y 10 de noviembre, tiene el gran objetivo de poner orden vial en el corazón de la capital jalisciense, que actualmente adolece de la saturación del transporte público y de automóviles.

Sabemos que la movilidad motorizada es difícilmente compatible con la movilidad no motorizada o metabólica; caminata y bicicleta; por eso, planteamientos que buscan limitar al máximo el tránsito de vehículos en nuestro Centro Histórico, lejos de perjudicar, son benéficos para lograr un rescate integral de la zona.

Un buen ejemplo es la peatonalización de la calle Madero en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde parece haber aumentado el interés por visitar la zona; se percibe una gran afluencia de paseantes los fines de semana. Lo mismo puede ocurrir en el primer cuadro tapatío.

Las angostas calles de los centros históricos de pueblos y ciudades no fueron concebidas para la circulación de autos, y mucho menos de grandes y pesados camiones del transporte público, que además contaminan. La mejor opción para comunicar la zona es utilizar sistemas de transporte modernos, como el Macrobús, que transiten por grandes avenidas. Se trata de rescatar la calidad de vida en la zona, limpiarla de todo aquello que la perjudica y así volverla a revivir con más paseantes e incluso ciudadanos que quieran habitar en el casco histórico.

Estamos frente a la oportunidad de dar el primer paso para darle un nuevo rostro al Centro de Guadalajara, de reimpulsarlo econónima y demográficamente.

Junto al nuevo planteamiento de movilidad, también deberán presentarse proyectos que resuelvan el despoblamiento demográfico del casco histórico, usos de suelo, y programas de rescate de inmuebles individuales.

Se trata pues, de poner orden para aprovechar al máximo los recursos con los que contamos los tapatíos, mejorar la calidad de vida de todos y regresar la belleza a los edificios, monumentos y parques. Guadalajara lo necesita y lo merece.