PAN, tiempo de obras

El último sábado, en el Partido Acción Nacional (PAN) eligieron nuevo presidente del Comité Estatal. El alcalde de Tlaquepaque, Hernán Cortés Berumen, solicitó licencia a su cargo y se lanzó a una empresa que ahora lo coloca como el titular del partido político que ocupa el Gobierno del Estado.

Venció ampliamente a un único oponente, el senador Héctor Pérez Plazola. A la luz de los resultados, la competencia fue casi una justificación del acto electivo. Pero al nuevo presidente del partido que gobierna Jalisco desde 1995 le quedan por delante una gama de “rivales” que lo pondrán a prueba no a él únicamente, sino también a quienes serán sus colaboradores más cercanos y a la militancia misma de Acción Nacional.

Los panistas se juegan su futuro con el nuevo presidente, porque éste llega al cargo tras una desgastante crisis interna que culminó en el cierre y la toma de las oficinas partidistas por parte de militantes que reclamaron desde el principio, la renuncia del anterior presidente, Eduardo Rosales Castellanos. El episodio alcanzó categoría de escándalo cuando los “otros panistas” decidieron también manifestarse y eligieron para ello el frente de Casa Jalisco. Ahí, lanzaron señalamientos públicos contra el gobernador.

En este punto es donde entró al juego, involuntariamente, el resto de los jaliscienses.

Que en un partido haya diferencias, tomen las calles y se manifiesten no es excepción. Pero que la polémica y las consecuencias involucren a militantes que ocupan cargos públicos, sí afecta al resto de las personas por un viejo principio que parece olvidarse pero que está vigente: el funcionario es un servidor público para todos los ciudadanos, no sólo para su grupo político.

La llegada de Hernán Cortes al cargo es la solución a un conflicto interno. Su sola presencia no es garantía de que los panistas dejarán de enfrentarse y perjudicar los intereses de la ciudadanía, y menos cuando se admite que uno de sus retos es evitar un nuevo tropiezo en las siguientes elecciones del año 2012, en las que estará en juego la gubernatura.

En su discurso, el novel presidente de los panistas habló de recuperar la confianza de la gente. Es tiempo de obras, no ya de palabras.