¡No los dejábamos ir!

Si en algo vale la pena invertir el dinero del erario, definitivamente que es en algo que nos llene de felicidad a todos, y ese algo se encuentra bien encuadrado en los aspectos artísticos, pues independientemente de la edad o los gustos que cada quien tenga, difícilmente se puede resistir a las interpretaciones de verdaderos artistas de sus instrumentos, como es el caso de todos y cada uno de los miembros de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ).

Por eso es que el martes por la noche no los dejábamos ir; no queríamos que terminaran de interpretar la música de los grandes de este planeta —de todos los tiempos—. Y no es que quisiéramos que el tiempo se detuviera o el año no siguiera su curso hasta el final, lo que sucedió es que las magistrales interpretaciones de la OFJ en la explanada de la Plaza de la Liberación nos tenían extasiados a los cientos de asistentes, muchos de los cuales eran visitantes de otras entidades de la República y de otros países.

La participación de la bella soprano María Katzarava —mexicana, aunque usted no lo crea—, poseedora de las mejores credenciales del momento, contribuyó enormemente a redondear la noche musical.

Los integrantes de la Orquesta se mostraban como siempre: concentrados al cien por ciento, adustos, pero interpretando como los mismos dioses —aclaro que no soy ningún conocedor o experto en la materia, pero precisamente por eso es que les otorgo todo el crédito, porque pueden hacer sentir feliz a una, cientos, miles o millones de personas con su trabajo, sin importar su edad, preparación, sexo, grado académico o posición económica, eso es lo que los hace grandes, lo que los convierte en verdaderos artistas—, entre tanto su director emanaba energía, sabiduría y una energía de la cual contagiaba no sólo a los miembros de la orquesta, sino a todos los presentes.
Aún sin conocerlo fuera del escenario, no puedo menos que “quitarme el sombrero” y decirle gracias, muchas gracias don Héctor Guzmán (director titular de la OFJ) por prodigarnos tan agradables momentos, pues con crisis o sin ella, aquí o en China, el trabajo y talento de gente como usted y los componentes de la Orquesta Filarmónica de nuestro Estado, la vida continúa valiendo la pena.

Es una lástima que la gran mayoría de los tapatíos se perdiera de ese escenario extraordinario que es la parte frontal del Teatro Degollado, la Plaza de la Liberación y los edificios de su entorno perfectamente iluminados y sonorizados para que todos los asistentes disfrutáramos cabalmente de la velada.

Y es que, como es normal, miles andaban con las ocupaciones propias de fin de año y todo aquello que la publicidad nos vende, y es por ello que se dejan ir estas oportunidades —¡gratuitas!— a las que ciertamente muchas personas le hacen el “fuchi”, pero seguramente es porque no las han “probado”, porque no se han permitido disfrutarlas y apreciarlas, como ya mencioné, aún sin contar con conocimientos especializados.

CUAUHTÉMOC CISNEROS MADRID / Presidente de Comunicación Cultural, A.C., Asociación de Periodistas de Prensa, Radio y Televisión.
Correo electrónico: ccmadrid@att.net.mx