Jueves, 26 de Diciembre 2024

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Navidad en tiempos de mudanza

Por: EL INFORMADOR

La Navidad, siempre bienvenida, sin embargo, en tiempos aciagos recibirla se torna difícil, y aún complejo.

El espíritu, en ese combate diario por la subsistencia, transido de agobios y angustias, tarda en lograr el ánimo dispuesto y la generosidad solidaria.

Tarda en darse cuenta que las compras no llenarán el enorme vacío que el miedo y el desquicio, en trastoque de emociones, le han dejado; tarda en recordar cuando de chico le bastaba el canto de las Posadas para saberse imbuido del espíritu navideño, terreno emocional en que la profunda transformación del hombre, que es el renacer del Nacimiento acompañado, se da.

Tarda en saber que los regalos no le harán recuperar la seguridad y la confianza en el otro, ni en sí mismo; tarda en saber que transitando pasillos llenos de gente, chocando con multitudes de desconocidos y desconectados de ellos y de los otros no logrará el calor de estas fiestas... porque perdido en el anonimato del poder de su firma, tardará  en saber que lo material no le devolverá la pertenencia a la comunidad... a su comunidad que le ha sido arrebatada.

 Porque cómo puede recibir la Navidad cuando el jinete del desempleo galopa en trancos ciertos que ciegan la tranquilidad de millones de familias... cómo se puede recibir la Navidad cuando los viajes para reunirse con la familia son cancelados ante las duras amenazas de la violencia... cómo se puede recibir la Navidad cuando la recuperación económica no llegará tampoco el año próximo y ya se están alisando los bigote esos políticos que del aumento de la pobreza han hecho su rancho y su agosto.

Cómo se recibe el Nacimiento en la muerte de tantos inocentes, daño colateral para  unos que dirigen seguros, desde la retaguardia, sabiendo que la vida de los demás es la que se juega cada día... profunda pérdida que la violencia imbuida le ha regalado al hombre sin portal y sin pesebre.

Porque cómo se puede recibir la Navidad cuando el secuestro amaga y la realidad ejecuta... cuando amplias regiones del país están en manos de la delincuencia y en Jalisco se trata de continuar la vida diaria con entusiasmo fingido, porque las muertes crecen y la impunidad se afinca.

Pero el milagro de la Natividad se abre paso... y  aún así, hoy, sabiéndonos con el espíritu lastimado y el alma dolida, hace renacer el corazón de los hombres... y algo maravilloso y profundo se adueña del hombre para hacernos vivir: feliz Navidad que Jesús está aquí. Feliz Navidad porque llegó a darnos lo mejor de Él, que es lo mejor de nosotros, lo mejor del hombre en la búsqueda de la entrañable recuperación de si mismo, renacimiento de uno y de todos en el rescate colectivo de la generosa solidaridad de Jesús: hoy, en tiempos aciagos.

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