Sábado, 30 de Noviembre 2024

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Los servicios de inteligencia en México

Por: EL INFORMADOR

Probablemente la propuesta de cambio de estrategia más importante que ha surgido en los últimos meses, es que hay que privilegiar la inteligencia para acabar con la violencia
El debate en México sobre cuál debería de ser la estrategia para enfrentar los grupos de crimen organizado tiene varias vertientes. Por una parte, hay cuestionamientos si en verdad el Gobierno federal ha sabido explicar adecuadamente cuáles son los objetivos, por lo tanto es difícil entender cuál es la estrategia. O sea que el Gobierno tiene un problema de comunicación. Otros han argumentado que la estrategia actual del Gobierno ha sido “alborotar el avispero”. Para los proponentes de este argumento yo les pregunto: ¿Por qué esperamos a que la casa se llenara de avispas para destruir el panal?

En el caso de México, este debate no debe enfocarse sólo alrededor de las debilidades y necesidades del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); debe ser un debate sistémico, en el que se incluya el papel que juegan y las capacidades de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar), para poder tener una solución integral. Este debate también requiere que se tenga absoluta claridad acerca de cuáles son las funciones de los organismos de inteligencia para establecer claros límites y responsabilidades, especialmente para determinar cuáles son sus prioridades. Y sobre todo, asegurar que estas corporaciones tengan los recursos mínimos para cumplir con los objetivos que se les asignan.

Probablemente la propuesta de cambio de estrategia más importante que ha surgido en los últimos meses, es que hay que privilegiar la inteligencia para acabar con la violencia.

Los problemas que enfrentan los organismos de inteligencia en México no son ajenos a los que se sufren en otros países ante las nuevas realidades: Mientras más se democratizó el país, más se tuvo que redefinir las funciones de los organismos de seguridad e inteligencia, pues es bien sabido que en una democracia no debe haber asuntos ocultos para la sociedad, lo que se contradice con una de las características primordiales de los aparatos de inteligencia: la necesidad del secreto como manera de lograr la efectividad, es decir un enfrentamiento entre transparencia y efectividad.

El problema no sería tan grave si no se corriera el riesgo de la politización de la inteligencia, ya que es necesaria la independencia de los aparatos de inteligencia para su buen funcionamiento. Si se politizan los aparatos de seguridad, el análisis de inteligencia que surja reflejará los intereses políticos del gobernante o de algún grupo político.

Pero aunque se podría argumentar que el problema fundamental es la falta de inteligencia, la razón de los problemas de la estrategia anti-drogas apunta más al problema de corrupción. Aunque se tuviera toda la capacidad de recabar inteligencia en contra de estos grupos, el valor siempre será mínimo si esta misma información es filtrada al enemigo. De nuevo regresamos al meollo de los problemas que aquejan México: no es la falta de tecnología, ni de recursos, ni de capacitación, es la corrupción.

(anamaria@anamariasalazar.com)

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