Los mercados tienen la palabra

Con la prisa de mandar una señal positiva antes de que las bolsas de valores en Asia iniciaran operaciones, el Congreso de Estados Unidos hizo público el proyecto de ley sobre el plan de rescate financiero de 700 mil millones de dólares con el que su Gobierno pretende combatir el desorden en los mercados.

La llamada Ley de Estabilización Económica de Emergencia de 2008 constituye una de las mayores intervenciones en los mercados en la historia de Estados Unidos, y pretende desbloquear el flujo del crédito con la adquisición, por parte del Gobierno, de la deuda de mala calidad que perjudica la solvencia de los bancos.

Hacer algo así es imprescindible, ya que de lo contrario se generalizará y echará raíces el caos en las bolsas de valores, precipitando una recesión económica sin precedentes.

Toca hoy a los legisladores de la Cámara Baja discutir y votar el proyecto para que el miércoles el Senado haga lo propio. Se sabe que los más reacios son los republicanos, quienes consideran que una intervención de semejante magnitud suena a socialismo, sin embargo, los candados que han conseguido, así como las consecuencias de no llegar a un acuerdo, hacen pensar que el proyecto será aprobado.

La ley contempla que los 700 mil millones de dólares no se ejerzan inmediatamente, sino que el Gobierno decida cómo utilizar la primera mitad y que el Congreso retenga el resto hasta ver que el programa se esté aplicando correctamente. También se contemplan cláusulas que protegen al contribuyente y le dan beneficios, si las empresas se recuperan, la formación de un consejo que supervise la aplicación del programa, se limitan los ingresos de los ejecutivos de las compañías que reciban ayuda para que no reciban beneficios generosos por sus despidos, se elevan los impuestos a empresas que paguen a sus directivos más de medio millón de dólares al año y se le dan al secretario del Tesoro dos atributos importantes: renegociar los términos de las hipotecas que se adquieran para ayudar a los propietarios a conseguir condiciones pagables, y requerir a los bancos compren seguros para garantizar la porción hipotecaria de sus carteras.

La tarea está hecha, ahora los mercados tienen la palabra.