Lunes, 21 de Octubre 2024

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| Tren Parlamentario por Vicente BELLO

La disputa por las riendas de un caballo

Tren Parlamentario por Vicente BELLO

Por: EL INFORMADOR

Con su controversia constitucional, que presentó ayer el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a través de la Cámara de Diputados, lo que en realidad disputa con el Presidente Felipe Calderón son las riendas y el freno de ese caballo de tranco letal —tan terriblemente eficaz para ganar las carreras electorales— en que se han transfigurado las radiodifusoras y las televisoras.

Este viernes, la controversia constitucional que promueve el PRI fue recibida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Y en ella, el priismo ha solicitado a los tribunos que revisen, interpreten y resuelvan en torno del Reglamento Interior de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que suscribió Calderón el 31 de diciembre reciente.

Siempre aupado sobre la voz cantante de Emilio Gamboa Patrón, el priismo ha afirmado que el Reglamento de marras ha invadido facultades que ya tiene la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), ese órgano desconcentrado de la SCT que de acuerdo con la no hace mucho reformada Ley de Radio y Televisión (2006), es la institución encargada de revisar o quitar o dar las concesiones en el espectro radiológico del país.

Con el nuevo Reglamento, presumen los priistas que así ocurrirá si la Corte no pone un dique, Felipe Calderón a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) coaccionará —con fines político-electorales— a todos los concesionarios de radio y televisión del país que este año deberán refrendar o entregar la concesión.

Y, pues, de acuerdo con la norma suscrita por Calderón, ahora tendrán que pasar a resellar sus tiempos de concesión no sólo ante la Cofetel, sino también ante la SCT, en lo que será —decía ayer Gamboa Patrón— una suerte de trámite de doble ventanilla.

Expresamente, ha pedido el PRI que la Corte interprete en favor de que es la Cofetel, y no la SCT, la institución encargada de dar o quitar las concesiones.

Detrás de este supuesto convencimiento de Emilio Gamboa de que el fallo que a la Corte piden en la controversia “es para bien del país”, hay sin embargo un mar de intereses, en los que el PRI ha estado buceando desde 2005 y 2006, años que tienen en común con este 2009: ser eminentemente electorales.

Quien entonces se convirtió en dínamo de la maquinaria legislativa del Senado que comenzó a construir la Ley de Telecomunicaciones (mejor conocida como la Ley Televisa) y la Ley de Radio y Televisión, fue Emilio Gamboa Patrón. El mismo que ahora promueve la controversia y defiende a la Cofetel, de la que ha dicho sin rubor que es un “órgano independiente”.

Recuérdese que en noviembre de 2005, aquellas dos leyes fueron aprobadas en la Cámara de Diputados sin un solo grito ni sombrerazo. Fue cuando el entonces coordinador parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Pablo Gómez, fingió demencia diciendo que no la había leído. Y fue en el Senado donde, finalmente, las dos normas se toparon con una férrea resistencia de los senadores perredistas, pero particularmente de priistas como Manuel Bartlett Díaz y Dulce María Sauri Riancho, y del panista Javier Corral Jurado.

En la Ley de Telecomunicaciones (la llamada “ley Televisa”), se establecieron las facultades de la Cofetel. Y en la de Radio y Televisión, las formas en que se dan las concesiones.
Era, 2006, un año electoral. Ni más ni menos como éste. Entonces, a Emilio Gamboa los opositores como Bartlett y Corral lo habían tildado de “caballo de Troya” de Televisa. Y éste, junto con Enrique Jackson, coordinador de la bancada priista, se repartieron con Diego Fernández de Cevallos —pastor de los panistas— el control de la ahora llamada independiente Cofetel.

El PAN de Diego y el PRI de Jackson y Gamboa dispusieron que como comisionados de la independiente Cofetel se fueran el entonces senador del PRI Ernesto Gil Elorduy, y el senador panista Héctor Osuna.

Emilio Gamboa Patrón debe hablar con conocimiento de causa cuando dice que la controversia que ha promovido ayer es para que “no se vaya a utilizar esto para tener en el puño del Gobierno federal, en época de elecciones, a todos los concesionarios que se les han vencido sus concesiones y que están a punto de renovarse”.

En 2006, priistas como Bartlett y Sauri advertían a sus correligionarios que detrás del apoyo a esas dos leyes estaba la promesa de las televisoras de que promoverían con gran ímpetu al entonces candidato Roberto Madrazo, al que incluso le habrían dicho que lo harían presidente de la República. Cosa parecida, si no es que idéntica, les fue a decir a la bancada panista en el Senado el entonces líder nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Espino: que tendrían que apoyar sin cambios las dos leyes, porque a cambio de ello Televisa había ofrecido hacer presidente a Felipe Calderón.

Este viernes, en el pasillerío de San Lázaro, cuando ya el PRI a través de la Cámara había solicitado la controversia contra el Reglamento de la SCT, en el pasillerío una pregunta reverberaba: ¿De qué lado se colocará el nuevo PRD, la próxima semana?

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