Irresponsabilidad

La promulgación del nuevo Código Electoral, aprobado por el Congreso del Estado a mediados del año pasado, estableció claramente, en consonancia con la legislación federal en la materia, los tiempos en que se habrían de desarrollar las distintas fases del proceso que conduce a los comicios del 5 de julio en que habrán de ser electos diputados locales y federales, para el caso de Jalisco.

Ahora reconocidas y reglamentadas, las precampañas son la primera fase formal de este proceso, y en función de las disposiciones de cada partido político, hay una secuencia de actividades que se deben cumplir. Convocatorias, registros, actos proselitistas, convenciones o asambleas, jornadas de votación, son parte de lo que ocurre en la vida interna de los propios partidos, y cada militante, al margen de su posición o su cargo, debe apegarse a esos procedimientos.

Los problemas comienzan cuando esos militantes ocupan un cargo de elección, que juraron desempeñar hasta el final de su vigencia, porque se multiplican los casos de quienes simplemente abandonan su responsabilidad actual (por la que, hay que enfatizarlo, siguen cobrando sus salarios provenientes de recursos públicos) y se lanzan en busca de su siguiente meta.

Así ocurre desde hace varias semanas en el Congreso del Estado. Varios de los diputados que aprobaron el Código Electoral se han desentendido de su labor, han dejado al garete las comisiones en las que deben trabajar para analizar dictámenes y aprobar leyes; no se aparecen por el Palacio Legislativo, no forman quórum para sesionar y simplemente postergan las reuniones hasta que sus trabajos partidistas les den un respiro.

Tal comportamiento no tiene otro nombre que irresponsabilidad. Quien no cumple con el trabajo por el que devenga un salario mejor debería renunciar a ambos y dedicarse a otra cosa; y de hecho es lo que pretenden algunos legisladores, brincar a otro cargo público, pero por lo pronto están dejando de lado la obligación de cumplir con la encomienda de acudir a su lugar de trabajo y hacerlo de tiempo completo.

Es incomprensible que vayan en busca de los electores para que les den su sufragio, cuando no responden a la confianza que antes depositaron en ellos.