Institucionalidad

La resolución del Tribunal Colegiado de Circuito en Materia Administrativa sobre el litigio por la destitución de Carlos Briseño Torres como rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG), ocurrida el pasado viernes 29 de agosto, establece que el cargo lo ocupa legalmente Marco Antonio Cortés Guardado desde ese mismo día.

A lo largo de una semana se ha dado esta batalla en los tribunales, planteando en el centro del conflicto la legalidad de la elección de Cortés Guardado. Del lado del funcionario destituido, se ha argumentado que el Consejo General Universitario (CGU) no contaba con atribuciones para proceder en su contra, y también ha sido materia de controversia legal si era procedente el recurso de amparo a favor del rector depuesto.

Pero junto con todo el procedimiento jurídico, que por lo demás no ha concluido, hay también un plano político en el que se están desarrollando los acontecimientos, y es preciso que se establezca con claridad la importancia que tiene el hecho de que los actores del conflicto asuman con responsabilidad el papel que les toca jugar en estas horas, y se comprometan, de cara a la sociedad, a no violentar el orden público ni provocar comportamientos que pongan en entredicho la seguridad de terceros.

El destituido funcionario ha convocado, mediante una profusa campaña de desplegados en medios de comunicación, a la realización de una concentración de personas que sean afines a su causa, para hoy a las 11:00 horas en la Plaza de Armas, porque considera que se han vulnerado sus derechos y se han violentado los ordenamientos que rigen la vida institucional de la UdeG.

Debe decirse que, con independencia del respeto que merece el derecho a la libre manifestación de las ideas, las condiciones en que se han desarrollado los acontecimientos en el ámbito universitario en las últimas semanas hacen propicio un ambiente caldeado, polarizado, entre grupos que no han concretado un diálogo respetuoso y eficaz para arribar a acuerdos. Más bien hemos asistido a un intercambio de monólogos en los que, en no pocas ocasiones, han prevalecido los ataques y las descalificaciones.

Es deseable que todos los integrantes de la comunidad universitaria, y más todavía aquéllos que son ajenos a la UdeG pero tienen interés en manifestarse, se conduzcan en el marco del respeto a la ley, el respeto a los derechos de los otros y el respeto también al marco institucional de la máxima casa de estudios de Jalisco.

Las autoridades estatales, lo mismo el Poder Ejecutivo que el Legislativo, se han expresado en similar sentido, respetando las decisiones que ha tomado de manera soberana el CGU, entre las que se encuentra de manera fundamental el nombramiento de Cortés Guardado como rector sustituto. Y mientras los tribunales no establezcan una resolución que ordene al máximo órgano colegiado de la UdeG revertir ese nombramiento, todos deben acatar el actual estado de cosas, para bien de la institucionalidad… y de la sociedad.