| Guillotina para el subsecretario Por: EL INFORMADOR 5 de mayo de 2009 - 23:00 hs La alerta tardía de un brote epidemiológico en México tiene nombre y apellido: Mauricio Hernández, subsecretario de Salud, quien se encuentra en estos momentos en una caída vertical. El subsecretario, que es el responsable institucional del seguimiento de las epidemias, ha sido completamente desplazado. Desde la semana pasada, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, contrató de emergencia a Pablo Kuri, uno de los dos expertos con más conocimiento del tema en México — a quien había cesado por instancias de Hernández—, y le instaló un cuarto de guerra contra la influenza humana, desde donde coordina todas las acciones, coteja todos los datos recopilados y ordena el desastre que el subsecretario había creado. ¿Qué está haciendo el subsecretario? “Se está haciendo bolas”, respondió sin miramientos un funcionario de Salud. Hernández está tratando de salvar su pellejo a costa de Córdova, de la Secretaría de Salud y del Gobierno federal. El lunes, en una declaración sin sentido, afirmó que la razón por la cual no se había podido detectar a tiempo el brote epidemiológico, es porque la capacidad de los laboratorios mexicanos no tenía el nivel de los laboratorios de Estados Unidos. Cuando la prensa preguntó a Córdova sobre esa afirmación, les dijo que era la posición de su subalterno. Lo que no trascendió fue el maltrato con el cual trató a lo largo del día a Hernández, y el malestar —algunos lo caracterizan como “irritación”— que hay contra él en Los Pinos. Hernández ha venido cayendo en forma estrepitosa desde que el Gobierno federal decretó la alerta epidemiológica el 23 de abril pasado. Cada día queda más claro que no leyó adecuadamente los reportes de secretarios de salud del país de brotes atípicos de neumonía, ni dio el énfasis debido a las alertas que enviaron las autoridades sanitarias de Veracruz tras el caso del niño con el virus A-H1N1, ni a la de la autoridad sanitaria de Oaxaca, cuando murió una señora como consecuencia del mismo virus. Córdova se mostró alarmado por el informe que recibió de Canadá el mediodía del 23 de abril, que contradecía lo que había informado Hernández, quien sostenía que no había brote epidemiológico, que motivó que esa noche se decretara la alerta nacional. Aunque dentro de la Secretaría de Salud hay quien acusa a Hernández de “traidor”, a Córdova y a la institución, otros lo llaman “inepto”. Académicamente, Hernández tiene credenciales sobresalientes, que parecerían contrarrestar el alegato de inepto. Pero su ineficiencia en el diagnóstico temprano de la epidemia, pese a toda la información acumulada, parece ubicarlo en esa categoría. A la falta de información de calidad que entregó a Córdova sobre la epidemia, se le suma el caos que generó su inconsistencia en las cifras que le proporcionó al secretario, y que estuvieron a punto de causarle el puesto en medio de la crisis. Hernández era el responsable de entregar la información consolidada, pero durante los primeros días de la crisis, los datos contradictorios sobre fallecimientos por influenza, fallecimientos por la influenza del tipo A-H1N1, casos “sospechosos” y casos “confirmados” causaron tal confusión que desataron todo tipo de especulaciones. Córdova y Hernández fueron llamados a cuentas a Los Pinos, donde se dieron encerronas con Calderón y la jefa de la Oficina del Presidente, Patricia Flores, para revisar todos los datos. El secretario de Salud estaba en un hoyo cuando el lunes de la semana pasada aceptó la recomendación de llamar a colaborar a Pablo Kuri, quien se encontraba en Niza, en representación de la UNAM, en un seminario de especialistas. Kuri había dirigido el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Enfermedades durante dos sexenios, y es considerado uno de los dos principales expertos en la materia en México. Pero desde que llegó a la subsecretaría, Hernández le hizo la vida imposible, y durante meses lo intrigó con Córdova, a quien presionó hasta que logró que lo cesara en diciembre pasado. Kuri fue regresado a México en forma apresurada el martes de la semana pasada, y casi de inmediato fue llevado a Los Pinos para una cita con dos de los principales colaboradores de Calderón. Ahí le pidieron que revisara los últimos datos de Hernández sobre el número de víctimas por la influenza humana, y de una primera vista pidió que se volvieran a cotejar porque había información que, a su juicio, no cuadraba. Esa observación salvó al Gobierno de una nueva situación embarazosa, pues iban a dar una cifra de muertos superior en cuatro a la realidad. Sobre todo, porque esos cuatro no estaban muertos, sino en sus casas. Flores pidió reclutar de inmediato a Kuri como asesor presidencial, pero Córdova ya lo había contratado como su asesor en esta crisis. Fue el final operativo de Hernández, y posiblemente de su gestión como subsecretario, a donde llegó de una forma que pocos saben. No está claro si fue porque, como dicen unos, evitó que el ex subsecretario Roberto Tapia, el otro especialista en epidemias en México, llegara al cargo de secretario, o como la mayoría se inclina a pensar, fue un compromiso con el anterior secretario Julio Frenk, a quien dejó al frente del Instituto Nacional de Salud Pública cuando se incorporó al gabinete de Vicente Fox. En cualquier caso, la marginación de Hernández tiene sustento real. Sus errores en el diagnostico y en no alertar adecuadamente al secretario, probablemente contribuyeron a potenciar la crisis. Falló él y quienes lo asesoran. Se deshizo de quienes más sabían, y ese castigo ahora es su destino. La negligencia debe tener costos. Y él, ser la primera víctima burocrática de esta crisis. RAYMUNDO RIVA PALACIO / Periodista. Correo electrónico: rrivapalacio@ejecentral.com.mx Temas Estrictamente personal Lee También Estos son los deportes más costosos del mundo, según la IA Acelera el crecimiento de tu cabello con estos productos Estos son los consejos que da Profeco para escoger bloqueador solar Los 10 mejores bloqueadores solares según la IA Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones