Golpe de timón

Guadalajara vive actualmente una situación que no tiene precedente, al menos en los últimos 50 años: dos epidemias mantienen en constante amenaza a la población, y los efectos de ambas no se han hecho esperar. A la influenza A H1N1, cuyo virus llegó para quedarse (lamentablemente), se suma el dengue, que se ha extendido prácticamente a toda la zona metropolitana. Ambas son motivo de preocupación, y sin embargo las autoridades responsables de la salud en el Estado poco habían hecho para combatirlas, y menos aún para prevenirlas, no obstante los reclamos de todos los sectores de la sociedad.

Incapacidad, irresponsabilidad, exceso de confianza... por el motivo que haya sido, el anterior titular de la Secretaría de Salud en el Estado se distinguió por la nulidad de su accionar, sobre todo en el caso del dengue, e incluso ocultando cifras reales de casos registrados. Pero esto es historia, el secretario dejó el puesto, finalmente, en el que fue sostenido por el gobernador más de lo que la sociedad esperaba. Ahora hay un nuevo titular, el doctor Alfonso Petersen Farah, quien ya había ocupado el puesto en el sexenio anterior y había rendido buenos resultados.

Con el regreso de Petersen a la titularidad de la Secretaría de Salud, se ha dado un golpe de timón en el manejo principalmente de la epidemia de dengue: recorridos por las áreas de mayor riesgo para la proliferación del mosco transmisor del virus, campañas de orientación a la ciudadanía, difusión de las medidas de prevención... y, sobre todo, el reconocimiento de que la enfermedad está presente de manera grave, con cifras reales de los casos registrados y acciones específicas para combatir la epidemia.

Un golpe de timón del Gobierno estatal positivo, sin duda, pero no deja de sorprender el hecho de que se haya dejado pasar tanto tiempo para darlo, que haya sido necesaria la presión de todos los sectores, el reclamo prolongado de la sociedad entera. La salud de la gente debe ser prioridad de todo Gobierno, y qué bueno que se haya reaccionado, aunque tardíamente. Ojalá no se actúe así en cualquier otro tipo de situación.