Empleo y subsistencia

Si de buenas a primeras se encuentra con que en su casa disminuye drásticamente el ingreso familiar, ¿qué hace? ¿Por dónde comienza a hacer recortes al gasto de la casa? Los estudios sobre el tema concluyen que lo último que se toca es la alimentación; es decir, el insumo básico para que los padres e hijos subsistan.

Nadie en su sano juicio atentará, por mucho que apriete el cinturón del abasto familiar, contra lo esencial de la casa; si hay que hacer recortes, se harán sobre la “grasa” del hogar.

Algo así fue lo que el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, propuso ayer en su participación en la primera jornada del foro México ante la crisis: ¿Qué hacer para crecer?, organizado por el Senado de la República en el Alcázar del Castillo de Chapultepec. Dijo que había que llevar al Estado, en su relación con la economía, a parecerse a la chica de Ipanema, la famosa playa carioca llena de cuerpos maravillosos vestidos con la menor tela posible. Es decir, aclaró, “sin grasa, pero que no se le vean los huesos”; que tenga una economía lo más libre que se pueda, pero sin que cometa los abusos que hoy tienen al mundo en jaque.

El reto ahora, señaló González parafraseando a Carlos Slim, es preservar la “masa laboral”, pues es el empleo lo que hace justicia a la sociedad. Sentenció que de poco sirve que aumente el Producto Interno Bruto, si crece el desempleo.
A la sociedad no le sirve que ahora se gaste el tiempo de los políticos en debatir cómo surgió la tremenda crisis que hoy perjudica al planeta. Lo que se requiere son planes suficientemente rápidos y eficientes para proteger el empleo y el ingreso de la gente.

Éste debería ser el objetivo del Gobierno: procurarle a las personas y las empresas lo que requieran para que, aun con estrechez, no se vean en la necesidad de cortar lo esencial: la subsistencia.
Los políticos, metidos de lleno en la contienda electoral de este año, deben entender que más que promesas, lo que se necesitan son resultados para la población.