| El euro, signo de la revolución económoca de estos tiempos Por: EL INFORMADOR 22 de mayo de 2010 - 23:00 hs Críticos y observadores de todo el mundo se han dado a la tarea o al deber, como dicen los españoles, a investigar y en su caso tratar de explicar lo que está sucediendo con la crisis financiera provocada por ese pequeño país, Grecia, situación también captada, de manera corregida y aumentada por España, Portugal, Italia y también Bélgica, algunos especialistas de reconocido prestigio, como Niall Ferguson, escribe un comentarlo lógico y bien documentado, en donde llega a la conclusión de que de alguna manera o de otra, está cercano el fin del euro como moneda única en los países de la Unidad Europea (UE), sencillamente porque como proyecto geopolítico que fue útil y esperanzador en un momento, actualmente ya no lo es, por varias razones fuera de discusión. El libre tránsito de mercancías, de servicios y de bienes de capital, después del movimiento de la mano de obra o del capital humano y la operación de una moneda única y del Banco Central Europeo no han sido suficientes para consolidar la integración regional. Y, es, arguye Ferguson, precisamente, la política fiscal la que mantiene el control de los Estados Nacionales, pues esta forma de soberanía política no se cede, toda vez que es el instrumento clave para redistribuir los recursos y los ingresos entre los grupos de sus respectivas poblaciones. En un principio, una sola moneda europea también parecía ofrecer una gran oportunidad. Los países europeos con problemas de una deuda pública excesiva obtendrían una inflación baja y tasas de interés al estilo alemán. Y por otra parte los alemanes podían esperar tranquilamente que el euro fuera ligeramente más débil que su propio marco alemán superfuerte. Sin embargo todo este proyecto de integración económica europea ha favorecido de manera excepcional a Alemania, porque este país tiene la economía más fuerte de la zona, y el bienestar general de su población depende de su capacidad de crear riqueza, es decir, de elevar constantemente los índices productivos y reforzar el financiamiento de la actividad económica mediante la inversión, el consumo y el gasto públicos. Por otra parte, los años recientes han sido bastante activos en el aspecto diplomático del área para lograr los acuerdos necesarios y conformar debidamente la Unión Europea, que hoy cuenta con 27 países miembros y tres aspirantes en la lista de espera. El ingreso de Grecia a la Unión Monetaria Europea en enero de 2001, fue a todas luces incierta y desacertada, entre otros problemas tenía el de carácter fiscal, pues las normas respectivas no se aplicaban estrictamente, de hecho ninguno de los Estados miembros realmente cumplió con los criterios de convergencia cuando el euro fue lanzado a la circulación en 1999, pero entonces las tendencias eran sanas. Los déficits se redujeron a pesar de que hubo menos convergencia en las tasas de interés y el rendimiento económico, parecía haber poco motivo de preocupación. Los europeos y el resto del mundo aceptaron sin cortapisas el advenimiento del euro. Por esos tiempos los bancos internacionales emitieron más bonos valorados en euros que en dólares. Pero en octubre de 2009, un gobierno griego por entonces recién elegido confesó la verdad. El déficit presupuestal griego era, de hecho, un desproporcionado 12.7% del PIB, en contraste con el 6% reportado por la anterior administración, y más del tres y medio por ciento prometido a la Comisión Europea a principios de 2009. También resultó que el BCE financiaba indirectamente más de un tercio de los préstamos al gobierno griego a través de sus préstamos de emergencia a bancos griegos, desmintiendo la promesa de no rescatar. Y así el país griego entró de picada en una espiral sin fin aupada por el aumento de las tasas de interés. El problema griego no se ha solucionado, y de no tomarse medidas más a fondo, la debacle se cierne sobre la zona del euro, y esto es difícil de resolver por la fuerte entraña nacionalista que anima a dichos países. La salida más adecuada sería la conversión de la unión Europea, en los Estados Unidos de Europa. El dólar estadounidense está en una situación política muy distinta a la europea, pues acá se trata de que se sustenta en un sistema federal, mientras que la zona del euro, no. Temas Manuel López de la Parra Lee También Sociales: Hard Rock Cafe Guadalajara abre sus puertas en un nuevo espacio Portada: Camía Sahagún, momentos para recordar Exclusivo lanzamiento de Neruda, el nuevo desarrollo y socio de Punto Sao Paulo Sociales: Las Rosas de Oro 2024 Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones