| ENTRE VERAS Y BROMAS Por: EL INFORMADOR 30 de septiembre de 2009 - 23:00 hs — “Juanito” Fuera de su territorio —el Distrito federal—, Rafael Acosta es un ilustre desconocido... o punto menos. “Juanito” —su apodo—, en cambio, es un personaje. Su fama ha trascendido a escala nacional. Y tanto, que se anticipa que su nombre aparecerá en las boletas que circularán por todo el país... en las próximas elecciones presidenciales. —II— Si “Juanito” no fuera real, perfectamente hubiera podido ser una invención, no de Walt Disney como suele decirse cuando surge algún tipo folklórico, extravagante, simpático, pintoresco, divertido, sino, mejor, en todo caso, de “Rius”: hermano carnal, como personaje de “comic”, de aquellos “Juan Calzontzin” y “Perpetuo del Rosal” que hicieron época en “Los Supermachos” y “Los Agachados”. Barroco, bizarro, surrealista a morir, “Juanito” pasó, con todo y su inseparable diadema tricolor —al estilo de “Rambo”—, del status de vendedor ambulante (y, de carambola, “luchador social”) al de figura de la política, por azares del destino. Tomó el lugar de Clara Brugada, como candidato emergente a gobernar una de las delegaciones más importantes del Distrito Federal (Izatapalapa, una zona de la Ciudad de México que se debate entre la pobreza, la inseguridad y la recurrente falta de agua... pero que maneja un presupuesto mayor que varios estados de la República). “Juanito” pactó entregar a Clara el gobierno de la delegación, pasadas las elecciones. Un poco por su pintoresquismo, otro poco por el rechazo social a los demás candidatos, y un poco más porque los electores sabían del pacto, “Juanito” ganó claramente los comicios —“por aclamación”, se diría—... y entonces decidió que era de sabios enmendar. Que si “la voz del pueblo es la voz de Dios”, obviamente ya estaba de Dios que él gobernara. O, al menos, que co-gobernara con la Brugada. —III— El “show” duró tres meses, hasta que las presiones de los “pesos pesados” de su partido (el “presidente legítimo” López Obrador y el jefe de Gobierno y virtual —dicen— precandidato presidencial Marcelo Ebrard) lo llevaron a solicitar una licencia por tres meses, antes de tomar posesión, para el cargo al que fue “electo”. En el Distrito Federal, al menos, se da por hecho que su nombre aparecerá en las boletas de las próximas elecciones presidenciales, como candidato independiente, como antaño el de “Cantinflas”. (Y todavía hay quien sostiene que la política, en este país kafkiano, es un oficio serio y respetable). Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones