Dengue, problema de salud

En las últimas semanas ha ido en aumento la incidencia del dengue en la Zona Metropolitana de Guadalajara y en municipios del interior del Estado, situación que se ha tornado preocupante, por cuanto representa ya un grave problema de salud para la población, pues la tendencia continúa a la alza, muestra de que han resultado insuficientes las acciones emprendidas por las autoridades del ramo. Los casos de infectados se multiplican entre los grupos más vulnerables, como son los niños y los adultos mayores, y es urgente que se intensifiquen las medidas para frenar la propagación de esta enfermedad.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el dengue se transmite al ser humano por la picadura del mosquito Aedes Aegypti, que adquiere el virus mientras se alimenta de la sangre de una persona infectada. Tras la incubación del virus durante ocho a 10 días, un mosquito infectado es capaz de transmitir el virus para el resto de su vida durante la picadura y la alimentación. Esta especie de mosquito encuentra condiciones óptimas para su incubación en aguas estancadas, lo mismo en charcos que en pequeños recipientes en patios o azoteas.

En Guadalajara y el área conurbada el problema se ha presentado no sólo en colonias periféricas, sino incluso en zonas residenciales, principalmente a causa de la falta de cuidado de las personas al no seguir las indicaciones tan sencillas como revisar tinacos y aljibes para que estén debidamente cerrados, retirar todo cacharro que pueda almacenar agua, aunque sea en pequeñas cantidades, como vasijas, llantas, etc.; fumigar periódicamente, si se vive en una zona cercana a canales de aguas negras o áreas con maleza; utilizar repelente contra mosquitos... Medidas que están al alcance de todos. En las escuelas, las autoridades sanitarias, en coordinación con las de Educación, deben hacer otro tanto.

Ninguna medida preventiva para evitar la propagación del dengue debe ser menospreciada. Las autoridades tienen ahora un gran reto, pero también lo es para la sociedad. Esta enfermedad está en vías de convertirse en una epidemia, que se puede evitar si cada quien hacemos la parte que nos toca, en beneficio de la salud propia y de nuestras familias.