Cristina, la de Argentina y Dilma, la de Brasil

PUES BIEN, de acuerdo con los principios básicos de la política moderna, en el panorama político de nuestra América Latina, hay dos mujeres responsables de los destinos de dos pueblos muy importantes, el de Argentina, con Cristina Fernández y ahora Brasil, cuyo rumbo inmediato trazará Dilma Rousseff, que a decir de los comentaristas especializados en estas cuestiones, es hechura del presidente saliente, Lula considerado asimismo por la crítica internacional, como un hombre público y un gobernante que logró aspectos positivos en el reposicionamiento económico de la nación más grande de nuestro hemisferio.

Aunque la mujer en estos tiempos ya figura en un primer plano en todos y cada uno de los aspectos del quehacer político y en general en la vida cotidiana, al romper el llamado “techo de cristal” que le inhibía el acceso a estos lugares, demostrando contra viento y marea que lo hace con dulzusura y con exquisitud, delicadeza y responsabilidad. Así en los tiempos presentes, estamos contemplando dos casos semejantes aunque un tanto asimétricos de como la mujer asume la responsabilidad de gobernar pueblos tan difíciles y complicados como son los latinoamericanos, y ha demostrado que no solamente sale bien librada, sino que lo hace perfectamente bien, en especial con ese sueve toque femenino. Veamos, en primer lugar, el caso de Cristina Fernández, la presidenta de Argentina, que éstos días ha sufrido la pérdida de su esposo, el político líder moral del socialismo y ex presidente, Néstor Kirchner, en principio debe estar segura en su puesto y en sus decisiones políticas pues su pueblo salió a las calles para hacerle patente su apoyo, e incluso se escucharon reiterándole su confianza y apoyo para un segundo mandato.

Pero, ahora se abre una incógnita en los espacios de su gobierno pues desde ya debe enfrentar el poder sin el apoyo de Néstor, su marido fallecido como sabemos recientemente. Habrá que tomar sus obligaciones oficiales por ella misma, totalmente sola, porque esa extraña figura de la pareja presidencial ya desapareció; momento difícil para Cristina, surge una gran pregunta que se hace no obstante el pueblo argentino, ya sea por el silecio respetuoso, por la pérdida del ex presidente o por la dolorosa y emocionada despedida reciente que pareciera un espontáneo plebiscito eso que también llamado coloquialmente el “gobierno bicéfalo” se consideró como el modelo, el nuevo inédito paradigma político de los tiempos modernos, insólita manifestación de la democracia de nuevo cuño.

Pero, Cristina debe hacer frente a la nueva realidad en momentos trascendentes para el futuro inmediato del pueblo argentino, pues se avecinan muchos retos que tendrá que afrontar con prudencia y echando mano a la sutileza femenina. Se dice, no obstante, que Kirchner dejó un legado que obviamente habrá que mantener y ciudar, pero un heredero es el principal problema político que enfrentan los dirigentes peronistas, herederos del llamado ‘justicialismo’ quienes en un contexto de incertidumbre se acomodan para iniciar la carrera presidencial, ya inminente. Lo cierto fue que la presidenta Fernández se dió un baño de masas de los últimos días, y con su carácter acostumbrado a no escuchar la voz del pueblo, la llevará a profundizar el caso donde con seguridad surgirá la etapa de los consensos, con los que seguramente Cristina logre conservar el poder por medio de un recurso infalible, como puede ser el enfrentamiento.

En el otro espacio, vemos como la brasileña Dilma Rouseff, en una segunda vuelta logró salir triunfadora por amplio márgen, y así convertirse en la sucesora en el cargo del actual presidente de Brasil.

Dilma, por supuesto, representa un tipo político muy diferente al de la Fenández, pues desde joven fue activista política, encarcelada acusada de subversión en tiempos de la primera didctadura milirar, y además lectora insaciable de libros o textos marxistas, integrante del grupo Organización Revolucionaria Marxista Política Operaria (POLOP) después se formaría como economista capitalina, talestosa estudiante y profesional, según la definen sus compañeros de aquellos tiempos.

Y ahora Dilma, una vez pasada la euforia de su triunfo tendrá también que enfrentar la realidad que la espera: aducación y política monetaria son los principales retos del nuevo gobierno. La reforma fiscal y una burocracia obasa son también problemas urgentes, y como si fuera poco, pese a los avances logrados con Lula, el 50% de la población trabaja en la economía sumergida o informal. Ahora tendrá que negociar en términos económicos y aprender a dialogar con una oposición política revitalizada...