Sábado, 01 de Febrero 2025

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Armas que amenazan la unidad

Por: EL INFORMADOR

Como en antaño, la presencia militar de Estados Unidos en un país sudamericano levanta polvaredas e insinúa una carrera armamentística encubierta.

Con el argumento de ayudar a combatir el narcotráfico y la guerrilla en Colombia, el Departamento de Estado firmó recientemente un acuerdo con Bogotá mediante el cual Washington invierte 46 millones de dólares y enviará 600 militares y técnicos para coadyuvar, argumenta el presidente Álvaro Uribe, a resolver un problema nacional y desde una perspectiva en donde la soberanía queda intacta.

Los militares estadounidenses en realidad compartirán instalaciones con sus pares colombianos, el presupuesto de la Casa Blanca no contempla la construcción de nuevos edificios, sino ocupar siete bases que ya funcionan en Colombia.
Si esto está tan claro, ¿cuál sería entonces el motivo de zozobra de los otros estados de la región?
La primera inquietud es que con este acuerdo bilateral, Colombia atenta contra el espíritu de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Al tratarse de un bloque de unidad, ninguna de sus partes debe realizar acciones que atenten contra el interés del conjunto, ¿cuál sería en este caso ese interés?, la creación del Consejo de Defensa de la Unasur.

En segundo lugar, la presencia de 600 militares de Estados Unidos en Colombia despierta recelos porque, especialmente Ecuador, Bolivia y Venezuela, suponen que habrá tareas de espionaje desde el aire. Sospechan que en el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos hay aspectos secretos, que Uribe no se ha encargado de desmentir ni de confirmar en la reciente cumbre del Unasur en Bariloche, Patagonia argentina.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, argumenta que él tomó la decisión de levantar la base militar en Manta porque no podía tener injerencia sobre determinadas actividades de los estadounidenses.

Así las cosas, Venezuela destina gran parte de sus gastos militares, calculados en tres mil millones de dólares anuales, a la adquisición de armamentos en China y Rusia, de acuerdo con la versión colombiana y Brasil, con un presupuesto de 26 mil millones de dólares ha comenzado a fortificar puestos claves en la selva amazónica, con el argumento de proteger sus plantas petroleras. Bolivia gestiona además la adquisición de seis aviones caza a Moscú.

Así, Colombia, Venezuela, Brasil y en menor medida Bolivia, han comenzado una carrera que pone en peligro los intentos de unidad en la región.

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