A tiempo

Desde hace casi cuatro años, cuando entró en vigor la Ley de Transparencia e Información Pública de Jalisco, incluso desde antes durante su discusión en el Legislativo, se ponderó que se trataba de uno de los marcos legales en la materia más avanzados en México y América Latina.

Al poco tiempo, una vez que la ley entró en operación, desde el Ejecutivo estatal se intentó hacer una contrarreforma que no tuvo éxito, gracias a la movilización ciudadana para defenderla.

La clase política de entonces no se dio cuenta de que esa ley efectivamente funcionaba a favor de los ciudadanos, y tampoco contaba con que los consejeros la harían cumplir a pie juntillas en varios hechos que además contribuyeron a impulsar la cultura de la transparencia entre los jaliscienses.

Hace unos días, el Congreso local, prácticamente cuando vencía el plazo, eligió al nuevo presidente del Instituto de Transparencia e Información Pública del Estado de Jalisco (Itei), en un proceso irregular y violatorio de la ley, según varios organismos no gubernamentales, 27 en total, entre los que se encuentran, por ejemplo, la Asociación Mexicana del Derecho a la Información y la Coparmex en Jalisco, quienes en una sola voz exigen la reposición del procedimiento.

La ley, y posteriormente la instalación del Itei en Jalisco, han sido dos de los momentos más dignos de celebración por los jaliscienses en los últimos años, por lo que abonan a la democracia y, por supuesto, a la transparencia y al acceso a la información pública, sin embargo, casi desde el principio han sufrido atentados y cambios, como el paso de consejeros honoríficos a consejeros con salario (excepto el presidente, al que desde el primer día se le asignó sueldo), que han minado su solidez desde el Ejecutivo y el Legislativo en detrimento de un instituto ciudadano y autónomo.

Los comicios del 5 de julio dejan lecciones que aprender para todos, pero especialmente para la clase política que no puede ignorar por más tiempo el hartazgo social. Si se mantiene el estado de cosas en el Itei, habrá más razones de castigo y rechazo. Los legisladores están a tiempo de enmendar y no quitar a la sociedad una institución que le pertenece.