Y sin embargo se mueven

Atrasados en tiempo y en las encuestas, frenados y confundidos por la falta de señales del Presidente Calderón, las cúpulas del PAN arrancaron la promoción y exhibición pública de sus precandidatos presidenciales, con una lista oficial de siete aspirantes en la pasarela del domingo, de los que depurarán a una terna para elegir al candidato blanquiazul a 2012.

La intención del panismo es medir cuáles de esos siete aspirantes —Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel, Ernesto Cordero, Alonso Lujambio, Javier Lozano, Emilio González y Heriberto Félix— logran crecer, para de ahí sacar la terna final que quedaría definida entre septiembre y noviembre próximos, y llegar sólo con tres a un proceso interno de elección del candidato por el voto de militantes.

Los panistas se cansaron de esperar a que Felipe Calderón les diera una señal clara de sus ánimos para 2012, y ante las constantes indirectas del Presidente, que habló hasta en dos ocasiones del “candidato ciudadano”, decidieron comenzar ya un proceso de depuración y selección que terminará con la definición de un candidato formal surgido de las filas del panismo.

¿Pero cómo llegan los siete precandidatos? Dentro del PAN genera resquemor que Josefina Vázquez Mota, la coordinadora de San Lázaro, no haya aceptado ir como candidata a la gubernatura del Estado de México; se piensa que la diputada dejó pasar una gran oportunidad para posicionarse en los comicios mexiquenses y que fue tanta la insistencia de los panistas para que peleara esa gubernatura, que es obvio que los grupos de poder en el partido no la ven como candidata a la Presidencia.

Santiago Creel Miranda se presenta como el puntero en las encuestas, aunque muchos dudan que el senador pueda romper el férreo control y dominio del partido que tiene el Presidente Calderón. A lo mucho, dicen, a Creel le alcanzará para ser un fuerte candidato panista al Distrito Federal, donde podría lograr la hazaña de arrebatarle al PRD el Gobierno de la ciudad; hay panistas que piensan que ésa es la segunda opción que en secreto busca Creel.

Si los panistas quisieran combatir a Peña Nieto con algo parecido a Peña Nieto pero sin la misma fuerza, la opción podría ser Alonso Lujambio. Sólo que también hay sectores de Acción Nacional que ven al secretario de Educación como “una copia” del gobernador mexiquense. No faltan los que mencionen el muy reciente panismo de Lujambio y tampoco ven que haya mostrado mucha fuerza o habilidad política en su relación con la maestra Elba Esther Gordillo frente a la cual se le ve sometido.

Ernesto Cordero es, para muchos panistas, el candidato favorito de Los Pinos. Aunque el Presidente Calderón no ha dado señales claras y más bien parece decidido a guardar su carta hasta el último momento, muy a su estilo. La cercanía de Cordero con los principales calderonistas hace creer que, llegado el momento, el polémico titular de Hacienda recibirá el apoyo presidencial, por lo que muchos le ven como uno de los favoritos entre los siete.

Al gobernador Emilio González dentro del PAN se le ve como un “equilibrio necesario” para que la contienda interna no se defina sólo entre miembros del gabinete. El mandatario de Jalisco, aunque controvertido por sus declaraciones y desbarres públicos, es visto como uno de los aspirantes con posibilidades de llegar a una terna final; además de que representa a los grupos de ultraderecha católica del panismo que cerraron filas en torno suyo, incluyendo al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien se hizo a un lado.
Javier Lozano es reconocido por los panistas como “el más entrón” de los aspirantes; valoran su habilidad para el debate y la polémica, elogian que saque la cara por el PAN y por el Presidente, pero le ven un defecto de origen que para los panistas suele ser imperdonable a la hora de elegir a un candidato presidencial: su pasado priista.

Por último, Heriberto Félix Guerra era para muchos “el mejor candidato que puede presentar el PAN en 2012”; no son pocos los panistas que valoran el carisma y las dotes de contacto con la gente que tiene el secretario de Desarrollo Social. Cuando Calderón lo trajo al gabinete y lo puso en la dependencia de campaña por excelencia, todos pensaron que él sería “el gallo” del Presidente. Hoy muchos le siguen viendo cualidades pero también demasiados coinciden en un defecto: el desorden y la dispersión en la que se maneja el titular de Sedesol, aunado a su nulo crecimiento nacional en más de dos años, hacen que ya no se le vea como un favorito.

En resumen, los panistas iniciaron ayer una carrera contra el tiempo; Acción Nacional se propone no dejar el poder en 2012 y para lograrlo, dicen ellos mismos, echarán mano de “todo” lo que puedan. Y cuando dicen “todo” están pensando en el aparato de gobierno apuntalando, con programas y recursos federales a su candidato y metiéndolo de lleno a una competencia a la que ya van tarde.

NOTAS INDISCRETAS… “Yo no soy Emilio (Gamboa)”, dice orgulloso Francisco Rojas cuando le preguntan por qué razón no apuró los trabajos legislativos para que se aprobara al menos la reforma política impulsada por su partido en el Senado. El diputado busca así desmarcarse de Manlio Fabio Beltrones y dejar claro que no responde a las órdenes del líder senatorial. El problema es que hacia afuera el desplante de Rojas hizo ver a un PRI dividido y desarticulado que no tiene comunicación entre sus bancadas y no tiene una agenda común. O peor aún, para muchos el freno que Rojas puso a las iniciativas del PRI en el Senado, exhibe pugnas de poder entre Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio; y si ese enfrentamiento no es real, como aseguran los involucrados, flaco favor el que hace Rojas al gobernador mexiquense… Los dados mandan escalera. Buen regreso.