Domingo, 20 de Octubre 2024
México | Son 11 los colosos en ''estado de quietud''

Volcanes activos, un peligro latente

Hay que tener más cuidado con el Colima, el Popocatépetl y el Tacaná, advierte la investigadora de la UNAM, Lucía Capra

Por: SUN

El Popocatépetl es uno de los volcanes que continúa en constante actividad. NTX  /

El Popocatépetl es uno de los volcanes que continúa en constante actividad. NTX /

CIUDAD DE MÉXICO (24/ENE/2011).- A partir de los últimos días de 2010, el Volcán de Colima ha registrado una intensa actividad, con derrames de material ígneo por su laderas, desprendimiento de rocas desde la cima del cono y exhalaciones de gases y vapor de agua.

Y el volcán Etna, ubicado en la costa este de Sicilia, Italia, volvió a “despertar” la semana pasada (sus últimas erupciones fueron en 2007 y 2008): arrojó cenizas y ríos de lava que atemorizaron a los habitantes de las zonas vecinas.

Por eso, de acuerdo con la doctora Lucía Capra, investigadora del Centro de Geociencias, campus Juriquilla, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coautora, con José Luis Macías Vázquez, del libro “Los volcanes y sus amenazas”, hay que tener más cuidado con todos los colosos activos del mundo y, en especial, con tres de México: el ya mencionado de Colima, el Popocatépetl y el Tacaná.

“En cuanto al Volcán de Colima, el domo en su cráter, que empezó a crecer en 2007, ya alcanzó un volumen de dos millones de metros cúbicos y se está empezando a desbordar. Cuando se colapse, puede desencadenar erupciones de cierta magnitud, flujos piroclásticos como los que se han visto recientemente en el volcán Merapi, en Indonesia, o columnas plinianas como las que el mismo Volcán de Colima arrojó en 1913”, señala Capra.

Por lo que se refiere al Popocatépetl, la investigadora recuerda que ha tenido erupciones cataclísmicas a lo largo de su historia, debido a lo cual podría representar un peligro para poblaciones aledañas y realmente paralizar todo el Centro del país.

“Una posible erupción, con dispersión de cenizas hacia el Distrito Federal, colapsaría completamente esta ciudad, paralizaría cualquier tipo de actividad antrópica (conjunto de acciones que el ser humano realiza en un espacio determinado de la biosfera, con el fin de garantizar su bienestar)”.

Las cenizas son pequeños fragmentos de vidrios que al entrar en el organismo a través de las vías respiratorias podrían causar la asfixia de muchas personas; dañarían también todo tipo de mecanismos (motores, computadoras, sistemas de comunicación, etcétera), taparían los drenajes y afectarían el tráfico aéreo.

“Ahora bien, no se tiene una señal de que esto vaya a ocurrir. El Popocatépetl tiene una actividad constante, pero moderada”.

Y con relación al Tacaná, estudios de su historia indican que ha tenido erupciones muy grandes. Actualmente sólo tiene actividad fumarólica y no presenta indicios de una posible reactivación, pero eso no significa que esté en reposo completo.

“Podría representar un peligro para Tapachula, Chiapas, ciudad construida encima de los depósitos de las erupciones pasadas de este volcán”.

Cinturón Volcánico Transmexicano


Por su reciente actividad eruptiva, la gente piensa que sólo el Volcán de Colima, el Popocatépetl y el Chichón son los únicos colosos activos (es decir, con alguna actividad eruptiva en los últimos diez mil años) en nuestro país. Sin embargo, en México hay unos 14 volcanes activos, pero en “estado de quietud” (es decir, sin una manifestación superficial).

Tres ejemplos clásicos de volcanes activos en estado de quietud son el Nevado de Toluca (su última actividad eruptiva fue hace tres mil años; y su última actividad fumarólica, en 1800), el Tacaná y el San Martín.

Estos volcanes se ubican a lo largo del Cinturón Volcánico Transmexicano, el cual se extiende desde el Océano Pacífico hasta el Atlántico, y presenta vulcanismo desde hace 14 millones de años.

Hay otras regiones volcánicas más antiguas que forman parte de la Sierra Madre Occidental. También hay vulcanismo en Baja California, donde está el volcán Tres Vírgenes, y en Sonora, donde se localiza el campo volcánico el Pinacate.

“El 40% del territorio mexicano está cubierto por rocas de origen volcánico. Por ejemplo, Nayarit tiene el volcán Ceboruco; Jalisco, el de Tequila; el Estado de México, el Nevado de Toluca y Jocotitlán; entre Puebla y Tlaxcala está el Popocatépetl; en Puebla, La Malinche (en estado de quietud); en Veracruz, el Pico de Orizaba, el Cofre de Perote y el San Martín; y en Chiapas, el Chichón y el Tacaná, quizás uno de los más peligrosos”, precisa Capra.

Estilos eruptivos


El Paricutín, el Chichón, el Popocatépetl y el Volcán de Colima son los volcanes mexicanos que en el siglo XX hicieron erupción y tuvieron años de crisis bastante fuertes.

“Sin embargo, el Paricutín ya no es un volcán activo. Es de esos volcanes monogenéticos que hacen erupción una vez y se apagan. Durante su crecimiento emitió muchísimas cenizas y coladas de lava de gran volumen”, la doctora Lucía Capra.

Las coladas de lava (magma que sale a la superficie sin fragmentarse) es el principal producto de un volcán cuando su estilo eruptivo es efusivo.

Como es tan lento su desplazamiento, no representan un peligro para la gente: permiten la evacuación de las poblaciones. Sin embargo, una vez que destruyen e incendian todo a su paso, es muy difícil volver a vivir en los lugares donde se han emplazado.

Por el contrario, si el estilo eruptivo de un volcán es explosivo, como ocurre en la mayoría de los estratos volcánicos de México, se generan dos tipos de depósitos diferentes que resultan peligrosos: los flujos piroclásticos, nubes turbulentas muy calientes (su temperatura puede alcanzar los 400 grados centígrados) que al moverse al ras de la superficie y a una gran velocidad queman todo a su paso y no dan tiempo de evacuar; y las cenizas de caída, que pueden subir a la atmósfera y ser transportadas a otras partes por el viento.

“Las erupciones explosivas forman columnas plinianas conformadas por chorros de vapor de agua, gases y cenizas. Luego de elevarse a la atmósfera, caen como lluvia que puede ocasionar sepultamientos y colapsar los techos de las viviendas de las personas si se acumulan en ellos más de 10 centímetros de cenizas”, indica la investigadora universitaria.

FICHA TÉCNICA
Tres de cuidado

Volcán de Colima


Se eleva a tres mil 860 metros sobre el nivel del mar (msnm). Los municipios afectados por su actividad son Comala y Cuauhtémoc, en Colima; y Tuxpan, Zapotitlán y Tonila, en Jalisco.

Desde 1576 ha tenido más de 40 erupciones, de las cuales destacan las de 1585, 1606, 1622, 1690, 1818, 1890, 1903, 1913 (la más violenta) y las más recientes de febrero de 1999 y junio de 2005.

Popocatépetl


Es el segundo volcán más alto de México, con una altura de cinco mil 500 msnm. Se localiza en los límites territoriales de los estados de Morelos, Puebla y México, a unos 55 kilómetros al sureste del Distrito Federal.

Mediante un paso montañoso conocido como Paso de Cortés está unido por la parte Norte con el Iztaccíhuatl. Tiene glaciares perennes cerca de la boca del cono.

Tacaná


Tiene una altura de cuatro mil 092 msnm. Se ubica en el límite entre México y Guatemala, al noroeste de Tapachula, Chiapas, en México, y en colindancia con el departamento de San Marcos, en Guatemala.

Décimo pico más alto de México y segundo de Guatemala, es raro que se cubra de nieve. Sus laderas presentan un bosque muy frondoso.

Estudios de comportamiento histórico
Mapas de peligro volcánico

CIUDAD DE MÉXICO.-
Gracias a investigaciones desarrolladas en diversas universidades del país, México cuenta ya con mapas de peligro volcánico.

En dichos mapas, elaborados a partir del estudio del comportamiento histórico de los volcanes y de simulaciones de erupciones que permiten proyectar posibles escenarios futuros, se indica cuáles son las zonas que podrían ser afectadas por distintos eventos y productos eruptivos.

La UNAM, mediante su Centro de Geociencias y sus institutos de Geofísica y Geología, en colaboración con universidades de provincia como la de Colima y de Xalapa, Veracruz, elabora mapas de peligro volcánico o de probabilidad de ocurrencia que informan qué tanta probabilidad, precisamente, hay de que cierta zona sea afectada por una erupción.

“No hacemos mapas de riesgo volcánico. Para que un mapa de peligro sea también de evaluación de riesgo necesita incorporar información de estudios socioeconómicos que incluya proyecciones de pérdidas económicas en las zonas de afectación. Una zona que está en alto peligro no necesariamente está en alto riesgo.

El riesgo aumenta conforme la zona se encuentra más densamente poblada. Un volcán en una zona donde no vive nadie a su alcance es de alto peligro, pero de cero riesgo porque no puede afectar a nadie”, señaló la investigadora de la UNAM, Lucía Capra.

Ya se tienen mapas de peligro volcánico válidos para el Popocatépetl, el Volcán de Colima, el Nevado de Toluca, el Pico de Orizaba y el Tres Vírgenes.

Actualmente se trabaja en la etapa final del mapa de peligro volcánico del Chichón. Ya se ha publicado una versión más técnica en una revista científica. Pero, para que su difusión sea mayor y su lectura e interpretación resulten más sencillas, se hará en un formato tipo póster, en español. Capra espera que esté listo para su publicación en este año.

Instituto de Geofísica de la UNAM
“Don Goyo” registra actividad normal

CIUDAD DE MÉXICO.-
El volcán Popocatépetl inició 2011 con una actividad normal, exhalaciones de baja intensidad, acompañadas de vapor de agua y gas, por condiciones atmosféricas favorables, lo que lo mantiene con una tendencia baja en los últimos 10 años, informó el Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Las últimas erupciones importantes de “Don Goyo” ocurrieron entre el 18 de diciembre de 2000 y el 22 de enero de 2001, lo que obligó a más de 41 mil personas a abandonar sus hogares como medida precautoria.

Un reporte elaborado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ve como probables escenarios exhalaciones moderadas, algunas con emisiones de ceniza; explosiones esporádicas de nivel bajo a moderado, con probabilidad de emisión de fragmentos incandescentes a corta distancia del cráter y leve incandescencia en el cráter del volcán, observable durante la noche.

El semáforo de alerta volcánica se mantiene en amarillo, equivalente a la fase dos y el sistema de monitoreo indica que los parámetros no presentan cambios significativos, señaló el vulcanólogo Servando de la Cruz Reyna, del Instituto de Geofísica (IGf), al hacer un recuento sobre “Don Goyo” en la última década.

De la Cruz Reyna, recordó que entre 1997 y 2001, el coloso emanó hasta 200 exhalaciones por día, con columnas de ceniza de hasta ocho kilómetros de altura; a partir de 2001, ha registrado actividad baja, pero persistente.

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